El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha destacado la operación policial que ha permitido detención de cuatro personas por su presunta relación con la "kale borroka", ya que el 30 por ciento de los que empiezan "con la llamada violencia de baja intensidad acaba jugando en la de alta".

De esta forma se pronunció el titular de Interior, en una entrevista en TVE, recogida por Efe, en la que se refirió a la operación policial desplegada en el País Vasco contra la violencia callejera, que, según dijo, demuestra la "clarísima vocación" del Gobierno de evitar que la cantera de ETA campe por sus respetos".

"Evitar que la cantera produzca etarras, evitar el salto de juveniles a senior, me parece que es una tarea de las fuerzas de seguridad", ha subrayado el ministro, quien se ha mostrado decidido a que "no sea gratis" en el País Vasco realizar estos actos de violencia callejera.

Sobre los presos de ETA, el ministro ha explicado que hay "un sector importante" que ven con "frustración que el llamado proceso de paz no haya acabado bien" y que "saben que ya no van a ganar la batalla".

El ministro ha confiado en que dentro de uno o dos años, cuando veamos el proceso de paz con perspectiva, podamos concluir que "ETA es quien ha perdido realmente la tregua". "Yo creo que es así, que ha perdido la última oportunidad", ha añadido.

En relación a la propuesta del lehendakari de convocar una consulta popular en Euskadi el año próximo, el ministro cree que es una propuesta política y que Ibarretxe sabe que hay un sector del nacionalismo radical que no sabe dónde ir y por ello "ha echado sus redes en ese caladero".

También se refirió al terrorismo islamista y advirtió de que, aunque se ha mejorado frente a este fenómeno, la "amenaza está ahí", como lo demuestra las veces que aparece el nombre de España en los comunicados bien de Al Qaeda o la yihad.

Rubalcaba insistió en que tras la sentencia por los atentados del 11-M "lo que toca es juntarnos, sumar fuerzas y hacer frente a la amenaza que existe", e incidió en que no quería volver a hablar en el Parlamento sobre este asunto, por lo que intentará olvidar, dijo, los insultos que recibió ayer en el Congreso cuando compareció para informar.