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Rajoy elige a Solbes como nuevo objetivo para los mítines electorales

El PP intensifica su presencia en Lugo y Ourense, donde las encuestas le son menos favorables

MARIA JESÚS GUEMES

El líder del PP, Mariano Rajoy, ya no podrá utilizar como diana de sus críticas a Mariano Fernández Bermejo. Tras la dimisión del ministro de Justicia, el PP ha perdido una de sus grandes armas electorales. En todos sus mítines, el dirigente conservador aprovechaba la cacería de Bermejo junto al juez Baltasar Garzón, además de la huelga de jueces, para provocar las risas y aplausos de sus militantes.

Ayer, en Monforte (Lugo), en una reunión con empresarios, hubo que cambiar el guión. El nuevo objetivo: Pedro Solbes. El vicepresidente económico del Gobierno había reconocido, durante un almuerzo informativo, que lo que más envidiaba de Bermejo era que fuera ya ex ministro. A Rajoy le pareció indignante y cargó contra él sin dudarlo. A su juicio, estas palabras no son propias en tiempos de crisis. 'Es un atentado al sentido común y una afrenta a los ciudadanos', denunció. Por eso reclamó a Zapatero que 'exigiera una rectificación' a su ministro.

Rajoy no daba crédito. Dijo que la declaración de Solbes le había parecido 'sorprendente' y que, con este tipo de actuaciones, lo único que se lograba era 'liquidar la poca confianza que había ya en el Gobierno y en la economía española'. Cree que es un error tener al frente de esta cartera a una persona que transmite 'incapacidad, desazón y desconfianza clamorosa'.

Ante unos 80 asistentes, Rajoy abordó la crisis económica. Reconoció que los factores internacionales habían influido en la situación actual pero destacó que también habían hecho mella 'cuatro años de tancredismo en materia económica'. 'Yo no me hago responsable de lo que ha hecho Zapatero', mantuvo en repetidas ocasiones.

El peregrinaje de Rajoy comenzó a primera hora de la mañana cuando visitó O Cebreiro, lugar emblemático porque allí arranca la Ruta Jacobea en Galicia. El PP necesita atar sus escaños en la provincia lucense. Al igual que en Ourense. Por eso los conservadores se están esmerando en llegar hasta el último rincón. Es la recta final y hasta el jefe de la oposición lo reconoce sin pudor: 'Hay que ir al máximo'.

Por eso, el líder conservador se quitó la corbata y se lanzó al monte. Nunca mejor dicho. Recorrió seis pueblos en pleno antroido (carnaval), con un cocido en el cuerpo y sorteando carreteras sinuosas donde su coche pinchó.

Rajoy acusó al Gobierno de la Xunta de haberse 'olvidado de la montaña lucense no sólo en la dotación de servicios públicos sino en un asunto de importancia capital como es la construcción de carreteras'. De ejemplo puso la de Folgoso do Courel a Quiroga y, de paso, que los médicos no fueran a algunos sitios en dos meses y medio.

Y habló hasta de leche. El líder del PP reprochó que la Xunta no haya sabido defender los intereses de los ganaderos y productores. 'Hay un dumping', dijo empleando un vocablo que a los presentes sonó a chino. Pasó a explicarlo: 'Es que Francia está perjudicando a nuestros productores. En Galicia se puede producir porque se ha producido siempre y no deja de tener su gracia que ahora estemos importando leche de Francia'.

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