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El bosque de la resistencia a los nazis

Los hermanos Bielski lograron salvar a 1.213 judíos del exterminio en un terreno aislado de la actual Bielorrusia

GUILLEN SANS MORA

Las situaciones históricas en las que un pueblo o una minoría se ve amenazado por el exterminio invitan a pensar que las víctimas aceptan con más o menos resignación el destino que les tienen preparado los genocidas. En Alemania, la presión del entorno era tan grande a partir de la llegada al poder de Hitler en 1933 que los judíos europeos afrontaron con cierta docilidad el camino al matadero, como sugiere Steven Spielberg en La lista de Schindler.

Pero hubo resistencia. No sólo el levantamiento del gueto de Varsovia en abril de 1943 o el de los presos del campo de exterminio Sobibór unos meses más tarde. Un Estado asesino pone a las víctimas ante la disyuntiva de dejarse matar o morir matando. Siempre hay grupos irreductibles que se deciden por la segunda opción.

No faltaba de nada: panadería, escuela, juzgado y armas

Los hermanos Bielski mantuvieron durante dos años en lo que hoy es Bielorrusia un bastión de resistencia. Tuvia, Asael, Aron y Alexander Bielski salvaron a 1.213 judíos en el bosque de Naliboki, donde crearon un espacio de supervivencia que puede entenderse como el negativo de los campos de la muerte instalados por los nazis.

Nada faltaba en el pedazo de bosque que controlaban los Bielski: cocina, molino, panadería, sastrería, barraca para los enfermos en cuarentena, una escuela, una cárcel y un juzgado.

Los Bielski eran una familia de molineros y agricultores del pueblo de Novogródek, en territorio polaco cuando empezó la guerra e invadido por los rusos. Con el inicio de la operación Barbarrossa, la invasión alemana de la URSS en junio de 1941, Novogródek se convirtió en un gueto judío. Los padres de los Bielski fueron asesinados por los nazis y los cuatro hermanos huyeron al bosque.

Al principio, eran unos 40 los judíos que decidieron defenderse por todos los medios a partir de abril de 1942. El grupo creció hasta contar más de 1.200 personas. La mayoría eran mujeres, niños y ancianos. Unos 150 participaron activamente en acciones armadas contra los nazis.

Dirigía el grupo Tuvia Bielski,con experiencia militar como cabo del Ejército polaco entre 1927 y 1929. Peter Duffy, biógrafo de la familia, señala que Tuvia 'prefería salvar a una anciana judía que matar a alemanes'. Los nazis ofrecieron una recompensa de 100.000 marcos por su captura. Las actividades del grupo se dirigían también contra la población local que colaboró con los nazis.

La historia de los Bielski tiene también su cara oscura. Algunos de los partisanos podrían haber participado en 1943 en la masacre de 129 civiles en Naliboki, aunque el caso aún está sin aclarar.

En el verano de 1944, el NKVD soviético interrogó a los Bielski. Asael fue reclutado y murió en la batalla de Kaliningrado en 1945. Los otros tres escaparon de la zona de control soviético y huyeron a varios países occidentales y a Israel. El único que sigue con vida es Aron, quien vive en Florida.

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