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Lubitz sufría problemas de visión que podrían haber puesto en peligro su carrera de piloto

El copiloto del avión de Germanwings estaba buscando tratamiento para corregir esas deficiencias, según 'The New York Times'. En el registro de su vivienda se encontraron medicamentos para tratar un trastorno psicosomático

Andreas Lubitz en una foto de su perfil de Facebook

AGENCIAS

El copiloto del avión de Germanwings, Andreas Lubitz, estaba buscando tratamiento para corregir problemas de visión que podrían haber puesto en grave peligro su carrera como piloto, según han informado dos fuentes oficiales cercanas a la investigación al The New York Times.

Se desconoce la gravedad de este problema o si podría estar relacionado con su trastorno mental, y no se descarta que esta deficiencia de visión pudiera tener una causa psicológica, según el medio.

El periódico recuerda que, según varios testimonios, para Lubitz, que presuntamente mató a 149 personas al estrellar de forma voluntaria el Airbus que copilotaba el pasado martes contra un pico de los Alpes franceses, era muy importante volar y que no había cumplido sus aspiraciones profesionales de cubrir rutas de larga distancia como comandante.

Sobre este asunto, el diario alemán Die Welt recoge también este sábado que en el registro del apartamento del copiloto en Düsseldorf se encontraron numerosos medicamentos para tratar un grave trastorno "psicosomático". "El hombre, de 27 años, estaba siendo tratado por varios neurólogos y psiquiatras", asegura un miembro de la investigación en declaraciones al rotativo, al tiempo que agrega que no se hallaron ni drogas ni nada que haga indicar una dependencia a los narcóticos o al alcohol.

De acuerdo a estas informaciones, Lubitz sufría un "síndrome subjetivo de sobrecarga" ─lo que se conoce como "burnout" o estar "quemado" por estrés laboral─ y tenía una fuerte depresión. El diario agrega que "esto se desprende de notas personales del piloto, que guardó y archivo".

Última evaluación

La Clínica Universitaria de Düsseldorf informó el viernes de que Lubitz había sido evaluado en sus instalaciones por última vez el 10 de marzo. Consultada por The New York Times, una portavoz del centro no quiso comentar si el copiloto había presentado problemas de visión, alegando las leyes que protegen la privacidad de los pacientes.

En un comunicado, la clínica calificó el viernes de "incorrecto" que Lubitz fuera tratado en ella por depresión y dijo que había acudido al centro para contrastar diagnósticos, sin dar más detalles. La fiscalía de esa ciudad de Renania del Norte-Westfalia informó del hallazgo en uno de los domicilios registrados de Lubitz de distintos documentos médicos, incluida una baja, rota en pedazos, que estaba vigente el día de la catástrofe. Algo que, según ha señalado la aerolínea, Germanwings deconocía

Las informaciones de este sábado se suman a la cantidad de noticias que han aparecido sobre Lubitz en los últimos días. En una de ellas, recogida por el tabloide alemán Bild, se asegura que el copiloto fue declarado "no apto" para manejar aeronaves por la escuela de aviación del aeropuerto de Phoenix (EEUU), donde los pilotos de la compañía Lufthansa, de la que Germanwings es su filial low cost, realizan un curso de prácticas.

Los evaluadores estadounidenses reflejaron la inestabilidad del joven en su ficha, indicando que "problemas de capacidad mental" le impedían pilotar aviones de un solo motor. El Airbus A320 que Lubitz copilotaba es un modelo bimotor, con una autonomía notablemente superior a las aeronaves que el joven alemán probó en Phoenix.

"Ocultó su enfermedad"

La Fiscalía alemana cree que, tras el hallazgo de la nota de baja destrozada, el copiloto trató de "ocultar su enfermedad a su empleador y su entorno profesional". Diversos medios también han filtrado que el acta de Lubitz en la Oficina Federal de Aviación lleva la abreviatura "SIC", propia de quien requiere un "examen médico regular específico".

Bild también ha publicado, citando "círculos de Lufthansa", que la pausa de seis meses que Lubitz hizo en 2009 durante su formación como piloto se debió a un "grave episodio depresivo" para el que necesitó tratamiento psiquiátrico.

Mientras tanto, sigue sin haber evidencias que respalden la hipótesis de una motivación terrorista. En este sentido, la Fiscalía dijo que en los registros no se han encontrado "indicios que apunten a un trasfondo político o religioso" en el comportamiento del copiloto.

Los investigadores continúan la evaluación del ordenador y los documentos confiscados por los agentes. Prosiguen además los interrogatorios a médicos, amigos, colegas y conocidos del copiloto. También la novia de Andreas Lubitz ha tenido que responder a las preguntas de la instrucción.

El grupo especial que lleva la investigación bajo el nombre de "Alpes" cuenta en estos momentos con hasta 200 agentes encargados en buscar pruebas que permitan esclarecer qué llevó al copiloto a estrellar presuntamente de forma deliberada el vuelo 9525 con 150 personas a bordo cuando cubría la ruta Barcelona-Düsseldorf.

En Düsseldorf se encuentra también una delegación francesa, entre los que figuran el jefe de la dirección general del departamento de investigación criminal, Jean Pierre Michel, para intercambiar información con los investigadores alemanes. Miembros de la delegación francesa informaron de que los restos mortales del copiloto todavía no han sido encontrados.

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