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Cine latino reflexiona sobre sí mismo y se desmarca del europeo en Mannheim

EFE

Los jóvenes realizadores latinoamericanos que participan en el Festival de Mannheim, exploran las posibilidades del "metacine", la película dentro de la película para narrar las dificultades de hacer cine, y buscan superar un discurso cinematográfico demasiado europeo.

Es el caso de "UPA! Una película argentina", que se presenta hoy en la 56 edición del Festival de Mannheim-Heidelberg (suroeste de Alemania) y que parodia y critica el cine que se está haciendo actualmente en Argentina, "pretencioso y frío", en palabras de Santiago Giralt, uno de los tres directores del filme.

Giralt explicó a Efe en el marco de este certamen, que durará hasta el domingo, que "el cine argentino tiene que moverse en otra dirección" porque "no nos sentimos representados por los personajes que vemos en la pantalla" que son a su juicio "opacos, abúlicos" y nada tienen que ver con la gente en Argentina, que "llora, discute, se ríe", agregó.

De ahí que junto con las directoras Tamae Garateguy y Camila Toker formaran una "tríada" para contar "lo que se deja emocionalmente en el camino a la hora de hacer una película" y proponer una "alternativa" a través de la historia de un director, una actriz y una productora en busca de financiación.

Sus tres protagonistas, sus alter ego, se lanzan a la arriesgada empresa de hacer una película, "un drama en Buenos Aires, con aire Dogma", un presupuesto inicial de 5.000 euros (7.100 dólares al cambio de hoy) y mucha ilusión, que pronto se topa con la realidad del cine independiente.

"UPA! Una película argentina" recorre todos los clichés que caracterizan al cine de ese país, desde la improvisación a los personajes "vacíos, que deambulan", para al final ofrecernos una turbulenta comedia sobre los avatares de la empresa cinematográfica.

Para Giralt, presente con su película en la Sección International Discoveries, en Argentina existe la "necesidad de superar una tradición demasiado europea", algo que cree que se está logrando, porque "hay un nuevo aire en el cine argentino".

Valga como ejemplo la película de su compatriota Liliana Paolinelli, "Por sus propios ojos", también presente en este certamen que potencia el cine de autor.

La directora explicó a Efe su intención de abordar en esta película "un documental a través de la ficción".

Paolinelli bebe de la experiencia que tuvo rodando un documental sobre mujeres que tienen a sus maridos, hijos o hermanos en la cárcel, pero coloca la cámara en los ojos de una estudiante de cine, Alicia, que quiere rodar su largometraje fin de carrera sobre este tema.

En clave de ficción puede contar ahora experiencias que tuvo rodando el documental.

A la directora le gusta "abordar el background de una filmación" y por ello, en su nuevo proyecto, narra la negociación de un director que quiere hacer su película.

Nada que ver con el debut del joven mexicano Juan Patricio Riveroll, que ha llegado a Mannheim con "Ópera" en la maleta, una "road-movie" intimista, que pone a prueba "sin proponérselo" en palabras del director, la paciencia del espectador.

Riveroll confiesa la "cadencia lenta" de este duelo entre un actor profesional, Arturo Ríos, que encarna a un escritor de 50 años que se ha pasado a las guías de viaje y al periodismo porque aporta mayores ingresos, y Marina Magro Soto, una "amateur" que se estrena frente a la cámara dando vida a una joven estudiante de 20 años.

Sin apenas diálogos -en su mayoría son improvisados- "Ópera" habla del "desencuentro, del amor, pero sin una intención concreta".

Riveroll, de 28 años, presente en la Sección de Descubrimientos Internacionales del festival, se lanza a un "debate interno entre el actor y el no actor".

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