Cierre de camas y colapso en hospitales: el verano destapa la fragilidad de la sanidad pública en España
Con la llegada del periodo estival se agudizan los problemas crónicos del sistema sanitario.
Sanitarios denuncian la "falta de transparencia" de los gobiernos autonómicos y piden que los planes de contingencia "se preparen con más anticipación".
'Público' analiza, comunidad por comunidad, las consecuencias del estrangulamiento sanitario que padecen pacientes y los profesionales por los recortes y la falta de inversión pública.

Madrid--Actualizado a
La sanidad pública en España atraviesa otro verano más una presión que no da tregua. La imagen de pacientes hacinados durante horas en los pasillos de los hospitales se ha vuelto cotidiana. Las listas de espera interminables forman parte del paisaje habitual del sistema sanitario, mientras los profesionales arrastran una sobrecarga física y emocional. Con la llegada del verano, esta situación se agrava y sale a relucir de una manera mucho más evidente: plantillas reducidas, cierres de camas y refuerzos "insuficientes" dejan al descubierto un modelo sanitario cada vez más al límite por los recortes y la falta de inversión pública.
Julián Manuel Domínguez, jefe del servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario de Ceuta y especialista en gestión sanitaria, identifica una "fragilidad" del sistema hospitalario español que se ve expuesta cuando llega el verano. A su juicio, no se trata solo de un problema puntual, sino de una combinación de "fallos estructurales" y de gestión que se agudizan durante los meses estivales. "Hay una escasez crónica de personal, sobre todo en Atención Primaria y en las zonas rurales, una falta persistente de camas hospitalarias, un gasto farmacéutico sin control, descoordinación entre niveles asistenciales y una privatización progresiva de servicios", resume Domínguez a Público. A estos factores, añade otros dos ingredientes que, según el experto, completan el cóctel: "Una financiación insuficiente y desigual entre territorios y el paulatino deterioro de la Atención Primaria, que es la columna vertebral del sistema".
Domínguez señala las consecuencias del estrangulamiento sanitario sobre los dos pilares del sistema: pacientes y profesionales. "La reducción de camas hospitalarias tiene un impacto inmediato en la atención: se disparan las listas de espera para cirugías, consultas y pruebas diagnósticas. A la vez, el personal sanitario se ve obligado a asumir una mayor carga de trabajo con menos recursos, lo que inevitablemente repercute en la calidad asistencial", explica.
Julián Manuel Domínguez, experto en gestión sanitaria: "Hace falta repensar el modelo sanitario con medidas que reduzcan la presión hospitalaria"
Los efectos no se quedan ahí. Según el experto, este escenario puede desembocar en el cierre temporal de servicios, retrasos críticos en diagnósticos y tratamientos, altas médicas precipitadas y un mayor riesgo de consecuencias adversas: "Hablamos de complicaciones médicas, reingresos evitables, infecciones, caídas y, en los casos más graves, incluso un aumento de la mortalidad hospitalaria". Y todo ello bajo una presión creciente que "incrementa los niveles de estrés y ansiedad tanto en los pacientes como en los profesionales", apunta.
Para poner freno al deterioro cíclico que vive el sistema sanitario cada verano, Domínguez aboga por una estrategia a largo plazo. "Es fundamental anticiparse con una planificación rigurosa de las plantillas, ajustando los recursos humanos a las necesidades reales y asegurando la cobertura de vacaciones y bajas médicas", señala. Para el experto, no basta con gestionar la emergencia estacional: "Hace falta repensar el modelo, incorporando medidas que reduzcan la presión hospitalaria, como reforzar la Atención Primaria, impulsar la telemedicina y optimizar los circuitos asistenciales".
Aunque el verano ya ha arrancado, siete comunidades autónomas siguen sin responder a la solicitud de información enviada por Público sobre cuántas camas hospitalarias prevén cerrar ni qué planes de contingencia tienen preparados para afrontar los desafíos asistenciales de la temporada estival. No obstante, los datos más recientes hablan por sí solos: según datos del SATSE, en el verano de 2024 al menos 10.463 camas quedaron fuera de servicio. La falta de sustituciones por vacaciones y bajas médicas fue, una vez más, el detonante de esta merma asistencial. En 2023 ya se habían contabilizado 9.809 camas clausuradas, consolidando, según el Sindicato de Enfermería, una tendencia al alza que comenzó en 2022 y que "sigue sin revertirse".
Público ha logrado recabar datos concretos que revelan esa fragilidad crónica del sistema sanitario público en toda España. Principalmente en seis comunidades autónomas, Andalucía, Catalunya, Comunidad de Madrid, Galicia, Euskadi y Asturias. Esto, no obstante, no implica que la asfixia no se extienda a todo el Estado. Muy al contrario: sindicatos y asociaciones consultados por este medio denuncian que la ausencia de información oficial por parte de muchas administraciones autonómicas es, en sí misma, un síntoma de lo que consideran una "deficiente gestión sanitaria" durante el verano.
Sanitarios andaluces "salen llorando de los turnos"
En Andalucía, el deterioro sanitario empeora con la llegada del verano. Antonio Macías, secretario regional de Sanidad de UGT Servicios Públicos Andalucía, advierte en declaraciones a Público de que el panorama es "muy delicado", agravado por la supresión de los 20.000 contratos eventuales que se activaron durante la pandemia. La escasez de personal en hospitales andaluces durante el periodo estival provoca un efecto dominó: se disparan las listas de espera, se ralentizan los procesos diagnósticos y terapéuticos, y los plazos de recuperación se alargan. Macías pone el foco en el desgaste emocional del personal sanitario: "Hay trabajadores que salen llorando tras su turno, porque saben que han dejado tareas sin hacer y pacientes sin atender como merecen. La sobrecarga es inasumible y el nivel de frustración, altísimo".
Solo uno de cada cuatro centros de salud andaluces abrirá sus puertas por la tarde durante los meses de verano
El portavoz sindical no oculta su indignación ante la "falta de información" por parte de la Administración. "La transparencia es nula", denuncia. "No sabemos cuántos contratos se van a firmar, de qué categorías profesionales, en qué centros... no se da ni un solo dato". A esa opacidad se suma, asegura, una "lamentable planificación del verano" por parte del Servicio Andaluz de Salud (SAS). "Es un problema más que se añade a todos los que ya arrastra el sistema sanitario andaluz. La situación es crítica y lo peor es que parece que no hay voluntad de revertirla", concluye.
Según los últimos datos difundidos por la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), el mapa sanitario andaluz sufrirá un apagón estival: solo uno de cada cuatro centros de salud −de los 1.513 repartidos por toda la comunidad− abrirá sus puertas por la tarde durante los meses de verano. Además, la actividad quirúrgica se verá recortada en un 25%, mientras que la hospitalaria operará a tan solo el 75% de su capacidad habitual.
La actividad quirúrgica en Andalucía se verá recortada en un 25%, mientras que la hospitalaria operará a tan solo el 75% de su capacidad habitual
Tijeretazo sanitario en Catalunya
En Catalunya, el recorte estival en la atención sanitaria ya se marcó en una fecha en el calendario: el 24 de junio. A partir de ese día −y hasta bien entrado septiembre− comienza la habitual reducción de recursos asistenciales. Así lo confirman a Público fuentes del sindicato médico Metges. Explican que durante estos meses "se cierran algunos quirófanos, camas, plantas... e incluso, en ciertos casos, centros de Atención Primaria durante algunas semanas, derivando la asistencia a ambulatorios cercanos". Este ajuste veraniego, señalan, impacta en la programación de citas e intervenciones no urgentes.
En el verano pasado, la Conselleria de Salud de la Generalitat de Catalunya clausuró, de media, un 16% de las 13.072 camas hospitalarias disponibles en el sistema público catalán durante los meses de julio y agosto. Esto supuso dejar fuera de servicio 2.091 camas, una cifra prácticamente idéntica a la del año anterior (2.079), tal como confirmaron el director del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), Josep Maria Padrosa, y el responsable del Área de Atención Sanitaria del mismo organismo, Àlex Guarga. Desde el sindicato Metges de Catalunya insisten en que este recorte tiene un impacto directo sobre los profesionales: "El cierre de camas implica una sobrecarga evidente, ya que son los propios sanitarios quienes deben asumir a los pacientes de los compañeros que están de vacaciones", denuncian.
Desde el Departament de Salut de la Generalitat aseguran a Público que el sistema sanitario catalán se reorganiza cada verano "como es habitual", con el objetivo de adaptarse a los cambios estacionales. Entre ellos, destacan los desplazamientos masivos de población hacia zonas turísticas, el aumento de la demanda en estas áreas, la necesidad de proteger a los colectivos más vulnerables frente a las olas de calor y la planificación de las vacaciones del personal sanitario. Fuentes oficiales explican que esta reorganización "forma parte de una estrategia previamente diseñada", que incluye múltiples medidas integradas en el Pla Operatiu per prevenir els efectes de la calor sobre la salut (POCS), impulsado por la Agència de Salut Pública de Catalunya (ASPCAT) y el Servei Català de la Salut.
Además, detallan que, durante el periodo estival, "se refuerzan los servicios de Atención Primaria, Urgencias y emergencias en las zonas turísticas y en aquellas que registran un aumento significativo de población". Apuntan que como parte de esta reorganización, "algunos Centros de Atención Primaria (CAP) pueden ver modificados sus horarios, aunque se mantienen las actuaciones preventivas y de seguimiento para las personas más vulnerables frente al calor, así como la atención al resto de necesidades sanitarias". Por último, informan que en el ámbito hospitalario, se reduce la actividad programada −tanto en consultas externas como en intervenciones quirúrgicas− "priorizando los procedimientos que no pueden posponerse, como la cirugía urgente y la oncológica". Aseguran la disponibilidad de camas suficientes para atender "episodios agudos y descompensaciones".
Menos camas y más presión en la Comunidad de Madrid
En la Comunidad de Madrid, el cierre de camas hospitalarias arranca de manera escalonada en junio, según detalla a Público Rosa, trabajadora y delegada del sindicato MATS en el Hospital Gregorio Marañón. Denuncia que la Consejería de Sanidad de Madrid no ha diseñado planes de contingencia reales ni ha previsto refuerzos específicos. "No se contemplan aumentos de plantilla ni reaperturas temporales de camas, dejando a los hospitales sin margen para responder ante picos de demanda". Además, critica que el plan de cierre de camas "no ha sido ni comunicado públicamente ni debatido" con los profesionales sanitarios. "Exigimos que la atención sanitaria no se gestione según criterios de rentabilidad, sino que se mantengan abiertas las camas necesarias, se refuerce al personal y se priorice lo público por encima del negocio", insiste.
La delegada señala también que "casi todas las áreas de los hospitales madrileños se verán afectadas, incluyendo especialidades como medicina interna, cirugía general, neurología, ginecología, psiquiatría, oncología, pediatría y hasta unidades críticas como la UCI pediátrica". "En varios casos se cierran plantas enteras o se reduce su capacidad a la mitad", explica. Añade que esta disminución de camas no aligera la carga laboral; "al contrario, las unidades que permanecen abiertas se saturan, y el personal debe atender a más pacientes con menos recursos y en condiciones cada vez más desorganizadas".
En Madrid está previsto el cierre de cientos de camas en diferentes hospitales de la región
El Hospital Gregorio Marañón es uno de los centros hospitalarios de referencia en la Comunidad de Madrid. De acuerdo con un documento interno de planificación del propio hospital al que ha tenido acceso Público, actualizado el 31 de mayo de 2025, se prevé que en agosto se inhabiliten hasta 256 camas. Julio también registrará una reducción con 232 camas clausuradas, mientras que en septiembre permanecerán fuera de servicio 178. "Esto implica que aproximadamente una de cada cinco camas del hospital no estará operativa durante varias semanas", subraya Rosa.
Además, el Hospital 12 de Octubre, otro de los centros sanitarios de referencia en la Comunidad de Madrid, cerrará alrededor de 265 camas o puntos de atención durante la segunda quincena de agosto de 2025. A este cierre se suman otros centros hospitalarios. El Hospital Universitario de Getafe estima una reducción de 77 camas, lo que incluye el cierre completo de dos plantas a lo largo del verano. También destaca el recorte en el Hospital Universitario de La Princesa, con el cierre de unas 72 camas en el pico del mes de agosto. Por su parte, el Hospital Universitario Infanta Leonor cerrará 32 camas en el mismo periodo. Estos datos han sido facilitados por Comisiones Obreras (CCOO) a Público, como parte de su seguimiento anual del impacto de los recortes estivales en la sanidad pública madrileña.
Por su parte, fuentes de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid aseguran a Público que llevan "semanas trabajando en un plan especial de verano para asegurar que la atención a los usuarios y pacientes del sistema público madrileño se mantenga con la máxima calidad en todos los niveles asistenciales", sin dar más detalle. Subrayan que este ajuste en la oferta de recursos "responde a la demanda real y no debe interpretarse como un cierre de camas durante el verano". Además, recalcan que se garantiza el derecho de los profesionales sanitarios y no sanitarios del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) a disfrutar de sus vacaciones estivales. "En definitiva, la Comunidad de Madrid niega el cierre de camas hospitalarias en verano y asegura la continuidad del servicio público sanitario, así como el respeto a los descansos del personal".
Galicia reduce camas donde más se necesitan
La situación es la misma en Galicia. Fernando Abraldes, presidente de la Asociación de Pacientes y Usuarios del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (APUCHUS), denuncia en declaraciones a Público que el Servizo Galego de Saúde (SERGAS) "se encuentra en un estado de colapso estructural" desde el fin del estado de emergencia sanitaria por la pandemia de la covid-19. "El sistema está saturado porque no se ha actuado con previsión ni responsabilidad institucional", asegura.
Pacientes denuncian que el Servizo Galego de Saúde (SERGAS) "se encuentra en un estado de colapso estructural" desde el fin de la pandemia
Abraldes advierte de que, según los datos internos que el SERGAS ha remitido a cada área sanitaria, el cierre estival de camas hospitalarias se concentrará entre el 16 de julio y el 16 de septiembre. Esta medida, cuenta, afectará a todas las especialidades médicas, aunque el impacto será especialmente grave en cirugía general, digestiva y traumatología. "En el caso del área sanitaria de Santiago de Compostela, se prevé el cierre de 111 camas, de las cuales 57 pertenecen precisamente a esas especialidades más críticas", dice el portavoz. Asimismo, acentúa la paradoja del sistema: "Se cierran camas en las especialidades con mayor presión asistencial y mayores listas de espera. Es una decisión que penaliza doblemente al paciente".
Fernando Abraldes, presidente de la APUCHUS: "En Galicia se cierran camas en las especialidades con mayor presión asistencial"
El representante de APUCHUS alerta de que el cierre de camas hospitalarias "ha dejado de ser una respuesta coyuntural a la caída de la demanda" para consolidarse como "una estrategia de gestión estructural que institucionaliza la precariedad en el sistema sanitario". Bajo su punto de vista, esta dinámica "genera sobrecarga laboral, eleva el riesgo de errores clínicos y obliga a profesionales a asumir tareas fuera de sus competencias". Las consecuencias, dice, las paga la ciudadanía: "Quienes pueden permitírselo, migran hacia seguros privados, mientras que las personas con menos recursos se ven atrapadas en un sistema debilitado, con una atención de menor calidad, más demoras y un impacto más grave en su salud".
Por su parte, fuentes de la Consellería de Sanidade aseguran a Público que ya tienen perfilado un plan de contingencia "para reforzar la Atención Primaria durante los meses de verano, una vez concluida la planificación hospitalaria", sin especificar más al respecto. Entre las medidas previstas, el SERGAS, aseguran, volverá a contar con los médicos internos residentes (MIR) de Medicina Familiar y Comunitaria que finalizan su formación este año. "Esta iniciativa, ya implementada con éxito en veranos anteriores, es voluntaria, cuenta con el aval de las comisiones de docencia y ofrece una remuneración extra de más de 2.000 euros mensuales", exponen. En el ámbito hospitalario, el SERGAS justifica los recortes estivales sobre la base de "una menor presión asistencial durante estos meses, que se traduce en una caída de patologías estacionales y, por tanto, en una disminución de ingresos hospitalarios".
Tras evaluar las necesidades específicas en cada una de las siete áreas sanitarias gallegas y analizar la ocupación media registrada durante el verano anterior, la Consellería de Sanidade asegura que ha decidido mantener operativas el 91,7% de las camas hospitalarias este verano. "El dato supone un incremento respecto al año pasado, cuando la disponibilidad se situó en el 88,6%", recalcan. Desde el departamento autonómico subrayan que, en caso de que la situación lo requiera, se podrían habilitar más camas, "ya que el 100% de los recursos siguen disponibles".
El verano negro del Servicio Vasco de Salud
"La Atención Primaria es la gran perjudicada", según denuncian en Euskadi
En Euskadi, la llegada del verano marca también el inicio de una nueva oleada de recortes en Osakidetza, el Servicio Vasco de Salud. Así lo denuncia José Ignacio Martínez, portavoz de OPA Herri Plataformak, la coordinadora de plataformas ciudadanas en defensa de la sanidad pública vasca. Martínez advierte de que cada año el patrón se repite: cierres de centros de salud y Puntos de Atención Continuada (PAC), reducción de horarios, escasez de médicos de familia y pediatras, traslados forzosos de pacientes a otras localidades y urgencias hospitalarias desbordadas. "La Atención Primaria es la gran perjudicada", señala a Público. A su juicio, este deterioro no es casual, sino que alimenta de forma directa al sector privado: "Son recortes que debilitan la sanidad pública mientras engordan el negocio de las aseguradoras y la medicina privada".
Según los datos que Martínez ofrece a este medio, este verano en los hospitales de Gasteiz se clausurarán 162 camas, y tanto en Txagorritxu como en Santiago se reducirá la actividad quirúrgica. "El año pasado, se cerraron 855 camas en toda Osakidetza, lo que equivale al 17,8% del total, y también cayó el número de intervenciones quirúrgicas", informa. Para Martínez, estas decisiones están relacionadas con el colapso de las urgencias hospitalarias: "Los recortes, la falta de personal y el cierre de camas son el caldo de cultivo para que las urgencias se saturen. Vemos pacientes hacinados en pasillos, sin privacidad ni condiciones dignas, y con una atención cada vez más deshumanizada".
El año pasado, se cerraron 855 camas en Euskadi, lo que equivale al 17,8% del total, según datos de OPA Herri Plataformak
Desde OPA Herri Plataformak elevan un conjunto de reivindicaciones: "Una sanidad 100% pública, sin espacio para la privatización, y con la recuperación de los servicios ya externalizados". Reclaman una inversión en prevención y educación en salud, así como un refuerzo urgente de la Atención Primaria, que "debería recibir, como mínimo, el 25% del presupuesto sanitario". El colectivo también exige plantillas suficientes, contratos estables y de calidad, y una atención presencial plena. En concreto, piden que los profesionales no atiendan más de 20 consultas diarias, con al menos 15 minutos por paciente, y que los tiempos de espera no superen los dos días. Entre sus prioridades también figura la reapertura de los seis PAC cerrados, dotados con recursos suficientes, y que el conjunto del sistema sanitario funcione al 100% de su capacidad operativa, "sin recortes encubiertos ni limitaciones estructurales". "La salud no puede estar al servicio del beneficio privado", insisten.
La espiral de recortes asfixia a la sanidad asturiana
En Asturias, la sanidad pública entra cada verano en una espiral de recortes que, según denuncian usuarios y sindicatos, se agrava con el paso de los años. Javier Santamaría, delegado de la Corriente Sindical d'Izquierda, advierte a Público de que este año se prevé el cierre de unas 500 camas en todo el territorio asturiano. "Solo en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) se dejará inactiva la mitad de planta en diez unidades de hospitalización, mientras que en el Hospital Monte Naranco se clausurarán por completo dos unidades, lo que supone una merma de unas 250 camas entre ambos centros", informa.
Este año se prevé el cierre de unas 500 camas en todo el territorio asturiano
Los cierres de camas en Asturias arrancan desde el 1 de junio y pueden extenderse hasta noviembre, afectando especialmente a unidades clave como Medicina Interna, Neumología, Traumatología, Geriatría, Urología, Cirugía Plástica y Otorrinolaringología. "Incluso áreas críticas como la UCI cardíaca y la Unidad de Reanimación Post-Anestésica (URPA) han visto reducida su capacidad", señala Santamaría. Y alerta: "La principal consecuencia es un serio deterioro en la calidad asistencial. La escasez de camas obliga a ingresar pacientes en áreas que no corresponden a su especialidad, poniendo en riesgo la continuidad y adecuación de los cuidados".
Ante picos de presión asistencial, "las plantas cerradas solo se reabren de forma puntual y con retraso, lo que incrementa las esperas en urgencias". "Es preocupante que hospitales de referencia como el HUCA o Cabueñes reduzcan drásticamente su actividad en verano, mientras que las derivaciones a la sanidad privada crecen año tras año", denuncia Santamaría.
País Valencià, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Murcia
La opacidad de algunas administraciones autonómicas ha dificultado a Público recabar datos actualizados sobre el cierre de servicios hospitalarios este verano. Sin embargo, el informe publicado hace unos días por la CSIF dibuja un panorama generalizado de recortes asistenciales en todo el país. En el País Valencià, por ejemplo, asegura que la "insuficiente" planificación estival ha provocado, una vez más, el cierre de centros sanitarios. "En Castilla y León no se espera contratar nuevos especialistas, ante la ausencia de candidatos en las bolsas de empleo", señala la organización. En Castilla-La Mancha, la escasez de personal sanitario hace temer que la cifra de camas inoperativas supere las 200 registradas en 2024. En Murcia, el sindicato reclama que se cubran el 100% de las vacantes que surgen cada verano por vacaciones y bajas, en lugar del habitual 40%.
Balears, La Rioja, Aragón, Extremadura, Navarra, Canarias, Cantabria, Ceuta y Melilla
En Balears, asegura CSIF, la previsión es clausurar hasta 150 camas hospitalarias en agosto por falta de médicos, enfermeras y otros profesionales, "aunque en algunas zonas se reforzará la Atención Primaria". En La Rioja, las manifestaciones por el hospital de referencia de La Rioja Baja (Hospital de Calahorra) no cesan desde principios de año. En Aragón se anticipa el cierre de 682 camas −entre hospitalarias y quirúrgicas−, lo que supone un aumento del 14% respecto al verano pasado. En Extremadura, la organización denuncia que los datos facilitados por el Servicio Extremeño de Salud (SES) son "fragmentados e incompletos, lo que impide conocer con claridad el plan de contingencia previsto para afrontar los meses estivales". En Navarra, los médicos han estado movilizados durante el año por la "sobrecarga asistencial". Según el diario Navarra Sur, el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea cerrará 133 camas. En Canarias no hay datos actualizados, pero el verano pasado los hospitales del archipiélago redujeron un 2,03% sus camas, según la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública. Por último, CSIF informa que en Cantabria, "la escasez de refuerzos empujará al cierre de numerosos consultorios rurales y dejará bajo mínimos a muchos centros de salud". De Ceuta y Melilla, tampoco se han encontrado datos actualizados.
Público también ha contactado con el Ministerio de Sanidad para conocer su valoración sobre la planificación y gestión de los recursos hospitalarios durante los meses de verano. Sin embargo, desde el departamento que dirige Mónica García señalan que no pueden pronunciarse al respecto, ya que "la gestión sanitaria está completamente descentralizada y corresponde a las comunidades autónomas tomar decisiones en función de sus necesidades y capacidades asistenciales".








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