Este artículo se publicó hace 2 años.
Junts busca la consolidación en las elecciones municipales con el reto de crecer en el área metropolitana de Barcelona
El partido se encuentra en pleno período congresual y de relevo de la dirección, lo que dificulta la preparación para los comicios de mayo de 2023. En 2019 la lista homónima, embrión del partido, quedó tercera fuerza en votos por detrás de ERC y PSC y ahora aspira a subir posiciones y encontrar una marca propia que también apele a los votantes metropolitanos, zona donde tiene poca presencia.
Emma Pons Valls
Barcelona-Actualizado a
Junts per Catalunya (JxCat) afronta un momento complejo, inmerso en un período congresual donde ha renovado la ejecutiva en medio de tensiones internas y con el reto que supone el adiós del expresident Carles Puigdemont, impulsor y símbolo del partido. A menos de un año de las municipales, el partido trabaja para fortalecer la marca de cara a unos comicios en los que todavía no ha concurrido como tal y que serán una prueba de fuego para su consolidación. Uno de sus grandes retos es mejorar los resultados en el área metropolitana de Barcelona, zona estratégica para la influencia del partido en el conjunto del país y, sin duda, el principal punto débil de la formación.
Los resultados de JxCat en las últimas municipales no fueron "suficientemente buenos", reconoce Antoni Morral, secretario del partido para el área metropolitana y la pluralidad ideológica y delegado del Govern en Barcelona. Junts perdió cerca de 500 concejales respecto a 2015, cuando la mayor parte de los electos se habían presentado todavía bajo el paraguas de Convergència i Unió (CiU), fuerza electoral hegemónica.
En 2019 Junts no era un partido, sino una coalición de Convergència y el PDeCAT que sumaba a independientes
En las municipales de 2019, JxCat quedó tercera fuerza con un 15% de voto, por detrás de ERC (23%) y PSC (22%). Obtuvo 2.798 concejales, por debajo de los republicanos, con 3.107, pero a distancia del PSC, con 1.315, gracias a su mayor presencia en pueblos pequeños. Sin embargo, en número de alcaldías se situó en primer lugar, con unas 370, muy ajustada con ERC -que logró 359-, aunque perdió bastante respecto a 2015, con unos sesenta alcaldes menos.
En 2019, la candidatura de JxCat era el embrión de la formación pero todavía no estaba constituida como partido. Se trataba de una lista que se había creado en 2017 como coalición electoral entre Convergència Democràtica (CDC) y el PDeCAT y que sumó también a personalidades independientes. Es una receta que utilizó en las elecciones catalanas de 2017, así como en las municipales, las europeas y las estatales de 2019.
Una marca propia tras la reestructuración del espacio
Junts perdió más de 112.000 votos después de unos años en los que el independentismo había sufrido una fuerte reestructuración, especialmente en el entorno de Puigdemont y su partido. La formación del expresidente mutó progresivamente de CiU a CDC a raíz de la ruptura con Unió, posteriormente se reconvirtió en el PDeCAT y después saltó a JxCat, primero como candidatura y posteriormente como partido. Uno de los objetivos del partido actualmente es, precisamente, forjarse una marca propia para distanciarse del legado convergente.
Entre 2019 y 2021, ERC superó a los postconvergentes en todas las elecciones menos en las europeas
Toda esta transformación, fuertemente vinculada al 1-O y a la represión que se desató a posteriori, así como a los propios motivos internos del partido, como los escándalos de corrupción, tiene consecuencias visibles en el actual Junts. El partido afronta el reto de consolidarse dentro del espacio independentista y quiere potenciar un nicho que le permita recuperar la hegemonía independentista perdida en manos de ERC. Entre 2019 y 2021, los republicanos superaron a los postconvergentes en todas las citas electorales menos en las elecciones europeas, en las que el liderazgo de un Puigdemont exiliado en el corazón de la Unión Europea impulsó los resultados.
Paralelamente, para Junts las elecciones de 2023 serán las primeras municipales donde se presenta totalmente desvinculado del PDeCAT, con quien tiene una disputa en los tribunales por usar la marca. La ruptura definitiva con el partido hermano hace prever cierta bifurcación de voto y consecuentemente un debilitamiento de los resultados, como ya ocurrió en los comicios del 14-F.
Por eso, fuera de los focos, el partido está trabajando para que los alcaldes que se han mantenido en el PDeCAT, como los de Martorell, Lloret de Mar, Tortosa, Igualada o Mollerussa, den el paso y se unan a Junts. Se trata de lo que se puede considerar una OPA hostil donde no hay sitio para una negociación conjunta entre formaciones, como han dejado claro sus dirigentes.
Uno de los retos, mejorar los resultados en el área metropolitana
En 2019, una identidad de partido vinculada de forma clara con el 1-O, Puigdemont y la independencia no sirvió para ganar las municipales, y menos en el área metropolitana de Barcelona, señala Morral, donde el descenso electoral fue más pronunciado que en el conjunto de Catalunya. La antigua CDC tenía sus principales feudos en las comarcas de Girona y en el interior de Catalunya, donde Junts todavía conserva buena parte del voto.
En ciudades relevantes como L'Hospitalet, Cornellà o Santa Coloma, Junts no obtuvo concejales
Por provincias, en las municipales Junts obtuvo un 12,19% de voto en Barcelona, frente al 21,38% en Tarragona, el 29,67% en Girona y el 31,35% en Lleida. En 2015, CiU había obtenido el 18,23%, el 26,51%, el 33,65% y el 33,72% respectivamente.
En número de votos, ERC quedó por encima en todas las provincias, mientras que el PSC solo lo hizo en Barcelona. En número de concejales, sin embargo, JxCat quedó por delante de los republicanos en Girona y en Lleida debido al sistema electoral que premia a los territorios con menos población, y por delante de los socialistas en todas partes.
Los malos resultados en el área metropolitana hicieron que en ciudades relevantes como L’Hospitalet, Cornellà y Santa Coloma de Gramenet, Junts no obtuviera representación y en otras, como Badalona, sólo tenga un representante. De cara a 2023, el partido se marca el objetivo de presentar candidaturas en todos los municipios del AMB y mejorar los resultados con una "identidad propia" para este ámbito territorial. Aunque la cuestión nacional debe tener un papel, Morral sostiene que de cara a las municipales "hay que aterrizar los problemas concretos" de la ciudadanía.
Por ahora, la nueva dirección, encabezada por Laura Borràs y Jordi Turull, está acabando de cerrar los cargos que quedaron vacantes en la ejecutiva. Entre ellos, uno vital para la formación, como es el de secretario de Organización. Será David Torrents, a propuesta de Turull, aunque no obtuvo el número mínimo de votos de la militancia.
Por otra parte, en julio se celebra la segunda jornada del congreso nacional, donde se ratificarán las ponencias organizativas, que servirán para trazar las líneas estratégicas y de contenido político. Junts afronta a contrarreloj la reorganización interna mientras define las líneas ideológicas para competir con un proyecto propio, diferenciado de las principales formaciones rivales, principalmente ERC. Morral sitúa como prioridad definirse como un espacio "útil" y diferenciado de los demás partidos, que quieren "ubicarlo donde les interesa".
Barcelona, una cuestión pendiente
Mientras que formaciones como ERC y los Comuns ya han cerrado el candidato para las municipales en Barcelona, que será Ernest Maragall y Ada Colau, respectivamente, Junts tendrá que replantearlo después de que Elsa Artadi se retirara de la carrera electoral por motivos personales.
En pleno período congresual, el relevo se perfilará en otoño
El partido tenía ligada la candidatura para la alcaldía de Barcelona desde febrero, cuando Artadi había salido elegida en unas primarias sin rival. Hacía meses que había iniciado una intensa precampaña, con visitas a los barrios y duras críticas contra el proyecto del actual gobierno municipal.
Pero su anuncio, el 6 de mayo, que dejaba la política institucional, incluyendo el cargo en el partido y el escaño en el Parlament, ha dejado a JxCat huérfano de candidata y todavía hay un baile de nombres sobre quien podría sustituirla. En pleno período congresual, el relevo se prevé complicado antes del verano por lo que irá de cara al otoño, con el impacto que esto puede tener en el propio partido.
En algunos municipios Junts sí que tiene el alcaldable cerrado, y en el resto, la agenda de primarias va avanzando. En algunos enclaves importantes habrá que renovar liderazgos, como en Girona y en Vic, donde el partido tendrá que afrontar el relevo de las alcaldesas Marta Madrenas y Anna Erra, respectivamente. Ambas han anunciado que no optarán a un tercer mandato.
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