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Pactos Gobierno Las cinco claves que explican el giro de posiciones de Casado tras su dura oposición durante la pandemia

Desde la aplicación del estado de alarma el líder del PP acusó a Sánchez liderar el gobierno "más antidemocrático" y "radical" de la historia. E incluso llegó a sugerir que España se había convertido en una "dictadura constitucional".

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe al líder del PP, Pablo Casado, en la Moncloa, el pasado 17 de febrero. (EFE)

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El PP de Pablo Casado ha hecho una enmienda a las posiciones de los pasados meses y ahora defiende llegar a pactos con el Ejecutivo de Pedro Sánchez, tras las presiones externas e internas, con la intención de demostrar que el PP es un "partido de Estado", diferenciándose así también de Vox. Pese a que el líder del PP votó en contra de las dos últimas prórrogas del estado de alarma, los populares refrendaron el pasado jueves el decreto de la nueva normalidad y desde hace unas semanas el conservador ha hecho hincapié en la necesidad de un pacto en el ámbito sanitario, al que ha denominado 'Pacto Cajal'.

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En la investidura Pedro Sánchez, a principios de 2020, Casado acusó al socialista de ser un "presidente fake", "sociópata" y "patético". "El suyo será un Gobierno contra el Estado, con comunistas, asesores de dictadores y batasunos", dijo el líder del PP. "Muchas gracias por su moderación. Toca afeitarse la barba de nuevo", le llegó a decir en un momento del debate Sánchez a Casado.

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Pese a que Casado insistía en que su formación tendía la mano al Gobierno para llegar a pactos de Estado, su tono enunciaba lo contrario. Es más, durante el mes de febrero, acabó llevando su labor de oposición al Ejecutivo a los tribunales con diversas denuncias ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, recursos al Tribunal Supremo y la Fiscalía.

Desde la aplicación del estado de alarma, y según pasaban las semanas, las críticas por parte del líder popular fueron a más. Casado acusó a Sánchez de limitar el control parlamentario y la libertad de prensa, de estar instalado en el "absolutismo y cesarismo", de ser "negligente, ineficaz e incompetente". El jefe de la oposición acusó al presidente de liderar el gobierno "más antidemocrático" y "radical" de la historia. E incluso llegó a sugerir desde la tribuna del Congreso que España se había convertido en una "dictadura constitucional".

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El conservador también instrumentalizó el número de fallecidos por la enfermedad para responsabilizar al Gobierno. Y su insistencia en los crespones negros, en las solemnes declaraciones de luto, en las banderas a media asta, las corbatas negras y los monumentos a los fallecidos fueron un recordatorio constante en sus intervenciones en el Congreso.

Los puentes entre Sánchez y Casado acabaron por romperse del todo después del voto en contra del PP al estado de alarma. El PP se negó a negociar su abstención o su ‘sí’ con el Gobierno a cambio de contrapartidas, como sí hizo su socio de gobierno Ciudadanos. Según decían entonces desde la dirección popular esa posición les permitía lanzar un mensaje a ese electorado que les exigían que fueran "más contundentes".

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¿Qué ha cambiado para que Casado se abra ahora a llegar a acuerdos con ese Gobierno al que tanto ha criticado? Desde la dirección nacional del PP aseguran que su voto a favor al decreto de nueva normalidad "responde a un cambio del PSOE" que acepta sus exigencias y dialoga con la oposición. Sin embargo, fuentes conservadoras sí ven una enmienda en la posición de Casado y apuntan a otros motivos, que Público te resume en 5 claves.

1. Las elecciones en Galicia

El presidente de la Xunta, Alberto Nuñez Feijóo, aspira a conseguir su cuarta mayoría absoluta. El barón del PP defiende un PP "centrado" y "reconocido por moderado". Su estrategia es intentar pescar del caladero de votantes tradicionalmente situados más a la izquierda y que "nunca se plantearían votar al PP nacional", según explican sus colaboradores más cercanos a este diario. Con Vox y Ciudadanos lejos del 5% de los votos que exige la ley electoral gallega para lograr representación parlamentaria, el PP necesita superar el 40% de los apoyos para sumar más diputados que las formaciones a su izquierda.

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Por ello, Feijóo hace una encendida defensa de la "estabilidad institucional” frente a la "crispación que atenaza la política nacional" y ha llegado incluso a ensalzar el "esfuerzo" del Ejecutivo que dirige Pedro Sánchez. El gallego se mostró comprensivo con sus errores: "A veces lógicos, por ser la primera vez que nos enfrentamos a una pandemia como ésta", dijo. Ante las inminentes elecciones del próximo 12 de julio, el presidente de la Xunta no quiere que ningún compañero de partido le empañe su estrategia con algún comentario "inadecuado", como el de Cayetana Álvarez de Toledo a Pablo Iglesias al llamarle "hijo de un terrorista".

2. La presión de sus barones tras alcanzar pactos con la oposición

El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, tendió desde el primer momento la mano al líder regional de los socialistas, Luis Tudanca, de cara a llegar a acuerdos para afrontar la reconstrucción de la autonomía. Un pacto que hizo extensible al resto de formaciones con representación en las Cortes y que está basado en cinco ejes: sanidad, protección social, actividad económica y el empleo, servicios públicos y financiación de la Comunidad, tanto a nivel nacional como en la Unión Europea. En palabras del dirigente del PP "la necesidad de llegar a un acuerdo está por encima de cualquier interés de partido".

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Esta estrategia de Mañueco fue emulada por el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, pero no por otra de las baronesas más cercanas a Casado, Isabel Díaz Ayuso. Sin embargo, y según ha podido saber este diario, son varios los dirigentes territoriales de peso los que han pedido a Casado que tienda la mano al Ejecutivo para demostrar que el PP es un "partido de Estado".

3. Temor a quedarse solo con Vox

Después de que Ciudadanos pactara con el Gobierno las dos últimas prórrogas del estado de alarma, en las que el PP votó en contra, hubo varias voces que apuntaban a que esa debía ser la estrategia de Casado. "El papel que ha adoptado Ciudadanos debería ser el nuestro: críticos con el Gobierno, pero a su lado en cuestiones de estado, como esta", decía un alto cargo conservador.

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El líder del PP y el líder de Vox

Asimismo, el hecho de que Casado se quedara solo con Abascal en el bloque del 'no' tampoco gustó a algunos sectores del partido, que pedían alejarse de los ultraderechistas. "La estrategia de Sánchez es hablar de Casado y Abascal como si fueran gemelos" para dar la impresión de que "son lo mismo". "Y las declaraciones de Cayetana no ayudan, precisamente, a alejarnos de esa imagen".

4. Pensar en una estrategia a largo plazo: "Sánchez aguantará"

Hasta hace poco Casado daba por agotada la actual legislatura y trabajaba ya en la hipótesis de un adelanto electoral en 2021 que les de las llaves de la Moncloa, como ya informó este diario. La dirección popular considera que llegará un punto en el que a Pedro Sánchez no le quede más remedio que adelantar las elecciones, ya sea por una ruptura entre el PSOE y Unidas Podemos por las duras exigencias post-covid de Bruselas, o por la incapacidad de sacar unos presupuestos generales adelante con los socios de investidura.

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Sin embargo, esta tesis no es ampliamente compartida en el PP. Público ha contactado con dirigentes y diputados populares que consideran que el presidente del Gobierno está "muy cómodo" con la "geometría variable": "Sánchez aguantará", señalan contundentes. Algunos de ellos pidieron a Casado que rebajara el tono pensando en una oposición a largo plazo.

5. La influencia de encuestas y empresarios

Según el último barómetro de ABC/GAD3, publicado el pasado lunes, la mayoría de los españoles ven necesario que PP y PSOE se pongan de acuerdo y sellen un gran pacto de Estado para la "reconstrucción nacional". Según el citado medio, ocho de cada diez ciudadanos están a favor de ese acuerdo, a expensas de lo que ocurra en la Comisión dedicada a tal fin en el Congreso.

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Fuentes cercanas al líder del PP aseguran a este diario que Casado se "toma muy en serio" las encuestas. "Ya hay varias que apuntan en ese sentido, y el PP tiene que estar ahí para demostrar que somos un partido a la altura. Que podemos ser críticos pero que también tenemos la capacidad de llegar a acuerdos", explican. Asimismo, aseguran que esa reclamación también se la plantean a Casado desde los sectores empresariales.

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