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La Tierra se asoma al abismo climático y ya está a las puertas de superar el umbral de calentamiento de 1,5ºC

En 2023 al menos el 50% de los días tuvieron temperaturas que excedieron en más de un grado y medio los valores preindustriales, según el análisis realizado por el Servicio Europeo de Cambio Climático Copernicus sobre el año más cálido desde que hay estadísticas. 

'No hay planeta B', reza una pancarta. EFE/ Clemens Bilan
"No hay planeta B", reza una pancarta. EFE/ Clemens Bilan.

El planeta se encuentra al borde del abismo climático. En 2015 los gobiernos acordaron, tras escuchar las recomendaciones de la ciencia, poner medidas para que la temperatura global no subiera más de 1,5ºC respecto a los niveles de la era preindustrial. Superar ese umbral supone, de una forma simplificada, llegar a un punto de no retorno para la humanidad en el que la crisis climática tendrá consecuencias devastadoras. Sin embargo, la actualización de los datos realizada por el Servicio Europeo de Cambio Climático Copernicus (C3S) deja claro que el objetivo está muy cerca de incumplirse, ya que en 2023 el termómetro planetario registró una subida de 1,48ºC.

"Los extremos que hemos observado en los últimos meses proporcionan un testimonio dramático sobre lo lejos que estamos ahora del clima en el que se desarrolló nuestro modelo de civilización", analiza Carlo Buontempo, director del Servicio de Cambio Climático Copernicus. "Esto tiene consecuencias profundas para el Acuerdo de París. Necesitamos descarbonizar urgentemente nuestra economía mientras usamos los datos y conocimientos climáticos para prepararnos para el futuro". 

Aunque a nivel mundial no se ha logrado batir esa marca de 1,5ºC, Copernicus informa de que las temperaturas del aire en superficie batieron anomalías térmicas por encima de dicho umbral en numerosos momentos puntuales del año. Tanto es así, que en 2023 al menos el 50% de los días tuvieron temperaturas que excedieron los valores preindustriales en más de un grado y medio. De seguir así, dice el informe, es muy probable que a lo largo de este año se alcance un calentamiento superior a 1,5ºC.

A todo ello se añade el hecho de que 2023 terminó como el año más cálido "jamás registrado". La temperatura media global se sitúo en el 14,98ºC, superando por 0,17ºC a 2016, hasta la fecha el año con la temperatura media más alta. Si se compara con el promedio 1991-2020, este último año ha sido 0,60ºC más caliente. 

Prácticamente en todos los meses del año se ha batido una marca meteorológica. A nivel mundial, el verano boreal (de junio a agosto) ha sido el más cálido registrado; en el mes de septiembre el alza de la temperatura media ha sido la más alta; y diciembre ha sido el más cálido a nivel mundial, con una temperatura promedio de 13,51ºC, es decir, 1,78ºC por encima de los niveles preindustriales para esa etapa del año.

En paralelo, las aguas marinas han ido sufrido un calentamiento abrupto. Las medias globales entre el mes de abril y el mes de diciembre fueron las más altas desde que hay datos. El cambio climático está detrás de ello, pero también la llegada del fenómeno El Niño, apunta la publicación.

Con un océano en plena ebullición, las masas de hielo han seguido menguando. En la Antártida la extensión diaria y mensual alcanzó mínimos históricos en febrero de 2023. En el otro polo, en el Ártico, la extensión de hielo marino en marzo –el momento del año en el que hay más cantidad– se ubicó entre las cuatro más bajas desde que hay registros. 

Los niveles más altos de gases de efecto invernadero

Mientras el planeta se calienta y los récords se baten de manera sistemática, las economías no consiguen dejar atrás los combustibles fósiles, cuya quema es la causa principal de la crisis climática. Las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero se han cerrado al alza en 2023. Eso no tiene que ver con el volumen de las emisiones anuales, sino con la acumulación de estas mismas en la capa que rodea a la Tierra y con el potencial que tienen a la hora de acelerar la subida global de temperaturas.

Así, la presencia de dióxido de carbono (CO2) repuntó un año más hasta las 419 ppm (partes por millón), lo que supone un incremento de 2,4 ppm respecto a 2022. De este modo, el planeta se distancia aún más del valor de CO2 considerado seguro por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), las 350 ppm, y se aleja de las 280 ppm que había antes de la revolución industrial. 

Respecto al metano, las concentraciones de este gas se situaron en 1.902 ppm, lo que supone 11 ppm más que en 2022. No obstante, en este caso la tasa de crecimiento experimentó un retroceso y fue menos alta que la media de los últimos tres años.

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