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Podemos Diez días de un Pablo Iglesias más mediático, duro en su discurso y distanciado del PSOE

El líder de Podemos ha reforzado su presencia en los medios de comunicación desde su regreso a la primera línea política. La polémica del espionaje policial a Iglesias modifica la agenda en plena campaña electoral.

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, durante un acto preelectoral en Pamplona / EFE

Los años electorales se parecen, pero no son iguales. Si las elecciones generales de 2015 dinamitaron el escenario político al fragmentar un bipartidismo casi perfecto y convertirlo en una pugna entre cuatro formaciones, los comicios de 2019 también podrían suponer un auténtico terremoto político. 2015 no es igual que 2019, tampoco para Podemos, ni para Pablo Iglesias.

La formación ha pasado desde 2014 por diferentes momentos que, como el resto de partidos, han precisado de un registro para cada ocasión, tanto de la propia organización como de su secretario general. Diez días después de su regreso a la primera línea política, el balance arroja una versión de Pablo Iglesias que poco se parece a la que dejó hace cuatro meses, cuando se alejó de los focos para disfrutar de su permiso de paternidad.

A Iglesias se le han visto varios registros, igual que al partido. Desde el “ceño fruncido” de 2014 a la “sonrisa de un país” de 2016, en Podemos y en el resto de partidos han tratado de adaptar sus estrategias a los diferentes escenarios. El secretario general de Podemos que encauzaba el final de legislatura no es el mismo que el líder político que está en campaña. Y eso, con un paréntesis de tres meses entre un momento y otro, se nota más si cabe.

Iglesias volvió el 23 de marzo prometiendo “verdades”, “puñeteras verdades”, y en su primer acto de precampaña optó por trazar un mapa de las dinámicas del poder a través de su experiencia en encuentros con altos directivos de empresas, con los “poderosos”. También optó por reconocer los errores de su partido, la “vergüenza ajena” que dieron sus “peleas por sillones, por cargos y por visibilidad”.

El líder de Podemos ha centrado sus denuncias acerca de las dinámicas del poder en dos cuestiones directamente relacionadas: el poder de los bancos y su influencia en la política y en los medios de comunicación. Ese es el mensaje más repetido en todos los foros, ya sea en un mitin, en un encuentro con la militancia o en una entrevista en televisión.

La rectificación del Tribunal Supremo en la asunción por parte de los bancos del impuesto de las hipotecas o las presiones a periodistas son dos de los ejemplos más recurrentes para el secretario general en estos días. Iglesias puso la primera piedra de este discurso hace 10 días, y la polémica de las noticias falsas supuestamente fabricadas con la intención de que Podemos no gobernase con el PSOE terminó por construir el muro.

La irrupción de este caso (que se encuentra inmerso en un procedimiento de investigación judicial y que incluye hasta el robo del móvil de la que era entonces una de las colaboradoras más cercanas a Iglesias), ha reforzado el discurso de denuncia de los poderes de ciertos ámbitos, a la vez que la defensa de la existencia de las denominadas cloacas del Estado.

Pero la ofensiva contra estos poderes no se reduce solo al discurso del líder de Podemos y del resto de miembros del partido. El programa de la formación para las elecciones generales, que se conocerá esta semana, plasma una declaración de intenciones que parece ir más allá de un simple discurso en campaña electoral.
La recuperación del rescate bancario a través de tasas e impuestos a las entidades financieras o la prohibición de que los bancos financien campañas electorales o puedan tener participaciones en los medios de comunicación son algunas de las medidas con las que Podemos traslada su retórica a su programa político.

La relación con el PSOE

La relación con el PSOE, y con el Gobierno de Pedro Sánchez, también ha cambiado. El fondo de la relación entre ambos actores es el mismo, pero no lo son las formas. Iglesias ha sustituido la actitud colaborativa propia del principal socio parlamentario del Ejecutivo por el distanciamiento con los socialistas, sin perder en su discurso la advertencia de que la política actual “va de sumar mayorías, no solo de vencer”, y de defender los gobiernos de coalición como la única salida posible ante el fin de las mayorías absolutas.

El líder de Podemos ha asegurado que el PSOE no tiene capacidad, por ejemplo, para extinguir las cloacas del Estado, y ha advertido de que Pedro Sánchez preferiría gobernar con Ciudadanos antes que con Unidas Podemos. En este sentido, ha reivindicado el voto a su formación como el único que garantiza “un cambio” en estas estructuras de poder: “Nosotros nunca nos hemos equivocado de lado”, aseguró Iglesias en el acto tras su vuelta.

La presencia mediática de Iglesias se ha incrementado sobremanera tras su vuelta, una presencia que el secretario general de Podemos compagina con los actos de precampaña y los encuentros con la militancia que también están manteniendo otros dirigentes de la formación. En ocho días, Iglesias ha protagonizado hasta seis entrevistas en radio y televisión, sin dejar de lado otros actos de precampaña del partido.

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