Fue uno de los momentos más memorables de la temporada. Inglaterra necesitaba un punto en Wembley ante una Croacia ya clasificada, pero los balcánicos mostraron un espíritu competitivo tan elevado como su nivel futbolístico. Se pusieron 0-2 y aún lograron adelantarse otra vez tras el empate británico. Y mantuvieron el 2-3 hasta el final. Fue la noche en la que el mundo empezó a volverse loco por Modric, especialmente los clubes de la Premier. Fue también la noche en la que subió la cotización de Slaven Bilic, seleccionador croata, pretendido desde el día siguiente por todo equipo inglés que necesitara un relevo en el banquillo. Pero, sobre todo, fue la noche en la que la ex república yugoslava presentó su candidatura a favorito tapado.

El sorteo confirmaría entonces lo que el juego ya había anunciado: Croacia tiene posibilidades de hacer algo grande. Muchas. El azar la situó en el mismo grupo que la anfitriona Austria y la sorprendente Polonia, quizá los dos peores equipos de toda la competición. Las grandes potencias, salvo Portugal y Alemania, quedaron ubicadas en la otra parte del cuadro. Con un poco de fortuna, el equipo ajedrezado puede tener un camino despejado hacia semifinales.

Luego, llegaría la lesión de Da Silva, que rebajaría las expectativas. Pero tras la buena campaña de Olic y Petric en Alemania, la resurrección de Klanic y la aparición de Kalinic, parece haber recambios suficientes para no añorar al croata de Río de Janeiro.

La misma suerte que han tenido los de Slaven Bilic vale también para los teutones. Löw ha dado oportunidades a casi todos los jugadores que han destacado en el país –incluso llamando a futbolistas de Segunda División–, pero su selección final se parecerá mucho a la de Klinsmann. Sin brillo aparente, ni individualidades asombrosas, Alemania sigue funcionando como una máquina sólida y fue la selección que superó con más facilidad la fase previa.

El resto del grupo soñará con la sorpresa. Polonia ya ha hecho mucho llegando tan lejos –gran mérito de Benhakker– y Austria espera evitar el ridículo gracias a la aportación de los puntales de su prometedora generación de jugadores sub 20.

Le llaman el Beckham austriaco, por su popularidad y su precisión en los centros, aunque es zurdo.

Gran capacidad para dominar los partidos. Técnico, agresivo e inteligente, es el referente.

Su final de temporada en el Chelsea recordó su mejor versión con una gran capacidad para llegar.

Sus goles, casi siempre a la contra, fueron fundamentales en la clasificación para la Eurocopa.

El anfitrión no está a la altura de su esplendor pasado

Indecisión

Tras muchos cambios de sistema, Hickersberger podría optar por dos medias puntas apoyando a Linz. Los laterales largos son claves en el juego de bandas y los medios centros defensivos intentan aportar solidez. Centrales altos, pero algo lentos.

LO MEJOR: Peligrosos a balón parado

Con los envíos tocados y precisos de Invanschitz y la facilidad rematadora de los centrales, es un equipo peligroso en faltas laterales y córners.

LO PEOR: Serios problemas con el gol

Sólo Linz parece un delantero de nivel internacional, y pese a ello no es un hombre de grandes cifras. Falta mucha pegada para aspirar a algo serio.

Modric lidera una de las propuestas más atractivas

Los más ofensivos

El equipo más ofensivo del torneo. Laterales muy largos –Pranjic es extremo en su club–, un único recuperador, mucha movilidad en ataque y libertad absoluta para Modric. El problema es el centro de la defensa, inferior al resto del bloque.

LO MEJOR: El nivel técnico de los atacantes

El nivel técnico de todos los jugadores de ataque. Es un equipo capaz de quitarle el balón a cualquiera, pero además también sabe jugar al contragolpe.

LO PEOR: Sin solvencia defensiva

Sus mejores elementos defensivos son suplentes en sus clubes y en el lateral izquierdo no tiene a nadie defensivamente solvente.

La herencia de Klinsmann más el 'español' Gómez

Compactos

Bloque sólido, con las líneas muy juntas y con una defensa adelantada que asume riesgos debido a la lentitud de los centrales. La lesión de Schneider obliga a retocar el once de la fase previa, quizá cambiando a Schweinsteiger de banda.

LO MEJOR: Coordinación y trabajo táctico

El equipo defiende en bloque, muy junto y coordinado, y el trabajo táctico de muchos años, herencia de Klinsmann, se aprecia fácilmente.

LO PEOR: El debate en la portería

Lehmann sigue siendo titular pese a su inactividad en el Arsenal, dejando fuera a porteros que han rendido a un gran nivel y le superan en momento de forma.

Fútbol simple a toda velocidad y poca brillantez

Muy defensivos

4-4-2 muy defensivo, con seis jugadores titulares que pueden ubicarse como centrales. Profundidad en bandas, peligro en disparos desde media distancia y una combinación complementaria arriba, con un punta contragolpeador y otro más estático.

LO MEJOR: El liderazgo de Beenhakker

Beenhakker ha logrado sacar un rendimiento espectacular de un equipo de nivel medio, sin mucha calidad, que se crece en los momentos determinantes.

LO PEOR: Fútbol muy plano

Tiene lanzadores desde fuera del área y gente rápida, pero no a nadie capaz de cambiar un partido con algo diferente. Falta imaginación.