La batalla por el relato en las redes: ¿cómo comunica la izquierda catalana frente a la hegemonía de la extrema derecha?
Cuando el mensaje breve y contundente triunfa, la izquierda trata de adaptar su formato y lenguaje para combatir los algoritmos que potencian los discursos de odio y para llegar a las capas más jóvenes de la sociedad.

Barcelona-
La extrema derecha ha encontrado terreno fértil en las redes sociales para difundir su relato, especialmente en TikTok, donde el contenido rápido, simple y directo corre como la pólvora. La izquierda suele tener más éxito en aplicaciones como Instagram o X, gracias a una audiencia más diversificada y a la variedad de formatos —historias, vídeos, fotografías e hilos—, pero, en general, según los expertos, todavía no cuenta con una estrategia específica para cada aplicación y a veces no acaba de acertar con el formato ni con el lenguaje para atraer al público más joven.
Ahora bien, en Catalunya, partidos como la CUP, ERC o los Comuns han empezado a "ponerse las pilas" para ganar la batalla por el relato y combatir la hegemonía de la extrema derecha y los algoritmos que impulsan los discursos de odio. Lo analizamos en Público con la consultora política especializada en estrategia digital, Anna Carulla, y con el alcalde de la CUP de Cervià de Ter (Gironès), Guillem Surroca, protagonista de una serie de vídeos virales sobre modelo productivo, masificación turística o lengua, entre otros temas.
¿Por qué la extrema derecha domina el relato en las redes?
"La extrema derecha tiene una estrategia muy bien pensada y concreta para cada red social. Quien llega primero es quien marca el ritmo y la izquierda está llegando tarde. Además, la derecha tiene un discurso muy bien armado, con el que sabe señalar perfectamente cuál es, a su juicio, el problema de todos los males", explica Carulla. Según la experta, formaciones como Vox o Aliança Catalana (AC) instrumentalizan la inmigración como "chivo expiatorio" para "vestirse de héroes". "Hacen un diagnóstico del contexto, se agarran a un concepto frío y administrativo como mena [Menor Extranjero No Acompañado], meten todas las realidades en el mismo saco y culpabilizan a la población migrante o racializada. Al mismo tiempo, se presentan como los únicos que aportan soluciones a los conflictos", añade la especialista.
Políticos como Santiago Abascal (Vox) o Sílvia Orriols (AC) en Catalunya aprovechan la desafección política y la falta de confianza en las instituciones —en manos de la izquierda en los últimos años— para crecer como la espuma a golpe de alternativa xenófoba y radical. "La extrema derecha [no solo los partidos políticos, sino también influencers y comunicadores de la llamada fachosfera] se presentan como La España que madruga, la fuerza contra los vagos y maleantes. Autodenominarse y nombrar al resto de una manera muy concreta ayuda a formular un discurso muy digerible y memorable", continúa Carulla.
En este sentido, Arantxa Capdevila, doctora en Comunicación Audiovisual y profesora de Comunicación en la URV, alertó, en una mesa de debate en la UPF, de que los populismos de extrema derecha "tienen una buena coordinación estratégica" a nivel global, a diferencia de los movimientos de izquierda, "que no tienen un discurso común". Capdevila es coautora del libro La democracia en riesgo. ¿Internet e IA al servicio de los populismos?, publicado a principios de año.
¿Cómo se comunica la izquierda frente a la 'fachosfera'?
A pesar de tener los algoritmos de Meta o de Elon Musk en contra, la izquierda busca y pone en marcha nuevas formas de comunicarse a través de las redes sociales. No solo con refritos de discursos o entrevistas, sino con vídeos cortos, mirando a cámara y comprensibles, con más potencial de viralizarse. "A la izquierda le cuesta simplificar el lenguaje y presentar las ideas de manera más simple, pero parece que se están poniendo las pilas para llegar a más capas de la sociedad", apunta la consultora.
Un buen ejemplo —aunque no el único— son los vídeos protagonizados por el alcalde de Cervià de Ter, Guillem Surroca, y publicados en el perfil de la CUP Comarques Gironines. Durante el Procés de Garbí, los anticapitalistas repensaron su estrategia para hacerse más entendibles y ganar adhesión. "Esta iniciativa surge de la necesidad de llegar a capas jóvenes, pero no solo. La única manera de combatir a la extrema derecha en las redes sociales es estar allí. Y no desde una óptica académica, solo hablando para la militancia, sino para que todo el mundo nos entienda: el vecino, el compañero de clase o la persona que no sigue el día a día de la política. Hacía falta un registro más directo y auténtico", reconoce Surroca.
Para no caer en un discurso reductor o superficial, los anticapitalistas incorporan "muchos datos" en su contenido. "Lo que decimos está justificado y tiene argumentos sólidos", continúa Surroca. Además, dice, la CUP no busca atacar al rival, sino hablar de sí misma y ofrecer propuestas. "Creemos que tenemos que hablar de nosotros, de modelo productivo, del empobrecimiento del país, de turismo, de lengua, etc. Eso no quiere decir evitar temas que ha monopolizado la derecha como puede ser el de la migración, pero tratarlos con una óptica de izquierdas. Hablar de condiciones laborales, de derechos, de lengua…", añade.
Según Surroca, la CUP arrancó esta serie de vídeos —con la intención de continuar y consolidarlo como estrategia comunicativa— porque, de este modo, no solo abre el espectro de posibles votantes y simpatizantes, sino que también pone en evidencia que el relato de la extrema derecha es contradictorio. "Hemos señalado que los mismos que critican la llegada masiva de migrantes también defienden sectores que dependen de su sobreexplotación", sentencia.
En cuanto a otros partidos progresistas catalanes, los Comuns y ERC también han empezado a publicar vídeos en este formato, pero de manera menos estratégica. Algunas de las caras que más aparecen en el perfil de Instagram de @somcomuns (23.600 seguidores) son la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau o el eurodiputado Jaume Asens. En el perfil de @esquerrarepublicana (77.500 seguidores) se ha intensificado este tipo de contenido desde que Elisenda Alamany ―que ya ha anunciado su candidatura a la alcaldía de Barcelona para 2027― forma tándem con Oriol Junqueras al frente del partido.
Creadores de contenido en la izquierda
Carulla admite que se está superando la barrera de entrada con la simplificación del mensaje, pero que, comparativamente, se crea menos contenido desde la izquierda. No obstante, existen iniciativas como Pantube.tv, que reúne a creadores digitales con una perspectiva "antifascista, anticapitalista, feminista transinclusiva y descolonial". Algunos de los comunicadores adheridos son los catalanes Pol Andiñach, más conocido como @cuellilargo, con 157.000 seguidores en Instagram, o Helena Sardà (@helenasarda), con 57.200 seguidores.
Del ámbito feminista destacan creadoras catalanas como Júlia Salander (@salander33), con 269.000 seguidores, o Carla Galeote (@galeotecarla), con 138.000. Todos ellos generan mayoritariamente contenido en castellano, pero en el incipiente universo digital catalán hay voces como las de Anaïs Borràs (@anaisborras) o Maria Serra (@petitamer).
Un canal imprescindible de comunicación
Preguntada por si la viralidad se traduce en las urnas, Carulla apunta que, siendo estrictos, "no se puede medir la correlación de manera directa o científica". "Con los datos que tenemos, es muy difícil saber si quien ha visto tu vídeo le ha llevado a votar o no", explica. Lo que sí está claro, dice, es que las redes sociales son un "canal de comunicación vital con la población", una manera muy práctica de "generar conexiones" con simpatizantes y votantes, como cuando los candidatos "salen a pasear" y hablan con los ciudadanos de su municipio.
Las redes sociales se han vuelto cada vez más imprescindibles en la comunicación política —como en casi todo—, pero es importante, según la especialista, no usarlas sin criterio. "Los contenidos refritos de entrevistas o discursos pasan sin pena ni gloria, pueden llegar por la televisión, por donde sea. Lo que es más problemático son los memes u otras publicaciones que pueden penalizar si llegan tarde o generan rechazo entre los jóvenes", señala. Si la audiencia percibe a sus políticos invirtiendo tiempo y dinero —sobre todo si es público— en seguir tendencias más banales, es contraproducente. "Estar en las redes no significa sumarse a todas las tendencias. Si puede funcionar, bien, pero no hace falta practicar todos los bailes y trends de brainrot", concluye Carulla.

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