España vive una catástrofe ambiental nunca vista: los megaincendios rebasan ya la capacidad de extinción
Las llamas han arrasado este 2025 casi 350.000 hectáreas, récord de la serie histórica de Copernicus, que comienza en 2006.
Más de la mitad de la superficie calcinada ha sucedido en menos de una semana, con focos con la capacidad de avanzar a hasta 30 kilómetros por hora.
El número de incendios apenas supera el del año pasado, pero la dimensión de los estragos es más de siete veces superior.

Madrid--Actualizado a
Fuera de la capacidad de extinción. La ministra de Defensa, Margarita Robles, afirmó este lunes que el incendio de Jarilla, que ha arrasado 12.000 hectáreas (ha) de las más de 30.000 calcinadas en la provincia de Cáceres, no se puede apagar y que habrá que esperar a que cambie la meteorología. En términos parecidos se expresó este domingo la presidenta de Extremadura María Guardiola, al aseverar que las llamas se encontraban fuera de control. El fuego tampoco da tregua en Ourense, donde ya ha devorado más de 60.000 hectáreas y ha saltado a Lugo, lo que ha supuesto el desalojo de pueblos enteros y la pérdida de sus hogares, pasto de las llamas. Según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS), perteneciente a Copernicus, en lo que va de 2025 en España los incendios forestales han abrasado 348.238 ha, lo que lo convierte en el peor año de la serie histórica, iniciada en el 2006.
El pasado jueves la superficie afectada por los incendios ascendía a 157.501, según el mismo EFFIS. Esto implica que más de la mitad del territorio calcinado ha tenido lugar en menos de una semana. "Los fuegos van cogiendo tracción. Cuanto más aumentan, más superficie queman", explica a Público Cristina Santín, jefa del Departamento de Biodiversidad y Cambio Global del Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (IMIB), dependiente del CSIC.
Más de la mitad del territorio calcinado ha tenido lugar en menos de una semana
La investigadora subraya que estos incendios "son tan intensos que su velocidad a veces alcanza los 20 o los 30 kilómetros por hora". Por este motivo, sumado a que los focos tienen lugar de manera simultánea, "las capacidades de extinción están sobrepasadas". En este sentido, la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, describió este domingo el incendio de Jarilla como "completamente desbocado".
Miguel Ángel Soto (Greenpeace): "Ya no es noticia que determinada ciudad o estación meteorológica registre temperaturas récord"
"Hemos normalizado los récords", destaca a este medio Miguel Ángel Soto, biólogo y responsable de la campaña de Bosques de Greenpeace. "Ya no es noticia que determinada ciudad o estación meteorológica registre temperaturas sin precedentes". El científico y ecologista también indica que "uno de los cambios en la tendencia es que el 40% de la superficie contabilizada es agrícola. Arde cualquier tipo de paisaje, no solo superficie arbolada o montes". En este sentido, el fuego presenta "un comportamiento global".
Incendios de sexta generación
El Ministerio para la Transición Ecológica diferencia entre conato –los focos inferiores a una hectárea– y el resto de incendios. Además, dentro de este segundo grupo, identifica como Grandes Incendios Forestales (GIF) a aquellos que superan las 500 hectáreas. De acuerdo con los datos del Gobierno, la gran mayoría de fuegos se apagan en fase de conato. Santín explica que son unos pocos incendios los responsables de quemar la mayor parte de la superficie.
Una minoría de fuegos son los responsables de quemar la mayoría de la superficie
De acuerdo con las estimaciones satelitales de EFFIS –que utiliza los sensores MODIS y VIIRS de la NASA– este 2025 ha habido por ahora 228 incendios superiores a 30 hectáreas –ya que el servicio no registra focos con dimensiones inferiores–. Apenas supera la cifra del año pasado, cuando en total hubo 219. De hecho, al inicio de la jornada de este lunes, el número de incendios para este año era de 217 y justo alcanzaba la misma cifra que el 2024 cuando la superficie abrasada rompía el récord histórico. En comparación, el año anterior en España se quemaron 42.615 ha, es decir, más de siete veces menos que en lo que vamos de 2025.
Este comportamiento del fuego corresponde con lo que se ha venido a denominar "incendios de sexta generación". Fernando Prieto, director del Observatorio de Sostenibilidad, señala a este medio que no se trata de un término científico. Santín recuerda que es un término muy utilizado por los bomberos de Catalunya para dar cuenta de las características cada vez más comunes de los grandes focos a los que deben enfrentarse. Santín añade que hay otras palabras, como "megaincendio" o "incendios extremos", que no tienen una definición técnica, pero cuyo uso "tampoco es incorrecto porque sirven para ilustrar la evolución del fuego".
Imposibles de extinguir
El último informe anual sobre esta materia de WWF España, Incendios fuera de control, define esta tipología de focos como "incendios de alta intensidad que alteran la estabilidad atmosférica, generando pirocúmulos que pueden derivar en tormentas de fuego. Son incendios explosivos, impredecibles e imposibles de extinguir".
Aunque no se trate de un término con una definición científica, su uso también comienza a ser habitual en esta comunidad. El director de Ecología y Cambio Global en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, Fernando Valladares, aclara a este medio que esta clase de llamas "generan sus propias condiciones climatológicas". Estos pirocúmulos son grandes nubes incandescentes que pueden provocar explosiones en el seno del incendio y generar fuertes ráfagas de viento. Todo ello hace que su comportamiento, incluido la dirección a la que se dirigen, sea impredecible.
"El incendio tiene vida propia y va solo, con unas condiciones meteorológicas generadas por él mismo en relación al calor, la energía y el propio viento que él mismo produce". Estas eran palabras que pronunciaba este domingo Abel Bautista, consejero de Presidencia, Interior y Diálogo Social del Ejecutivo extremeño, al respecto del flanco norte de los fuegos que asolan Jarilla. En esta clase de megaincendios, Valladares afirma que "los técnicos de extinción lo único que pueden hacer es poner en cierta seguridad a las personas e infraestructuras sensibles y esperar a que las condiciones se vuelvan más favorables".
Fernando Prieto, por su parte, se muestra escéptico ante la idea de que los focos sean inextinguibles. "No son incendios que no se pueden apagar. Lo que no debes permitir es que las masas adquieran este comportamiento que puede ser tan combustible", defiende en conversación con Público. Para el experto, la cuestión fundamental estaría precisamente en la planificación previa con el objetivo de prevenir escenarios de desastre como el actual. Y para entender las tareas de prevención, hay que comprender las causas.
Cambios en los usos del paisaje
Las científicas y científicos reiteran que la despoblación rural forma parte del problema actual. Este abandono supone un descenso "de la agricultura y la ganadería extensivas, dejando una acumulación de masas forestales continuas", aclara a este diario Mónica Colmena, técnica del programa de Bosques de WWF. Esto significa que el paisaje cada vez cuenta con menos obstáculos para el avance de las llamas, haciéndolo por tanto más inflamable.
La crisis climática agrava los incendios que proliferan por los cambios en los usos del paisaje
Desde Greenpeace, Miguel Ángel Soto añade que no se trata de un fenómeno reciente. "Desde los años sesenta hay en España una migración del campo a las ciudades", subraya. Las transformaciones en la manera de organizar la sociedad, más basada en el sector industrial y terciario, redunda en transformaciones sobre los propios ecosistemas y los eventos que tienen lugar en ellos. Además, cuando se trata de incendios, estos cambios en el paisaje se ven agravados por los efectos de la crisis climática, con temperaturas cada vez más altas y olas de calor más frecuentes y duraderas.
Con esto en mente, algunas de las medidas de prevención más mencionadas entre los miembros de la comunidad científica tienen que ver con el incentivo del pastoreo o el diseño de paisajes mosaico. "Necesitamos activar un sector forestal que haga de tractor para que los pueblos tengan gente que viva de los recursos locales, y que esos recursos estén gestionados", defiende Soto. "Tenemos el conocimiento. Hay muchas herramientas en la caja. Ahora hay que aplicarlas", concluye Santín.

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