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El peligro del balón parado

Guardiola insiste a los suyos sobre la inferioridad física de la plantilla para evitar que conceda córneres y faltas

RUT VILAR

En sus inicios como entrenador, a Pep Guardiola hubo que convencerlo para que su equipo, entonces el Barça B, defendiera los córneres en zona. Acostumbrado durante su etapa como futbolista a marcar al hombre en este tipo de acciones, el de Santpedor alternó la zona con alguna defensa mixta en su primer año en un banquillo. Fue Tito Vilanova quien persuadió al entrenador azulgrana. Sus argumentos resultaron tan contundentes que, en los últimos años, el Barça sólo ha optado en una ocasión por defender los córneres con una mixta: para controlar a Nicola Zigic, un delantero que supera los dos metros de altura.

La sensación es que el Barcelona, con su apuesta por los bajitos, sufre para defender las jugadas a balón parado. Esta temporada ha recibido dos goles de córner en la Liga (Athletic y Getafe), uno en la Supercopa (Madrid) y otro en la Liga de Campeones (Milan). 'Somos un equipo bajito. E intentamos defender bien este tipo de acciones. Pero si uno salta más que los demás, no se puede hacer nada. No somos una potencia en eso, ya lo sabemos. Tenemos otras cosas', reconoce el técnico.

De hecho, el entrenador insiste a menudo a sus jugadores sobre la inferioridad física de la plantilla. Pretende Guardiola que todos estén alerta y concedan el menor número de córneres y faltas posibles. En la última final de la Liga de Campeones, en Wembley, Vilanova, responsable de preparar las jugadas de estrategia del equipo y de establecer cómo se defiende la propuesta rival, advirtió al grupo de la fortaleza de los futbolistas del United en los saques de esquina. Ese día, el Barcelona no concedió ninguno.

Así las cosas, es Tito quien decide cómo se defiende la zona en cada partido, según las características del oponente. Falto el equipo de kilos y centímetros, lo que resulta innegociable es que para alejar al contrario del área de Valdés el Barça deja un par de jugadores, como mínimo, cerca de la línea de medios, amenazando el contraataque. Ocurre lo mismo cuando se trata de defender una falta lateral.

En el clásico de Liga disputado el curso pasado en el Bernabéu, a punto estuvo el Madrid de sorprender al Barcelona tras botar un saque de esquina. Sólo la fortuna de Adriano, que despejó el balón en la línea de gol, evitó el tanto de Cristiano Ronaldo. El conjunto blanco también echó mano de la pizarra, sirvió el córner al segundo palo para devolverlo luego al primero, cuando la defensa azulgrana, siguiendo la pelota, había descuidado esa posición.

Esta temporada, suma el Madrid en la Liga cuatro goles de córner por uno recibido. En la Champions, ha marcado dos y no ha encajado ninguno.

En cuanto al diseño y la elección de las jugadas de estrategia del Barça, esa también es una tarea que asume Vilanova. El segundo de Guardiola trabaja con la información del rival que le proporcionan Jordi Roura, Carles Torrent y Domènec Planchart, los responsables de grabar y editar los partidos de todos los oponentes del conjunto azulgrana.

Ausente Tito estos días el técnico se recupera de una delicada operación en la glándula parótida, una de las glándulas salivales, el entrenador de porteros, Juan Carlos Unzué, y el propio Roura se han hecho cargo de este apartado del juego. 'Estamos acostumbrados a trabajar el balón parado con Tito, pero no ha sido un problema, todo ha ido igual de bien', apunta Alves. Aún así, nadie descarta la presencia de Vilanova en el Bernabéu, donde la mañana del 2-6 propuso a Xavi, Puyol y Piqué la ejecución de un córner que luego el capitán consumó a la perfección ante Casillas.

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