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La pugna entre ERC y Junts por la hegemonía independentista complica la investidura de Sánchez

El pesimismo sobre la repetición electoral impregna al independentismo a pesar del acuerdo en el Congreso, a la espera de unas complejas negociaciones marcadas por la desconfianza de Puigdemont con el PSOE y la batalla entre republicanos y postconvergentes.

Oriol Junqueras y Carles Puigdemont en el momento de su reencuentro en la vivienda de Puigdemont en Waterloo
Oriol Junqueras y Carles Puigdemont en el momento de su reencuentro en la vivienda de Puigdemont en Waterloo. Foto de archivo / Europa Press

"La elección de Francina Armengol como presidenta del Congreso no garantiza en ningún caso la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno español". Esta es la idea más repetida entre los dirigentes del independentismo catalán en las últimas horas. Tanto de Junts como de Esquerra.

Todo ello después de que Sánchez y el PSOE hayan salvado la primera prueba de fuego con nota abriendo la puerta a semanas -o algún mes- de negociaciones, que fuentes tanto de ERC y Junts, como del PSC califican de "muy complejas".

Y es que habrá que afrontar la viabilidad y en su caso la adaptación a la legalidad española de dos demandas de máximos de ambos partidos independentistas como son la amnistía y el referéndum de autodeterminación.

Pero hay que tener en cuenta que más allá de las complicadas posiciones de fondo hay dos elementos que dificultan enormemente un resultado positivo para la investidura de Sánchez. En primer lugar y más relevante está sin duda la pugna que Esquerra y Junts mantienen por la hegemonía independentista.

Especialmente mirando de reojo las futuras elecciones al Parlament que están previstas para principios de 2025 pero que, con la inestable situación política y los retrocesos electorales de Esquerra, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, podría avanzar.

Pesan más las elecciones al Parlament que repetir las generales

La corta distancia actual entre ERC, con 33 diputados, y Junts con 32, y el desgaste electoral de los republicanos hace más virulenta esta confrontación. A pesar de que toda la demoscopia da por ganador al PSC, los partidos independentistas se mantienen enfrascados en esta batalla por la primacía soberanista.

Pero la obsesión de Junts continua siendo convertir en un simple paréntesis la primera vez que Esquerra consiguió superarlos en unas elecciones al Parlament en febrero de 2021.

Ello condiciona mucho más su estrategia que el miedo al desgaste que pudieran tener en el caso de una repetición electoral en una generales que abra la puerta a un Gobierno del PP y de Vox no solo mucho menos sensible a las exigencias de los independentistas sino totalmente opuesto y con clara tendencia anticatalanista.

Tanto desde Esquerra como desde Junts reconocen que la pugna es real y que marcará las negociaciones con el PSOE. Por una parte, un miembro de la dirección republicana pone en valor la estrategia negociadora con el Gobierno del PSOE y UP para resolver el conflicto político entre Catalunya y el Estado.

"Este jueves se ha impuesto, como la mejor vía para resolver el conflicto, la estrategia de negociación impulsada hasta ahora en solitario por Esquerra y es bueno que otras formaciones independentistas se hayan sumado".

El propio Oriol Junqueras remachaba esta idea: "Con el acuerdo de hoy seguimos arrastrando al PSOE en el camino de la resolución del conflicto. Poder hablar en catalán, euskera y gallego en el Congreso y en la justicia, poner fin a la represión del Estado por el 1-O e investigar el espionaje al independentismo con Pegasus son cuestiones fundamentales en democracia".

Hechos comprobables para vender los acuerdos a las bases

Pero en cambio Junts asegura que no se trata de la negociación en sí misma, sino de negociar con fuerza para conseguir avances concretos. Así lo expone el propio Puigdemont sobre la oficialidad del catalán en la UE: "Es un hecho, no una promesa, que nunca se había querido dar".

Y es que si los temas a negociar son complejos, lo primordial para Junts y para Puigdemont es poder defender los acuerdos frente a unas bases militantes y de votantes profundamente radicalizados en algunos sectores.

Llegar a acuerdos sin que aparente claudicación frente a un PSOE que Junts ha proyectado hasta hoy como "un enemigo" responsable de la "represión al pueblo catalán" equiparándolo incluso con el PP o Vox.

Y algunos dirigentes de Junts apuntan a que después del acuerdo para la Mesa del Congreso, las presiones que puede recibir el partido dificultarán las negociaciones.

Con lo cual se da la paradoja que la elección de Francina Armengol como presidenta supone, en el caso de Junts, más una presión respecto a la investidura que un puente hacia ella.

Los que conocen bien a Puigdemont saben que tiene pánico a perder su liderazgo forjado en una imagen de supuesta indomabilidad, que le permite dirigir y decidir las negociaciones de Junts incluso después de haber abandonado la presidencia y todo cargo orgánico del partido.

Los que conocen bien a Puigdemont saben que tiene pánico a perder su liderazgo

Los acuerdos con el PSOE podrían deteriorar esa imagen. Ya han salido algunas voces muy críticas con su estrategia como la exconsellera y eurodiputada Clara Ponsatí, de gran ascendencia en algunos sectores de Junts a pesar de no pertenecer al partido.

Y en Junts preocupa que los acuerdos con el PSOE y todo lo que supone investir a Pedro Sánchez comporte la pérdida de las bases electorales más radicales, y eso permita a ERC imponerse en las urnas. Todo ello pesará mucho en la negociación para la investidura.

Los acuerdos serán complejos y complicados de obtener, pero tan importante será conseguir cerrar acuerdos como que Puigdemont y Junts puedan "venderlos a su parroquia", asegura un dirigente de Junts del sector pragmático que lideran figuras como Jaume Giró o Xavier Trias.

"Si intuye una reacción abiertamente contraria en ciertos sectores independentistas –no lo cita pero ANC u otras entidades independentistas-, Puigdemont no dará el paso por muy maduro que esté el acuerdo y eso dificulta extremadamente que se pueda llegar a la investidura", asegura esta misma fuente.

Una situación que es más que factible después de cuatro años en que Junts se ha centrado en desprestigiar cualquier acuerdo que ERC ha cerrado con el PSOE, visualizando para sus bases que toda negociación que no comporte la independencia directamente es un verdadero anatema y una "traición".

Profunda desconfianza entre Puigdemont y Sánchez

Tampoco ayuda la extrema desconfianza que mantiene Junts respecto al PSOE. El propio expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont lo dejó muy claro minutos después de que Junts prestara sus votos para la elección de Armengol: "No nos van a mover promesas o voluntades políticas sin garantías de cumplimiento de quien no nos genera ninguna confianza".

Tampoco en Esquerra, a pesar de haber trazado ya una línea directa negociadora con la Mesa de Diálogo, se fía totalmente de los socialistas. "En el Parlamento Europeo hemos trabajado mucho. Cumple y acabe el trabajo. Así, no", le respondía la secretaria general, Marta Rovira, a Pedro Sánchez con su anuncio de impulsar la oficialidad del catalán en la UE.

En Junts dan por hecho que la reelección de Sánchez será muy difícil y sitúan un posible acuerdo con el PSOE en un escenario absolutamente distante. "Ahora empieza la hora de la verdad pero queda mucho por negociar, estamos muy lejos de poder llegar a un acuerdo", asegura un dirigente de Junts que remata "esto no va a ser ni fácil ni rápido".

El propio expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont lo dejó muy claro minutos después de que Junts prestara sus votos para la elección de Armengol: "A algunos les parecerá demasiado, y a otros les parecerá poco. Es una negociación para la Mesa del Congreso. La investidura está exactamente allí donde estaba al día siguiente de las elecciones".

Pero tampoco en ERC se muestran optimistas. Los republicanos apuestan por llegar a un acuerdo con los socialistas: "No nos podemos permitir dar otra oportunidad a la derecha extrema y la ultraderecha para conseguir el Gobierno español", asegura un miembro de la Ejecutiva de Esquerra.

"Sería muy perjudicial para Catalunya pero también para el conjunto del Estado", añade. Ahora bien, en Esquerra también admiten que "si el PSOE no da pasos firmes en temas de calado" la investidura se puede complicar de forma irreversible y no quedará otra que la repetición electoral.

Rematar los acuerdos de la Mesa antes de la investidura

En general, tanto desde ERC como desde Junts piden a Sánchez "coraje político" para afrontar temas como la amnistía para todos los procesados por temas relacionados con el referéndum del 1 de octubre de 2017 o la consulta sobre el futuro político de Catalunya. E instan a Pedro Sánchez a concretar en las próximas semanas las "vías legales" para la desjudialización del conflicto catalán tal como el PSOE se ha comprometido con Esquerra.

Tanto desde ERC como desde Junts piden a Sánchez "coraje político"

"La negociación para la concreción operativa de los acuerdos –de la Mesa- se desarrollará en el marco de la segunda fase de la negociación para la investidura", apuntan los republicanos.

"Sin una hoja de ruta clara para acabar con la represión, que comprometa al Gobierno español, no habrá investidura", aseguran desde ERC.

Más allá de la concreción de los grandes temas a debate, que además de la amnistía o el referéndum de autodeterminación incluye elementos como el traspaso de Rodalies (Cercanías) en Barcelona, o la eliminación del llamado déficit fiscal de Catalunya, hay aspectos subjetivos que dificultan la negociación.

En Junts alegan especialmente una profunda falta de confianza en el PSOE para el cumplimiento de los compromisos adquiridos y poca o nula sintonía personal entre Puigdemont y Sánchez.

En Esquerra también cunde la sensación que los incumplimientos en algunos temas por parte del Gobierno español han perjudicado la imagen de los republicanos respecto a los acuerdos establecidos en la última legislatura.

No solo por incumplimientos históricos como las inversiones en infraestructuras o la baja ejecución presupuestaria en Catalunya, sino por la devaluación constante que los socialistas han hecho de algunos de los temas acordados en la Mesa de diálogo.

Pesimismo generalizado sobre la investidura

De momento, en Junts los dirigentes más próximos a Puigdemont guardan silencio y dejan que el expresident marque el camino. Y los más pragmáticos y favorables a la negociación y a llegar acuerdos –con Jaume Giró o Xavier Trias como máximos exponentes– se muestran en privado pesimistas sobre las opciones para llegar un acuerdo de investidura.

En esta apreciación pesimista también coinciden diversos diputados de Esquerra que no ven a Junts con predisposición de llegar a un acuerdo de investidura, al menos de momento, a pesar del acuerdo para la Mesa. Según uno de estos diputados la pugna que mantiene Junts con ERC ha impedido un frente común negociador: "Lo han rechazado de lleno".

Oriol Junqueras: "Puigdemont ha cerrado el paso a cualquier acuerdo con ERC"

Fuentes de Esquerra próximas a la presidencia del partido que ostenta Oriol Junqueras admiten que "Puigdemont ha cerrado el paso a cualquier acuerdo con ERC", a pesar de que aseguran que los contactos entre el secretario y la secretaria general de ambos partidos, Jordi Turull y Marta Rovira, se desarrollan en una considerable cordialidad.

Por su parte, los dirigentes de Junts consultados son muy insistentes en que Pedro Sánchez acepte compromisos tangibles, lo que Puigdemont define como "hechos comprobables" para terminar con lo que consideran ha sido la tónica hasta ahora de "promesas incumplidas y retórica verbal" del presidente del Gobierno español.

"Necesitamos que Sánchez se mueva", añaden, en referencia a la amnistía y la autodeterminación. "Sin un compromiso firme en estos temas no va a ser posible el acuerdo, Junts tiene la llave pero no la va a entregar sin garantías y deben pasar cosas si hay un acuerdo, pero también antes" añaden.

La decisión final, en Waterloo

Estas fuentes no concretan que cosas deben pasar para desencallar la investidura de Sánchez pero sí hay un consenso en que hay una persona clave sin la aquiescencia de la cual no habrá investidura y no es otra que Carles Puigdemont.

Junts es uno de los partidos menos homogéneos de la política catalana, con múltiples sectores que conviven y se enfrentan, pero nadie está dispuesto a pugnar por el liderazgo contra Puigdemont.

El propio exconseller Jaume Giró desistió de competir por liderar la lista de Junts el 23J al no contar con el apoyo del expresident. Habrá presiones e incluso críticas o dimisiones si no se llega a un acuerdo, pero nada que vaya más allá y abra la disputa por el poder en Junts. Y ello certifica que la decisión sobre la presidencia del Gobierno español o sobre una repetición electoral se tomará sin duda desde Waterloo.

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