Este artículo se publicó hace 2 años.
Recuperar Barcelona y convertirse en la primera fuerza en Catalunya, los grandes objetivos del PSC para las municipales
Superada la profunda crisis que sufrió durante los años más intensos del Procés, la formación de Salvador Illa aspira a reeditar a nivel local la victoria obtenida en las elecciones al Parlament del año pasado, conseguir la alcaldía de grandes ciudades que históricamente ha gobernado -empezando por la capital- y mejorar su presencia territorial.
Barcelona-Actualizado a
Tras dejar atrás los peores momentos de su historia y haber vuelto a la primera línea de la política catalana con la victoria en las elecciones al Parlament del 14 de febrero del pasado año, el PSC afronta las municipales de la próxima primavera con el objetivo de confirmar su buen momento. Aspira a ser la formación con más sufragios, a ampliar las 90 alcaldías con las que cuenta actualmente y a "recuperar las grandes capitales" que históricamente ha encabezado, empezando por Barcelona y siguiendo por Lleida, Tarragona, Terrassa o Reus.
Lo explica su secretario de Política Municipal, Joaquín Fernández, quien también cita como prioridad aumentar la presencia territorial de la formación, algo que, de entrada, se traducirá en superar las 526 listas presentadas en el 2019 para ir más allá de las 600.
Durante décadas los socialistas se habían repartido buena parte del poder municipal catalán con la antigua CiU —que dominaba en el interior de Catalunya y en las zonas poco pobladas, mientras que el PSC lo hacía en el área metropolitana de Barcelona, buena parte del litoral y en las ciudades más pobladas—, pero la llegada del Procés abocó al partido a una intensa crisis y a varias escisiones, con la salida de los principales exponentes de su antiguo sector catalanista.
El bache electoral fue enorme para los socialistas catalanes que, por ejemplo, pasaron de más de 25% de los votos —más de 700.000 sufragios—, 2.127 concejales y 196 alcaldías tras los comicios locales de 2011 a un apoyo de apenas del 17%—530.000 votos—, 1.278 electos y 122 alcaldías en 2015. En mayo de 2019, ya dieron la vuelta a la tendencia, con el 22% de los votos —casi 770.000 papeletas— y 1.308 concejales.
El próximo año, con los momentos más convulsos del conflicto político catalán aún más alejados, el contexto puede favorecer las aspiraciones del partido liderado por Salvador Illa, que quiere mejorar los resultados los anteriores comicios municipales y superar a ERC en votos. Uno de los grandes dilemas, sin embargo, es en qué situación global se llegará a ellos y si cuestiones como una inflación desbocada y la crisis energética, que desgastan al Gobierno español de Pedro Sánchez, laminan las opciones locales de los socialistas catalanes.
El bastión metropolitano
Si hay una zona de Catalunya donde el PSC es el partido hegemónico ésta es el área metropolitana de Barcelona (AMB), donde incluso en sus años más complicados pudo mantener sin problemas alcaldías tan significativas como las de l'Hospitalet de Llobregat —segunda ciudad más poblada del país—, Santa Coloma de Gramenet —la novena—, Cornellà o Sant Boi, entre otras. En el conjunto del AMB, los socialistas superaron en 2019 el 25% de votos, más de cinco puntos por encima de ERC, la segunda fuerza, y se garantizaron la mayoría absoluta, por ejemplo, en las cuatro ciudades citadas, donde acumula décadas en el poder.
El PSC es el partido hegemónico del área metropolitana de Barcelona (AMB)
Gavà, Esplugues, Sant Joan Despí, Viladecans, Molins de Rei, Sant Vicenç dels Horts o, aunque en estas como segunda fuerza, Badalona y Castelldefels son otras ciudades metropolitanas que controla el partido y Fernández se muestra convencido de que las mantendrán después de los comicios del próximo mayo. "Falta mucho (para las elecciones), pero creo que la ciudadanía metropolitana ha visto que sus líderes locales han estado a su lado durante la pandemia, y en general, está contenta con la gestión hecha y saldrán ratificadas las alcaldías", afirma.
Históricamente la joya de la corona del poder local de los socialistas catalanes había sido Barcelona, la capital del país, donde tuvieron la alcaldía ininterrumpidamente durante 32 años, entre 1979 y 2011. Después de tocar fondo en 2015 con solo 4 concejales, en 2019 la formación —liderada por segunda vez consecutiva por Jaume Collboni— dio el salto a los 8, a tocar de los 10 que obtuvieron tanto ERC —la opción más votada— y Barcelona en Comú.
Lo que está claro es que las relaciones del PSC están muy bien engrasadas con los principales lobbies económicos barceloneses, como el Gremio de Hoteles, Barcelona Global —como se vio a la hora de conseguir la organización de la Copa América de Vela de 2024— o la patronal Foment del Treball. En este sentido, Joaquín Fernández recalca que "tras unos años complicados en Catalunya, de inestabilidad e inseguridad, la gente ha encontrado en nosotros una fuente de estabilidad y seguridad, capaz volver a recoser a la sociedad catalana". Y es evidente que esta apuesta por la estabilidad institucional es aplaudida por los grandes actores económicos, que también avalan la voluntad del PSC de ampliar infraestructuras como el aeropuerto de El Prat o el puerto de Barcelona.
Alianzas con formaciones locales
Fuera de su gran feudo metropolitano, el partido de Salvador Illa está decidido a ampliar candidaturas, algo que debería permitirle aumentar su representatividad territorial. De hecho, mientras que en 2019 acumuló el 24,3% de los votos totales en la provincia de Barcelona —donde fue primera fuerza—, en Tarragona se quedó en el 18,2%, en Lleida en el 14,4% y en Girona en el 12,8%, siendo en los tres casos la tercera opción con mayor apoyo, por detrás de ERC y Junts.
Fernández subraya que con el descenso de la tensión ligada al conflicto político catalán, "ahora hay menos presión y se nos acerca más gente" para sumarse a su proyecto en comarcas de clara mayoría independentista. Además, añade que a las municipales "siempre vamos con la coalición Progrés Municipal, donde hay partidos locales, comarcales, ...", lo que les permite agrupar formaciones que sin formar parte del PSC, sí comparten una parte del ideario.
Fernández: "No hemos querido ser solo un partido metropolitano, hemos querido ser un proyecto nacional"
El dirigente de la formación destaca que "priorizamos los objetivos de los municipios y en muchos territorios es secundario priorizar la marca socialista y el objetivo más estricto del partido, jugamos mucho a defender el territorio y lo que lo potencie". Un ejemplo de estas alianzas con otros partidos lo constituye el entendimiento con Unitat d'Aran, la fuerza hegemónica de este valle pirenaico y que, entre otros, gobierna el Consejo General de Aran y la capital, Vielha.
"No hemos querido ser solo un partido metropolitano, hemos querido ser un proyecto nacional y eso significa modular mucho el discurso en función del territorio, y adaptarnos a las distintas realidades que existen. Tenemos alcaldías en todo el territorio", remata Fernández, que cita como ejemplos los casos de Centelles o Les Masies de Voltregà, dos municipios de Osona que gobiernan. Batea, en la Terra Alta, es otro caso de alcaldía alejada de las grandes ciudades.
Acuerdos con todo el mundo menos con Vox
El PSC comparte gobiernos municipales con Junts, ERC, Comuns, CUP, Cs o formaciones independientes, un escenario que probablemente en gran parte se repetirá después de las próximas elecciones locales, con la probable excepción de Cs, ya que el partido de derechas previsiblemente desaparecerá de gran parte de los ayuntamientos en los que ahora tiene concejales. "Para nosotros la prioridad es el interés del municipio y lo que buscamos es hacer gobiernos sólidos. Las alianzas deben estar basadas en acuerdos locales y quitando a la extrema derecha, con quien lógicamente no haremos acuerdos, pactaremos con todos los partidos democráticos, no ponemos líneas rojas", adelanta Joaquín Fernández.
Fernández: "Un ayuntamiento es la primera trinchera de los macropoblemas"
El secretario de Política Municipal del PSC no se atreve, sin embargo, a decir cuáles serán las prioridades de los próximos mandatos locales: "Los alcaldes y alcaldesas que surgieron en el 2019 iban a hacer un mandato y después ha ido de otra cosa, debido a la pandemia. Nunca sabes lo que puede pasar y llevamos dos años luchando con todas las consecuencias de la pandemia y ahora estamos con una inflación desbordada, así que es difícil hacer previsiones". En todo caso, subraya que a los ayuntamientos les toca realizar un trabajo de "primeros auxilios" en grandes problemáticas para las que "no tienen herramientas ni competencias" para actuar a nivel estructural.
"Un ayuntamiento es la primera trinchera de los macropoblemas", concluye Fernández, que remata diciendo "que ya veremos qué ocurre en un año", si bien sí aspira a que la ciudadanía "vote en clave local" y, por tanto, el posible mal momento que pasa el PSOE -por lo menos ahora- no se refleje en los municipios. "Espero que el Gobierno español pueda recuperar la confianza (de la ciudadanía), pero pienso que la gente tiene que valorar (el trabajo de un ayuntamiento) en clave local, porque todo el mundo sabe que la inflación o la guerra de Ucrania no dependen de un político local".
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