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Elecciones 10-N Los candidatos se juegan el voto indeciso en el único debate a cinco de la campaña

Pedro Sánchez, Pablo Casado, Albert Rivera, Pablo Iglesias y Santiago Abascal se enfrentan este lunes en el primer y último debate electoral que habrá en la campaña. Catalunya, el bloqueo político y los pactos poselectorales serán los principales ejes de un debate que se produce a seis días de las elecciones.

Plató del debate electoral del 28-A J.R. MORA

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Solo habrá un debate electoral. Los candidatos de los principales partidos a la Presidencia del Gobierno cruzarán propuestas, reproches y programas de forma directa en una única ocasión, que tendrá lugar este lunes, a seis días de las elecciones del 10 de noviembre. Pedro Sánchez, Pablo Casado, Albert Rivera, Pablo Iglesias y Santiago Abascal se verán las caras en un momento en el que el voto indeciso es más que determinante para decantar los resultados de los comicios.

En la última macroencuesta preelectoral, publicada la pasada semana por el Centro de Investigaciones Sociológicas, se apuntaba a que en octubre, cuando se hizo el trabajo de campo del estudio, un 33% de los encuestados no tenía decidido el voto. En los comicios de abril, el 10% de los votantes decidió el sentido de su sufragio en la última semana, por lo que los expertos demoscópicos apuntan a la existencia de una gran variabilidad en el voto. En este sentido, los debates cobran una relevancia crucial a la hora de decantar los apoyos por parte de los electores a las formaciones.

El conflicto en Catalunya, el bloqueo político (que derivó en la repetición electoral del 10-N) y los pactos poselectorales serán tres de los grandes ejes del debate, aunque habrá un apartado económico que tendrá un peso importante, debido a que la economía ha centrado buena parte del foco en las últimas semanas a raíz de los síntomas de desaceleración que se están produciendo.

Cualquier manual de Ciencias Políticas aconseja que, cuando uno va en primer lugar en los sondeos en unas elecciones, lo inteligente es no arriesgar en un debate electoral. Y el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno lo tiene asumido.
En esta ocasión no necesitará llamar "ruin ni miserable" a ningún candidato, como sí hizo con Mariano Rajoy en las elecciones de 2015 que tenía perdidas antes de empezar. Ni tampoco necesita entrar en el "cuerpo a cuerpo" con descalificaciones a otros adversarios. Más bien Sánchez procurará todo lo contrario en el debate. Potenciar la imagen de que es el presidente del Gobierno, aunque sea en funciones, y que tiene que seguir siéndolo.

Los mensaje que lleva preparados, según fuentes consultadas, son las mismas ideas-fuerza que está exponiendo en cada mitin: sólo el PSOE garantiza la estabilidad y que en España haya un Gobierno; denunciar la postura de bloqueo de las dos derechas y, en especial, de Unidas Podemos; advertir de que PP y Ciudadanos pactarán con Vox si lo necesitan para llegar al Gobierno; dejar claro que no contempla acuerdos con el PP y, para despejar dudas, incidir en que su objetivo es llegar a un acuerdo programático y legislativo de claro corte progresista.

Casado buscará el cara a cara con Sánchez

Y de ahí no se moverá. Sánchez. No buscará ganar el debate, buscará no perderlo y que no le reste votos. Sus asesores saben que estos debates no son el lugar donde mejor se mueve su candidato, pero están convencidos de que se defenderá bien y, sobre todo, no cometerá errores que pudieran resultar decisivos.

Quien sí apostará más en el debate es Pablo Casado, que seguirá su estrategia de campaña en el debate: confrontar principalmente con Sánchez y tratar de convencer de que el PP es la única alternativa al PSOE. El líder del los 'populares' tratará de no entrar en reproches con los representantes de Vox y Ciudadanos, dejando claro que el único voto útil para echar a Sánchez es a su partido.

En Génova creen que el hecho de que Vox participe en el debate beneficia principalmente al PSOE y viceversa. Hablan incluso de una pinza entre ambos partidos para conseguir que el PP no esté fuerte. Los 'populares' han insistido mucho en realizar un debate cara a cara que en el PSOE han obviado. En el anterior debate -especialmente en el de TVE- Casado estuvo desdibujado frente a Rivera.

Casado quiso -y también quiere ahora- proyectar la imagen de "hombre de Estado", más institucional. A pesar de que dicen que no quieren confrontar, sí le reprocharán a Rivera no haber aceptado ir en coalición en España Suma, como ya hizo Cayetana Álvarez de Toledo en el debate del pasado viernes con Inés Arrimadas.

Ciudadanos buscará movilizar a su electorado a través del debate. A los de Albert Rivera les preocupan los tiempos, más reducidos que en anteriores debates por la presencia de Vox

En Ciudadanos creen que los debates les van bien, les benefician y ayudan a movilizar a su electorado, ya de por sí muy desmovilizado. Para ellos, la principal diferencia respecto a debates anteriores son los tiempos. Hay un actor más, Vox, que ha limitado a 5 los minutos que tendrá cada candidato por bloque temático, algo que consideran que puede influir. A ellos les gustaría más tiempo porque aseguran que Rivera se luce en estos cara a cara.

Desde la dirección apuntan que el resto de partidos quería el debate el lunes para tener posibilidad de recuperar errores. ("Sánchez no es la persona que más debate de España"). El secretario de Comunicación de Cs, Fernando de Páramo, aseguró que prescindir de que a un partido le toque cerrar los bloques fue idea suya y que todos los partidos estaban de acuerdo.

Para Podemos los debates televisivos son el punto fuerte de la campaña, ya que Iglesias ha demostrado una gran habilidad en estos espacios. De hecho, desde el partido siempre señalan los debates de abril como el momento en el que comenzaron a subir y a mejorar la imagen de su candidato durante la campaña tras semanas de encuestas que auguraban un descalabro electoral.

Fin del 'guante blanco' de Iglesias con Sánchez

Por esto ahora mantendrá las formas y se mostrará calmado y moderado entre el resto de líderes políticos. Eso sí, se acabó el guante blanco con Sánchez. Iglesias se sigue ofreciendo como su aliado, pero no duda en recriminarle al socialista que haya girado su discurso hacia la derecha y que le engañara cuando le dijo al principio de las negociaciones para la investidura que sí aceptaba una coalición.
En este sentido, y según ha podido saber Público, el candidato de Unidas Podemos lanzará dos mensajes principales.

Pedirá al resto de dirigentes políticos que sean claros con su política de pactos tras el 10-N. Por esto mismo pedirá explícitamente a Sánchez que explique si llegará o intentará llegar a un acuerdo con el PP, y volverá a insistir en la coalición.

Iglesias tiene pensado evitar la confrontación directa con Abascal para que no saque "rédito" político del debate electoral

El otro mensaje clave será intentar centrar el debate en "medidas concretas para afrontar la recesión económica". Iglesias quiere hablar de las políticas que se harían si llega otro futura crisis para evitar que Catalunya y el dictador Francisco Franco copen el debate, como ocurre con la campaña. Además, volverá a intentar que se debata sobre la Constitución, pero no del artículo 155: "Escuchamos en medios algo tan desvergonzado como referirse al PSOE, PP, Cs y Vox como partidos constitucionalistas. Ya que lo son, el lunes vamos a proponer hablar de la Constitución y de artículos como el 31 que dice que el sistema fiscal sea progresivo”, avanzó en un mitin en A Coruña este domingo. En los debates de abril el candidato fue la Carta Magna en la mano. 

Por último, Iglesias tiene pensado evitar la confrontación directa con Santiago Abascal. Pese a estar en las antípodas del líder ultraderechista, en el partido no quieren darle mayor protagonismo para que Vox no saque "rédito" del debate electoral.

Esta noticia se ha realizado con la información de Manuel Sánchez, Marta Monforte Jaén, Beatriz Asuar Gallego y Alexis Romero.

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