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Crisis humanitaria ¿Cuáles son los países más vulnerables a una crisis humanitaria en 2020? 

Hay latitudes del planeta que parecen resignadas a sufrir episodios de emergencia. Seis de las diez naciones más expuestas a soportar crisis humanitarias, según el International Rescue Committee, son africanas. A las que se unen Afganistán, Venezuela, Siria y Yemen. En conjunto, ostentan menos del 6% de la población global, pero propician el 74% de los refugiados internacionales.

Una mujer lava los platos junto a su hijo en Durban. REUTERS
Una mujer lava los platos junto a su hijo en Durban. REUTERS

DIEGO HERRANZ

El informe anual del IRC, una emblemática ONG creada por iniciativa de Albert Einstein en 1933, con el fin de oponerse a las políticas raciales de Adolf Hitler, y cuya finalidad fundacional es la de ayudar a las personas que se encuentren perseguidos por motivos políticos o religiosos o de índole racial, mantiene su visión del alto riesgo de catástrofes humanitarias que sigue dominado a un nutrido número de países en el mundo.Desde conflictos armados, a pandemias, desastres naturales o cualquier otro fenómeno que provoca situaciones de emergencia civil. 

La mayoría de estas naciones, expuestas a este tipo de amenazas, se localizan en África. Al menos, entre su triste lista de diez estados con mayores posibilidades de sufrir alguna crisis humanitaria; en este caso, en 2020.

En su empeño de captar la atención de la comunidad internacional y del activismo civil, el IRC recuerda que esta decena de países albergan a menos del 6% de la población global, pero son los emisores del 74% de los refugiados del planeta. De personas que abandonan sus lugares de nacimiento en busca de asilo. Estos son, por orden decreciente, los más vulnerables:

10. República Centroafricana

La principal amenaza sobre la población es la coalición de varios grupos armados musulmanes conocida como Seleka tomó la capital, Bangui, en 2013. Desde su instalación en el centro de gravedad político del país, miles de personas han fallecido, casi todas en conflictos armados con las milicias cristianas.

El Gobierno centroafricano firmó en febrero del pasado año un acuerdo de paz con los movimientos insurgentes, pero no ha sido efectivo y las hostilidades abiertas continúan, asegura el IRC. Más de uno de cada cuatro habitantes ha sido forzado a abandonar sus hogares, dejando unos 600.000 desplazados en el país y otra cantidad similar de personas que se han visto en la obligación de abandonar su patria. Especialmente, a territorios como Camerún, República Democrática del Congo o Chad, afirman datos estadísticos de Naciones Unidas.

El país también es vulnerable a las inclemencias meteorológicas, sobre todo a las inundaciones, y su población corre el riesgo de contagio del ébola, virus que ha emergido en varias ocasiones en los últimos años de su vecino Congo.

9. Somalia

Escenario de constantes conflictos desde la década de los noventa, una gran parte de su población ha salido del país, hacia naciones limítrofes. También ha experimentado flujos ciudadanos hacia localidades alejadas de las principales urbes, donde se concentran la mayoría de los atentados y altercados entre milicias. Soporta las sequías más persistentes del llamado Cuerno de África, motivo preferencial de sus crisis de hambruna.

En su espacio jurisdiccional se han instalado movimientos armados como Al-Shabab, la marca de Al Qaeda en el Sahel, y varias de las filiales más activas del ISIS, informa Business Insider.

8. Burkina Faso

El riesgo de emergencia se ha intensificado a lo largo de 2019, con un creciente repunte de altercados y conflictos armados entre grupos asociados a Al Qaeda y el ISIS, que han intensificado la llamada a sus filas de civiles. El número de desplazados en su territorio ha subido de los algo menos de 9.000 en 2018, hasta los 47.000 en la primera mitad del pasado año y otros 56.000 en el segundo tramo de 2019.

La violencia también ha ocasionado heridas a casi 2.000 escolares y 91 instalaciones hospitalarias fueron atacadas por insurgentes, lo que ha propiciado que unos 270.000 niños en edad escolar y 1,2 millones de personas se quedaran sin acceso a la educación y la sanidad, asegura el IRC. En 2018, fue declarado por el FMI como el país más pobre de la tierra, en el que la mayor parte de su población vive con menos de 1.000 dólares anuales.

7. Sudán del Sur

La violencia civil que se ha instalado en la nación más joven del planeta desde 2013, dos años después de la proclamación de su independencia, se une a las varias décadas de contienda militar con Sudán. Desde ese año, ha generado 2,2 millones de refugiados y 1,5 más de desplazamientos internos, según la ONU.

Además, el riesgo de hambruna se ha elevado por la sequía, las tormentas y los casos de corrupción que surgen en torno a los fondos de ayuda del exterior. Las inundaciones de 2019, especialmente intensas y prolíficas, aumentó el número de casos de malaria y diarrea. Cada niño puede enfermar de malaria y uno de cada cuatro, tener algún episodio de diarrea este año, apunta Naciones Unidas.

El acceso a Sudán del Sur también resulta difícil por las trabas burocráticas, lo que impide a cientos de trabajadores humanitarios recalar en el país. El personal de las ONG’s son objetivo de los grupos insurgentes, ya que varias docenas de sus representantes han sido asesinados desde 2012.

Varias mujeres llevan sacos de alimentos en el pueblo Nimini, en el estado de Unity, al norte de Sudán del Sur.- REUTERS / Siegfried Modola
Varias mujeres llevan sacos de alimentos en el pueblo Nimini, en el estado de Unity, al norte de Sudán del Sur.- REUTERS / Siegfried Modola

6. Afganistán

La inestabilidad política derivada de la invasión estadounidense de 2001 continúa a pesar de que ha costado a los contribuyentes estadounidenses más de 1 billón de dólares. Los atentados de grupos talibanes y del ISIS con el gobierno siguen sin cesar. El conflicto armado ya ha provocado casi 2,5 millones de refugiados, alerta la ONU, desde un país que se enfrenta a las sequías, actividad sísmica y deslizamientos de tierra, que se complican por la pobre y escasa red de infraestructuras.

El IRC también menciona como amenazas las violaciones de los derechos humanos y cataloga al país como uno de los más peligroso por riesgo de terrorismo. En 2019, la Administración Trump inició y cerró casi de inmediato negociaciones con los talibanes, a pesar de haber prometido el retorno de sus fuerzas armadas de conflictos eternos como el afgano.

Un dossier de documentos confidenciales a los que ha tenido acceso The Washington Post y que se publicaron el pasado diciembre, revelan que altos cargos de la Casa Blanca cuestionan de forma habitual a la opinión pública sobre su percepción sobre la guerra en Afganistán, pero sin definir estrategia alguna y sin tener una comprensión fidedigna del país.

5. Venezuela

El Gobierno de Nicolás Maduro se enfrenta a una crisis económica que ha creado una hiperinflación récord, con subidas de precios del 10 millones por cien en alimentos y medicinas, productos de primera necesidad que sufren constantes desabastecimientos. Los casi siete años de recesión ha dejado al 94% de los hogares en situación de pobreza, dicen los datos estadísticos del Departamento de Estado americano, y a nueve de cada diez hospitales sin unos recursos mínimos para desarrollar su labor.

El éxodo de ciudadanos es masivo, sobre todo, hacia Colombia. Unos siete millones de personas necesitan asistencia humanitaria, señala la ONU. Caracas ha puesto impedimentos de entrada a ONG’s. Más de 4,6 millones de venezolanos han salido del país, cita el IRC. También a Brasil. En ambos pasos fronterizos se han producido aglomeración de peticionarios de asilo.

Manifestación en Venezuela. EFE
Manifestación en Venezuela. EFE

4. Nigeria

La larga década de insurgencia armada en el noreste se ha extendido hacia la parte occidental del país, causando inestabilidades interregionales y propiciando 540.000 desplazados entre las zonas del norte, preferentemente. En realidad, una porción más que considerable de las regiones septentrionales están, de facto, bajo el control de grupos armados, lo que impide a 1,2 millones de residentes el acceso a servicios como la educación y la sanidad e, incluso, a los bienes alimentarios de primera necesidad.

Nigeria está amenazada también por una persistente sequía que se combina con inundaciones y desbordamiento de ríos, fenómenos que han creado cauces de contagio y expansión del cólera. El país, además, presenta infraestructuras deficitarias y deficiencias en el sistema de Salud. Si bien, en el sur, tanto las redes de comunicación como las de distribución de luz y agua y la atención sanitaria está garantizada. En especial, en Lagos y en Abuja, la capital.

3. Siria

La guerra civil que se inició en 2013, con la involucración de múltiples naciones foráneas en el conflicto, ha perpetuado la contienda. Los constantes combates e incursiones aéreas han dañado la mayor parte de su red de infraestructuras y dejado en menos de la mitad los centros de atención sanitaria que están en disposición de atender pacientes de manera fluida. Casi dos de cada tres escuelas están dañadas, según datos de Naciones Unidas.

El conflicto armado ha creado más de seis millones de desplazados y 5,7 de refugiados, generando una de las crisis humanitarias de mayor dimensión, explica el IRC. Una gran parte de países europeo y Turquía han cerrado sus fronteras a ciudadanos sirios. Los combates entre las fuerzas armadas del presidente Bashar Al Assad y grupos rebeldes son constantes y, en ciertos lugares, aún muy intensos. Varios cientos de mujeres y niños de combatientes del ISIS se agolpan en campos de refugiados en el noreste del país, sin control gubernamental alguno.

En octubre pasado, Trump ordenó la retirada de los mil soldados estadounidenses en el norte de Siria, decisión que posibilitó la invasión turca de las milicias kurdas que lucharon contra el ISIS y al lado de EEUU y que permitió la fuga de cientos de prisioneros que combatieron en el ejército del llamado Califato Islámico.

2. República Democrática del Congo

El este del país alberga a más de un centenar de grupos armados. Además, el país debe lidiar con el ébola y brotes constantes de sarampión. La tensión entre la insurgencia y la crisis sanitaria es el resultado de varias décadas de subdesarrollo y de una red de infraestructuras frágil.

La población es altamente dependiente de los cultivos y muy vulnerable a los desastres naturales, demasiado frecuentes. Casi 16 millones de congoleños son demandantes de asistencia humanitaria y unos cinco millones han experimentado desplazamientos internos, los más importantes de toda África, asegura el IRC.

1. Yemen

Guerra civil sin cuartel, patrocinada por la coalición liderada por Arabia Saudí, desde 2015. Sin visos de que pueda haber armisticio. Las batallas abiertas se suceden casi al unísono de las incursiones aéreas que han destruido infraestructuras, hospitales, escuelas y centros de salud. La mayoría de los puertos están cerrados, circunstancia que dificulta la entrada tanto de medicinas, como de alimentos y de combustible.

Desde 2015, alrededor de 250.000 yemeníes han muerto por acciones bélicas; directa o indirectamente, porque una poción de ellas, 100.000, se han producido por falta de atención médica, alerta el IRC. El país ha tenido que atender varios episodios de cólera en los últimos tres años. Más de 24 yemeníes precisan algún tipo de atención humanitaria, el 80% de la población, según Naciones Unidas.

Los contendientes en la compleja guerra de Yemen acordaron en diciembre de 2018 la apertura de canales humanitarios con los que poder atender la crisis, pero los progresos han sido lentos y casi nulos. El gobierno suscribió un acuerdo para compartir el poder con los separatistas en noviembre pasado y la creación de una fuerza para combatir a los rebeldes hutis que respalda Irán, aunque el IRC lo califica de muy frágil y propenso a la ruptura en cualquier momento.

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