Este artículo se publicó hace 4 años.
Elecciones autonómicas 12-JLos halcones frente a las palomas: la doble cara del PP en las elecciones gallegas y vascas
"No hay PP duro ni uno blando, hay un único PP", afirmó hace unas semanas el líder de los populares, Pablo Casado. Un discurso que nadie se cree en el PP: "Es el eterno debate", señalan fuentes de la dirección popular a Público.
Madrid-
"No hay PP duro ni uno blando, hay un único PP", afirmó hace unas semanas el líder de los populares, Pablo Casado, en la Junta Directiva Nacional del partido, el máximo órgano entre congresos, que reunió a los barones territoriales y altos cargos de su formación. "Pretender explicar la historia del Partido Popular dividiéndonos entre duros y blandos es absurdo", fueron sus palabras. Un discurso que ya ha repetido en otras ocasiones pero que nadie en el PP se cree. De hecho, esa doble cara, popularmente representadas en las palomas y los halcones, se contrapondrán en las elecciones gallegas y vascas del próximo 12 de julio: por un lado, el gallego Alberto Nuñez Feijóo, que defiende un PP "centrado", por otro, el candidato a lehendakari, Carlos Iturgaiz, que apuesta por un PP "ideologizado".
"Es el eterno debate. Siempre estamos en lo mismo porque es verdad. Hay dos formas de entender la política dentro del PP, una más ideológica y otra más pragmática", señalan fuentes de la dirección popular a Público. "Es evidente que Feijóo es de los primeros", añaden. Mientras que el presidente de la Xunta de Galicia ha llegado a defender la labor del Gobierno presidido por Pedro Sánchez durante la crisis del covid-19, Iturgaiz tilda al Ejecutivo de "socialcomunista" o se refiere a él como los del "Frente Popular", dos términos que también ha empleado Pablo Casado.
Los escenarios de ambos no podrían ser más distintos. Feijóo aspira a revalidar su cuarta mayoría absoluta en Galicia y todo apunta a que lo conseguirá, según las estimaciones del gabinete demoscópico Key Data para Público tras un desk research en el que ha analizado y ponderado los resultados de las siete grandes encuestas preelectorales. "Él recoge toda la derecha y parte del centro", apuntan sus colaboradores más cercanos. "Y aunque critica las cosas que no le parecen bien del Gobierno, aporta moderación a esa crítica. Creo que a la gente le gusta eso, que no sea el no por el no", prosiguen.
Es más, la voz de Fernando Simón, director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, inauguró el primer acto de la precampaña celebrado este domingo en Galicia, el que Casado acompañó al presidente de la Xunta. "A mí me consta que Galicia está haciendo un trabajo excelente", dijo Simón el pasado 10 de junio, y los populares gallegos han incluido esa alabanza como parte del vídeo promocional sobre la evolución de la pandemia en Santiago. "La pandemia ha ayudado a que el perfil gestor que él tiene se valore más", destacan fuentes del PP gallego.
Para algunos cargos populares, una nueva victoria de Feijóo "supondría el triunfo de sus tesis moderadas" sobre las del actual líder popular. El gallego trató de rebajar el domingo las especulaciones de los últimos días sobre un posible salto a nacional. "Si los gallegos quieren, yo voy a estar a disposición de Galicia estos cuatro años", dijo. Casado, pro su parte, le ensalzó como "una referencia de gestión para el PP. Es el futuro que merecen los gallegos", señaló.
El perfil propio de Feijóo, que nadie en el PP cuestiona, le permite decir públicamente lo que otros cargos populares también piensan. Recientemente el gallego tildó de "espectáculo" y "grave error" el hecho de que la portavoz popular, Cayetana Álvarez de Toledo, llamara "hijo de terrorista" al vicepresidente Pablo Iglesias. A muchos de sus colegas de escaño tampoco les gustó la actitud de la dirigente conservadora, pero esta hizo caso omiso a las críticas y lo repitió en otras dos ocasiones. El dirigente gallego fue uno de los barones que más se opuso a su nombramiento después de insistir en que el PP debía "volver al centro" si aspiraba a gobernar en España.
Su mayoría absoluta también le ha permitido rechazar la alianza con Ciudadanos que sí se formalizó en Euskadi y que acabó con la retirada política del exministro Alfonso Alonso. Los naranjas, que están visiblemente molestos con el gallego por el rechazo a la coalición, centrarán su campaña en el "exceso de confianza" del dirigente gallego. "Fraga perdió el escaño en Pontevedra por 11.000 votos", recuerdan fuentes de la dirección naranja. Además, ponen el foco en el que el PP en Galicia "nada tiene que ver" con el nacional y que por ese motivo el gallego "esconde las siglas" en sus mitines. "Para Feijóo, Galicia es su finca particular, hace y deshace a su antojo, y así no avanzamos", reflexionan.
Iturgaiz y su lenguaje cuasi "guerracivilista"
El candidato elegido por Casado para sustituir a Alonso fue Carlos Iturgaiz, al que define como todo un "referente moral de la libertad". Un candidato que luchó contra la banda terrorista ETA como así destaca el líder del PP siempre que puede. "Enterró a siete de los suyos y también a otros cuantos, compañeros de otros partidos que luchaban contra el terror", dijo la pasada semana durante un acto de presentación del candidato. Un terror que, a su juicio, "vuelve a verse", no en forma de terrorismo, "pero sí de chantaje, de kale borroka".
Iturgaiz representa a los más duros entre los duros del PP ya que creció políticamente a la sombra de Jaime Mayor Oreja y de José María Aznar. Hace apenas un año anunciaba "sorprendido, triste y desilusionado" que dejaba la política porque la dirección del PP le obligaba a figurar en un puesto sin posibilidad de ser elegido eurodiputado en Bruselas, la ciudad que había sido su refugio político desde el año 2004. Sin embargo, Casado le recuperó para que representara ese "PP de las ideas" que reivindica desde su llegada a la presidencia de la formación en 2018.
Para los populares vascos se trata de una campaña atípica. Por un lado, porque van en coalición con Cs. Por otro, porque ni esa coalición ni ese candidato lo han elegido en Euskadi, sino que ha caído por designio de Casado. Y también porque no hay encuesta que no pronostique una caída. Los populares aspiran a reeditar los 9 diputados cosechados por Alonso, pero según las fuentes consultadas se conformarían con sacar seis, dos de los cuales serían para Cs.
"En amplios cuadros del partido da la sensación de que vamos como pollo sin cabeza: un día el candidato guiña el ojo a los dirigentes de Vox, al día siguiente echa la caña a los desencantados del PSOE, y al otro hace ojitos a los votantes fugados al PNV en los últimos años", señalan fuentes consultadas por este periódico. A lo largo de su carrera, tanto en Euskadi como en Bruselas, ha protagonizado varias polémicas. Siempre ha estado encuadrado en el sector más duro del PP, enarbolando un discurso muy crítico contra el aborto, el matrimonio gay, el nacionalismo vasco y últimamente también contra el independentismo catalán.
Tampoco convencen sus formas. "Vienen momentos difíciles para España por el avance incuestionable del Frente Popular para cambiar el régimen político pero la gente sabe que tiene al Partido Popular y Ciudadanos", afirmó recientemente, después de apuntar que los comicios vascos y gallegos del 12 de julio son el "campamento base" para "desalojar a Sánchez e Iglesias de la Moncloa y decir 'hasta aquí hemos llegado'". "Se trata de un lenguaje en ocasiones cuasi guerracivilista, cuando tu socio de coalición en Euskadi pacta todas las semanas con ese gobierno", señalan las fuentes consultadas en alusión a Ciudadanos y sus acercamientos al Ejecutivo.
Un tono que difiere por completo del de Feijóo. Ambos candidatos representan las dos caras del PP que se contrapondrán el próximo 12 de julio.
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