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Sánchez y Díaz salvan, de momento, la mayor crisis interna de la coalición tras delimitar la reforma laboral

El acuerdo alcanzado entre el PSOE y Unidas Podemos fija una hoja de ruta para desmontar la reforma laboral aprobada por el PP en 2012, aunque todavía hay margen para discrepancias más concretas entre Economía y Trabajo en el diálogo social. Este miércoles se celebrará una reunión con patronales y sindicatos, en la que se pondrá a prueba la unidad real del Gobierno en esta materia.

Yolanda Díaz Nadia Calviño
Las vicepresidentas Nadia Calviño y Yolanda Díaz , este martes en el Senado. Kiko Huesca / EFE

Apenas una hora reunión entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con su vicepresidenta primera, Nadia Calviño, y con la segunda, Yolanda Díaz, sirvió para solventar, de momento, la primera gran crisis del Gobierno de coalición desde la marcha de Pablo Iglesias como vicepresidente.

Al encuentro, al que también asistieron la ministra Portavoz, Isabel Rodríguez, y la de Educación, Pilar Alegría, fue todo preparado. Durante el fin de semana hubo negociaciones, intercambio de posiciones y, finalmente, un punto en común que se plasmó en una nota de la Secretaría de Estado de Comunicación en la que se hablaba de una posición común del Gobierno en torno la "derogación de la reforma laboral de 2012" y de cara a afrontar los puntos más polémicos para fijar un nuevo marco de relaciones laborales.

El hecho de que desde la Secretaría de Estado de Comunicación se hable directamente de derogar la reforma aprobada hace nueve años, la del PP, no es baladí. Desde la parte socialista del Gobierno siempre se había rehuido la concreción de este término, llegando a sacarlo incluso a última hora de acuerdos cerrados con otras fuerzas parlamentarias (como sucedió con el pacto alcanzado con EH Bildu en el mayo de 2020 para prorrogar el estado de alarma de la pandemia).

Pero, además, el pacto va más allá del término concreto y apunta a compromisos con medidas y reformas que eran defendidas por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo. En concreto, se habla de que "es imprescindible disponer de herramientas equilibradas en la negociación colectiva y al mismo tiempo, establecer condiciones claras para la subcontratación", en clara referencia al reequilibrio de las fuerzas negociadoras entre trabajadores y empresas, por un lado; y a limitar ("condiciones claras") la subcontratación, por otro.

La satisfacción con el acuerdo era notable en ambas partes, que hace apenas una semana parecían estar en las antípodas sobre las reformas necesarias del mercado laboral. Y, de hecho, Yolanda Díaz quiso enterrar públicamente el hacha de guerra con el presidente y la vicepresidenta económica y mandó un mensaje de unidad en la sesión de control del Senado: "El presidente Sánchez, la señora Calviño, el PSOE, Unidas Podemos y yo misma vamos a acabar con los errores del PP y vamos a mejorar la vida de los trabajadores y trabajadoras de nuestro país", dijo, arrancando el aplauso de la bancada del Gobierno en la Cámara Alta (en especial el de la vicepresidenta de Asuntos Económicos, sentada a su lado).

Además, la resolución de la primera gran crisis de Gobierno con Yolanda Díaz como vicepresidenta segunda es muy significativa. Se ha solucionado en menos de una semana y en una reunión de una hora, y ambas partes no se cansan de decir que el Gobierno de coalición está más que consolidado.

La primera gran crisis entre Sánchez y Díaz se sustancia en una semana y en una reunión de una hora

No obstante, el asunto está muy lejos de acabar. Este miércoles, como lleva reuniéndose todos los miércoles desde hace meses, la mesa técnica que tiene que perfilar la reforma laboral volverá a abordar el asunto. Si Díaz ha logrado un compromiso claro del Gobierno con la derogación de la reforma laboral del PP y con la revisión de materias como la negociación colectiva o la subcontratación, no es menos cierto que Calviño ha logrado estar presente en un diálogo social que en los últimos siete meses ha dirigido en solitario la titular de Trabajo.

En esa mesa, por lo tanto, habrá una delegación del Ejecutivo en la que estarán representadas ambas partes (Economía y Trabajo), con una hoja de ruta mucho más clara (recogida en el acuerdo anunciado por la Secretaría de Estado de Comunicación), pero también con el papel de actuar como "árbitro" entre patronales y sindicatos, cuyos planteamientos están completamente alejados en esta cuestión.

El acuerdo entre Unidas Podemos y el PSOE está claro, la unidad se ha escenificado hasta el último detalle (comunicado pactado, el mensaje de Díaz en el Senado...), pero será en la mesa de diálogo donde realmente se vea en qué se va a materializar todo esto. Desde los sindicatos se asegura, de hecho, que la reunión de mañana puede ser una "prueba del algodón" para el Ejecutivo y su renovado compromiso con la derogación de la reforma laboral de 2012.

Las medidas que contiene la reforma se tienen que aprobar antes de que acabe el año, por lo que el reloj no deja mucho margen a más debates en el seno del Gobierno, y el único terreno de juego será el del diálogo social. Habrá que esperar para ver si todo el Ejecutivo juega en el mismo equipo.

 

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