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Los socios esperan de Sánchez guiños a la izquierda tras varias semanas de enfrentamiento

El primer debate sobre el estado de la nación de Pedro Sánchez se produce en uno de los momentos más complicados de la legislatura por las discrepancias de los últimos meses y el contexto de las consecuencias de la guerra en Ucrania.

06/07/2022.- Los portavoces del PSOE, CC y Podemos, Héctor Gómez, Ana Oramas y Pablo Echenique (i a d), respectivamente, entre otros, durante la reunión de la Junta de Portavoces este miércoles en el Congreso. EFE/ Javier Lizon
Los portavoces del PSOE, CC y Podemos, Héctor Gómez, Ana Oramas y Pablo Echenique, respectivamente, durante la última reunión de la Junta de Portavoces en el Congreso. Javier Lizón / EFE

El primer debate sobre el estado de la nación de Pedro Sánchez está llamado a ser una de las citas más importantes de la legislatura, y, por ende, del propio presidente del Gobierno desde que hace cuatro años llegara a Moncloa. A la importancia política e informativa de esta práctica parlamentaria, que llevaba sin celebrarse desde 2015, se suma el momento concreto en el que se desarrolla, pues coincide con uno de los contextos más complicados para el Gobierno de coalición.

Además de las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania, con una inflación disparada y el precio del gas desbocado, se suman los problemas que han convulsionado la coalición gubernamental, así como los enfrentamientos de las últimas semanas con el resto de formaciones de la Cámara Baja, especialmente con los socios de la investidura.

"Hay que reorientar el rumbo del Gobierno y recuperar el ritmo de los avances importantes", pidió el portavoz de Unidas Podemos en la Cámara Baja, Pablo Echenique, el pasado miércoles. Dos días antes, la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, se pronunció en la misma línea.

Aumento del presupuesto militar, el último enfrentamiento

En el marco del debate del estado de la nación después del desencuentro en el último Consejo de Ministros por el aumento en 1.000 millones del gasto militar, las dos almas que componen el Ejecutivo han rebajado el tono a la espera de que Pedro Sánchez y Yolanda Díaz certifiquen de nuevo la reconciliación a través de un encuentro.

Y es que el motivo de este último encontronazo no solo ha salpicado la coalición. También, los socios parlamentarios del Ejecutivo han afeado este último gesto comprometido en la cumbre de la OTAN. No solo porque es "aberrante que se doble el presupuesto" en esta materia, en palabras de la diputada de ERC Carolina Telechea, sino también por la "falta de explicaciones" en sede parlamentaria.

"Las decisiones estructurales, para un Gobierno en minoría, tienen que pasar por el Congreso, pues no son solo 1.000 millones, es el anuncio de aumentar los destructores. Este intento de acercarse al PP puede acabar con un relevo en Moncloa", advirtió el líder de Más País, Íñigo Errejón.

Más asuntos de relevancia sobre la mesa

Más allá de las explicaciones que dé Sánchez sobre este asunto en el debate sobre el estado de la nación, los grupos de la oposición pondrán sobre la mesa otras cuestiones de calado que han marcado la actualidad política en los últimos meses. El histórico giro sobre el Sáhara o las relaciones con Marruecos. También volverán a pedir una investigación sobre la tragedia en la valla de Melilla, que dejó al menos 37 muertos, según las ONG.

Otra cuestión que saldrá sobre la palestra será el caso Pegasus. Y es que el espionaje a más de 65 líderes y activistas independentistas a través de este software israelí abrió una brecha entre PSOE y ERC que todavía no se ha cerrado. Además, el conflicto de Catalunya con el Estado todavía sigue a la espera de propuestas concretas en aras de encontrar una solución antes de que termine la legislatura.

No obstante, la esperada reunión entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès para el próximo 15 de julio, anunciada el pasado viernes tras el tercer encuentro en menos de tres meses entre el ministro Félix Bolaños y la consellera Laura Vilagrà, con la que se pretende certificar el fin de esta nueva crisis institucional, busca también bajar los decibelios de los republicanos en este debate transcendental. 

Fijar un rumbo para "reorientar al electorado progresista"

En medio de este contexto, y ante los malos resultados de la izquierda en los tres últimos comicios autonómicos (Madrid, Castilla y León y Andalucía), las fuerzas parlamentarias que sostienen al Gobierno en el Congreso exigirán a Sánchez fijar un rumbo claro para lo que queda de legislatura a través de políticas destinadas a "reorientar al electorado progresista".

"Frente a los que piden aumentar el gasto en armamento, por cada euro que se destina para ello se deja de invertir en proteger a las familias y los negocios", señaló Pablo Echenique el pasado miércoles para exigir una reforma fiscal justa y progresiva, crear un impuesto a las eléctricas o limitar los precios de los carburantes.

Carolina Telechea, en la línea de lo que han pedido en las últimas semanas los representantes de EH Bildu o Compromís, reclamó "medidas ambiciosas" para las clases medias y los sectores más vulnerables. Asimismo, de cara al debate sobre el estado de la nación, Íñigo Errejón insistió en que "es un momento decisivo para el Gobierno donde tendrá que elegir el rumbo". "Los españoles tienen que salir de esa cita parlamentaria con la certeza de que el Estado va a estar ahí para cuidarlos", remachó.

Por su parte, otros socios como el PDeCAT confían en que este debate sirva para "hacer un análisis profundo de lo que el Gobierno ha hecho hasta la fecha y del trabajo pendiente que le queda por hacer". Así, en relación con Catalunya, el portavoz de esta formación, Ferran Bel, recuerda que todavía quedan "varias carpetas pendientes", por lo que espera que el Gobierno se avenga a "tomar decisiones en el último tramo de legislatura".

Las formaciones tendrán la oportunidad de trasladar todas estas cuestiones mediante sus propuestas de resolución, un aspecto que servirá para medir los apoyos parlamentarios de los que goza el Ejecutivo de coalición de cara a las normas pendientes de impulsar, como la reforma de la ley mordaza o la ley de vivienda.

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