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Feijóo cierra la primera jornada de investidura fuera de juego, sin réplica de Sánchez y abocado al fracaso

El PP esperaba, y buscaba, que el presidente del Gobierno interviniese en el pleno. 

Alberto Núñez Feijóo
El líder del PP y candidato a la Presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, durante la primera sesión del debate de investidura. Carlos Luján / Europa Press

Alberto Núñez Feijóo se había preparado para intentar arrinconar a Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados a cuenta de la posible ley de amnistía. Ese era el principal objetivo del líder del Partido Popular en el debate de su investidura, una ficción desde el primer momento. Pero Sánchez decidió no intervenir y dejarle ese papel al diputado y exalcalde de Valladolid Óscar Puente. Un movimiento inesperado que pilló a Feijóo con el pie cambiado y que descolocó a los populares tras una primera intervención de su presidente que les había dejado "satisfechos".

Aunque fuentes de su núcleo duro defienden que el silencio de Sánchez les beneficia y que es "un regalo" que no esperaban, la reacción de la bancada popular fue, quizás, el momento más bronco de la jornada. "Cobarde, cobarde, cobarde", gritaron al presidente del Gobierno en funciones.

Desde el PSOE quitan importancia a los cánticos. "En la línea del PP", desliza un diputado socialista. Génova no esperaba que fuera Puente la pareja de baile de Feijóo en esta primera jornada del debate de investidura. Pero es que no lo esperaba (casi) nadie. Sí había una veintena de socialistas que, en la jornada de hoy, ya sabían que hablaría Puente. Unos cinco ya lo sabían incluso ayer. El discurso, según fuentes socialistas, estaba preparado desde hace tres semanas. No se ha tratado de una improvisación. Más bien de una estrategia muy sopesada.

Feijóo ha tachado su intervención de "propia del Club de la Comedia", al tiempo que ha acusado a Sánchez de cobarde —o lo ha insinuado— por no querer debatir, inspirando los cánticos de la bancada popular.

Feijóo, "frente a su espejo"

"Poner al PP frente a su espejo". Es lo que desliza un diputado socialista cuando explica la elección de Puente. Ha sido una de las noticias del día. El exalcalde de Valladolid es una de las figuras más puntiagudas de la bancada socialista. En los pasillos del Congreso se oía, incluso, el apelativo "killer". "Perro de presa". Además, es uno de los tantos alcaldes o presidentes socialistas repartidos en los municipios y autonomías españoles que, a pesar de haber liderado la lista más votada el 28 de mayo, no alcanzaron el bastón de mando por los pactos PP-Vox.

Otra fuente muy cercana a la dirección del PSOE explica la estrategia. "Antes de que empezara a hablar, Óscar Puente ya mandaba el mensaje de que no tiene por qué gobernar la lista más votada". Es la principal baza de Feijóo para pedir la confianza de la Cámara. No ha sabido tejer una red de apoyos suficiente, pero logró más votos que nadie el 23J. "Es el caso de Óscar Puente", insisten desde el PSOE. "Pero el PP pactó con Vox para gobernar en Valladolid", zanjan: "El argumento de la lista más votada ya no les vale".

La "máquina de la verdad"

En Ferraz están contentos con la actuación de Puente. "Ha dicho una verdad tras otra". De hecho, descartan la opción de que Pedro Sánchez intervenga el viernes. Puente no se ha cortado un pelo. Ha citado incluso al narcotraficante Marcial Dorado, con quien, en palabras del propio diputado socialista, "Feijóo mantuvo una relación de amistad durante ocho años". También ha animado al PP a encarar un "dilema". O se "regeneran", o se "atrincheran".

Quien no ha dicho "una verdad tras otra", según el PSOE, es Feijóo. Una ministra socialista en funciones, no sin sorna, ha deslizado: "Con Feijóo, la máquina de la verdad revienta". El PSOE quiere transmitir serenidad. Creen que el fact-checking condenará a Feijóo. Y que han solucionado la papeleta sin necesidad de involucrar a Sánchez.

El PP, aliviado

Pero la sensación entre las filas del PP —tan generalizada como lo fueron la semana pasada las críticas al uso del euskera en el Parlamento— es de alivio. Completamente opuesta. Han superado un examen "con nota", dice un barón del partido. Vieron a un Feijóo "crecido" y "gustándose mucho", subraya una fuente de la dirección nacional. La mejor demostración de lo que siempre ha sido este debate de investidura: un escenario con todos los focos apuntando a Feijóo en el que ha asumido definitivamente, de nuevo, su papel de líder de la oposición

"Desde el gobierno o desde la oposición, lo haré", dijo tras exponer su proyecto político y airear la falsedad de que no es presidente porque renuncia a conseguir los apoyos de Junts cuando, lo cierto es que la presencia de Vox en la ecuación —con quien este martes ha exhibido unidad— ha espantado a otros socios y aislado al PP. 

Yolanda Díaz tampoco intervino

En Sumar la estrategia fue la de distanciarse del tono que tanto Feijóo como Puente habían empleado en sus intervenciones para hacer una defensa de la "política útil" que huye de las broncas y el ruido. Su portavoz parlamentaria, Marta Lois, afeó al líder del PP que hiciera "perder el tiempo" a la ciudadanía y aprovechó su estancia en la tribuna para avanzar que la intención del espacio liderado por Yolanda Díaz es la de avanzar en la agenda progresista a través de la conformación de un nuevo Gobierno de coalición.

Además de Lois, intervinieron el portavoz parlamentario de Izquierda Unida, Enrique Santiago, y la diputada de los comuns Aina Vidal. Es  muy probable que si la réplica del PSOE a Feijóo se la hubiera dado Sánchez, la intervención de Sumar la hubiera protagonizado Díaz. Sobre todo después de que en su cara a cara con los representantes de Sumar Feijóo descargara toda su munición contra la trayectoria política de Díaz, desde su etapa como dirigente en Galicia hasta las actuales tensiones que sufre el espacio de la izquierda alternativa.

El presidente del PP acusó a la vicepresidenta de "prohibir" hablar a Podemos e, incluso, salió en hipotética defensa de Irene Montero respecto a las rebajas de penas tras la aprobación de la ley del solo sí es sí: "¿Cómo es posible modificar el Código Penal sin el Ministerio de Justicia? ¿Cómo es posible echarle la culpa a una ministra de lo que ha aprobado todo un Gobierno? ¿Cómo es posible ser tan cínicos?", dijo.

Aunque también puso en duda lo que haría Podemos con sus diputados si Feijóo le ofreciera a Montero el Ministerio de Igualdad en un eventual Gobierno del PP. Tras el debate, la formación morada aseguró que había "echado en falta" su voz y alertó de que "no podemos ser la comparsa de un debate bipartidista".

Así, Feijóo se quedó sin cara a cara con Sánchez y queda, superada la prueba de su discurso de investidura, a la espera de que la coalición consiga reeditar el Gobierno. Y en el PP le ven asentándose en la oposición. Es más, distintos dirigentes populares con bastón de mando señalan que este martes ha hecho una intervención que pone los cimientos para el día después de una investidura de Sánchez que dan por segura.

 

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