Entrevista a Carlos Ochoa, portavoz del Sindicato de Estudiantes"Muchos jóvenes están despertando políticamente por lo que ocurre en Gaza"
El estudiante charla con Público con motivo de la huelga general de este jueves 2 de octubre por el genocidio en Palestina.

Madrid--Actualizado a
El Sindicato de Estudiantes se autodefine como "una organización estatal: de izquierdas, revolucionaria y abiertamente anticapitalista, con una defensa férrea de una educación pública, gratuita, democrática y laica". Carlos Ochoa se unió a sus filas cuando apenas tenía 14 años. Cursaba tercero de la ESO. Desde entonces, no ha dejado de militar. Su compromiso suma ya siete años. Ahora, con 22, también estudia Derecho en la UNED.
"La solidaridad con el pueblo palestino se ha extendido por todo el mundo", subrayan desde la organización. Hacen un llamamiento a una huelga general este jueves 2 de octubre. También piden que se llenen las calles los días 4 y 5 "para denunciar el genocidio en Gaza". En esta entrevista con Público, Ochoa analiza la represión creciente en los centros educativos, el horizonte de la huelga general y los apoyos estatales con los que cuenta el régimen sionista.
¿Por qué una huelga general?
La idea de las huelgas es más que necesaria. Lo que ocurre en Palestina es un genocidio; las cifras, los vídeos y todo el material que se está haciendo público lo demuestran y conmueven a millones de jóvenes y trabajadores que llenamos las calles. Somos quienes hemos paralizado La Vuelta, participado en las acampadas por Palestina y salido una y otra vez a manifestarnos. Denunciamos que este genocidio no podría producirse sin el apoyo del imperialismo estadounidense, sin Donald Trump y sin sus cómplices, incluida la extrema derecha en el Estado español: Isabel Díaz Ayuso, Santiago Abascal o José Luis Martínez Almeida. Les molesta que saquemos las banderas de Palestina, por eso nos censuran en facultades e institutos. Pero nosotros hablamos claro.
También denunciamos que Israel no podría actuar así sin la complicidad de gobiernos que ni siquiera reconocen el genocidio y que, en muchos casos, se presentan como defensores del pueblo palestino. Hablamos de gobiernos de la Unión Europea y, en concreto, del gobierno español. Este planteó recientemente nueve medidas, fruto de la lucha. Hace dos años ni siquiera hablaba de genocidio. Sin embargo, esas disposiciones tienen grandes agujeros: por ejemplo, la cláusula que permite importar y exportar armas si hay "interés comercial". A esto se suman los acuerdos con Estados Unidos y la OTAN, que facilitan el transporte de armamento. Por eso creemos que, aunque se ha avanzado, hay que redoblar esfuerzos. La mejor forma es convocar una huelga general, como ya se hizo en Italia. Es nuestra responsabilidad: hemos estudiado lo que fue el Holocausto, lo que los nazis hicieron contra el pueblo judío, el gitano y otros pueblos. Y pensamos que estamos viviendo algo similar. Entonces no se hizo nada; hoy no podemos repetir ese error.
Este genocidio no podría producirse sin el apoyo de Donald Trump y sus cómplices, incluida la extrema derecha en el Estado español
Por eso hay que intensificar la movilización. El 2 de octubre los estudiantes hemos dado un paso adelante y habrá manifestaciones masivas. Pero lo fundamental es prepararnos para una huelga general que lo paralice todo. Desde el Sindicato de Estudiantes vamos a participar en esa batalla, igual que lo haremos el 15 de octubre, cuando están previstos paros de dos horas. Creemos que no basta con eso: lo que hace falta es una huelga general, y vamos a convocar a toda la juventud para lograrlo.
Buscáis visibilizar el genocidio en Gaza, pero también parece un pulso contra la censura en la educación. ¿Lo veis así?
En el Estado español hay colaboradores abiertos de esta situación: la extrema derecha, herederos de quienes cometieron un genocidio en este país contra la izquierda y la clase trabajadora hace 80 años, con el golpe de Estado fascista de 1936. No pueden ocultar su odio a la lucha por la libertad del pueblo palestino, ni su simpatía por el sionismo y la limpieza étnica que allí se está llevando a cabo. Por eso odian este movimiento de solidaridad que ha estallado en toda Europa, y buscan censurarlo y silenciarlo. Al igual que denunciamos al imperialismo en el ámbito internacional, también luchamos contra sus colaboradores aquí: Ayuso, Abascal, Feijóo y todos los que parecen no conmoverse ante los vídeos de niños muriendo de hambre o masacrados. Parecen no tener corazón, y por eso también dirigimos nuestra lucha contra ellos.
Isabel Díaz Ayuso expuso que hablar de genocidio en las aulas es "adoctrinar" y "politizar".
Les molesta mucho la lucha por el pueblo palestino, pero no tienen ningún problema en llenar los institutos con banderas ucranianas e imponer su ideario, que es profundamente LGTBIfóbico y machista, como han expresado en numerosas ocasiones. El problema es que hablar de derechos humanos y denunciar un genocidio resulta insoportable para ellos. Por eso intentan silenciarlo. Les incomoda porque son aliados del sionismo que está masacrando al pueblo palestino.
A la ultraderecha le molesta mucho la lucha por Palestina, pero no tienen problema por imponer su ideario LGTBIfóbico y machista en las aulas
¿Qué diferencia hay entre politizar y educar en valores?
Dicen que hablar de Palestina es "politizar", pero claro que es político: hay responsables políticos de lo que allí sucede. Eso no significa que la juventud o los niños deban estar al margen de esa realidad. Hemos estudiado lo que fue el Holocausto, lo ocurrido en los años 30 contra el pueblo judío, el pueblo gitano y otros, y vemos que hoy se repite algo similar. Por eso entendemos que los docentes que explican lo que está pasando no están adoctrinando, sino mostrando la verdad. Igual que cuando se enseña lo que ocurrió en este país durante la dictadura, lo que hacen es una labor educativa: generar conciencia crítica. Eso es fundamental en el tiempo en que vivimos.
La acusación de "adoctrinamiento" es solo una excusa porque lo que les molesta realmente es que se genere esa conciencia crítica que los señale como lo que son: aliados del franquismo, de la dictadura que aplastó este país durante 40 años, y hoy aliados también del sionismo que está asesinando a un pueblo.
¿Cómo valoráis la represión que están sufriendo los docentes?
Ayuso quiere poner una mordaza a nuestros profesores, que lo único que hacen es educar en derechos humanos. No están haciendo otra cosa. Resulta contradictorio, porque cuando se trata de docentes que promueven una ideología de extrema derecha, muy presentes y conocidos también en las facultades, entonces no mueven un dedo. Desde aquí mandamos toda nuestra solidaridad a nuestros profesores que están siendo víctimas de una campaña de criminalización por apoyar la lucha del pueblo palestino. Y este jueves también vamos a estar denunciando esta situación.
Nuestros profesores están siendo víctimas de una campaña de criminalización por apoyar la lucha del pueblo palestino
¿Cómo estáis conectando la huelga con las familias? Ya son más de 180 asociaciones de familias que se han rebelado contra la censura en colegios.
Nosotros, como Sindicato de Estudiantes, entendemos que la lucha de la juventud es parte de la lucha general de la sociedad y de la clase trabajadora contra el genocidio en Palestina. Entendemos que la defensa de la escuela pública no es únicamente nuestra; hay que implicar a las familias, a los docentes y a todo el personal de institutos y facultades. Las familias también están dando un enorme ejemplo de dignidad y mostrando cuál es el camino a seguir. En la educación, todos nos vemos reflejados en las calles: docentes, familias y estudiantes participamos en manifestaciones y luchamos cada uno desde su ámbito, pero empujando en la misma dirección: acabar con este genocidio.
En otros países como Alemania o Estados Unidos, las protestas estudiantiles por Palestina han sido reprimidas. ¿Teméis que este jueves haya sanciones o represalias contra vosotros?
De momento no tenemos noticias de problemas legales. Todas las concentraciones están legalizadas e, históricamente, las manifestaciones del Sindicato de Estudiantes no han tenido inconvenientes. No podemos descartar absolutamente nada, pero de momento todo está en orden. Sí hay casos de represión abiertos contra estudiantes que participaron en las acampadas por Palestina, así como docentes sancionados por llevar camisetas de Palestina. Por eso estamos cautos, pero no esperamos ningún problema en las manifestaciones ni sanciones por nuestra participación. Especialmente cuando se trata de ejercer nuestra responsabilidad de protestar contra este crimen.
¿Os sentís herederos de esa memoria de mayo del 68 y las acampadas del 15M o estáis inaugurando un nuevo ciclo?
Nos sentimos herederos de la lucha de nuestra clase, de nuestros padres y abuelos. Especialmente nos consideramos herederos de todos aquellos compañeros que protagonizaron una lucha ejemplar contra la intervención imperialista en Irak, cuando siendo estudiantes paralizaron las aulas para exigir el regreso de las tropas. También nos sentimos parte de la lucha de los trabajadores que participaron en la huelga general de 2003, así como de la memoria de mayo del 68, de las acampadas universitarias, del 15M y de toda la lucha de nuestra clase.
Sabemos que no somos los últimos. Nos sentimos especialmente herederos de la memoria antifascista de este país, de quienes se levantaron contra la dictadura que lo aplastó durante 40 años. Recientemente, participamos en el homenaje a los últimos fusilados de la transición. Formamos parte de la misma clase, enfrentamos el mismo sistema criminal y tenemos la suerte de poder unirnos en la lucha. Esperamos no solo sentirnos aliados, sino en muchas ocasiones ir codo a codo, como confiamos poder hacerlo el 15 de octubre.
¿Qué horizonte veis después de esta huelga?
Creo que ya estamos viviendo una oleada de protestas que comenzó en octubre de 2023 y que ahora se está activando al máximo nivel. Ha habido movilizaciones para despedir la flotilla, para paralizar La Vuelta, y esta semana será una semana de lucha intensa. El jueves habrá huelga estudiantil: vamos a parar las aulas y vaciar las calles. El día 3, en la Comunidad de Madrid, habrá paro educativo de docentes, estudiantes y personal laboral. Además, el 4 y el 5 esperamos manifestaciones históricas en solidaridad con el pueblo palestino. Por supuesto, el día 15 confiamos en que los estudiantes vayamos a la huelga y que ese día confluyamos con los trabajadores y el conjunto de nuestra clase para parar todo y terminar con este genocidio, siguiendo ejemplos como los de Italia y Francia. Creemos que ese es el camino a seguir.
El 4 y el 5 de octubre esperamos manifestaciones históricas en solidaridad con el pueblo palestino
En un tiempo en que muchos jóvenes se sienten desconectados de la política, ¿crees que la solidaridad con Palestina puede convertirse en el nuevo motor que devuelva a la juventud la motivación por organizarse?
Sí, la juventud está muy afectada, no moralmente, sino por las condiciones difíciles que enfrentamos. Tenemos problemas graves de salud mental, dificultades para acceder a la vivienda y cada vez se nos niegan más derechos, como el acceso a una educación pública de calidad, a la universidad o a la Formación Profesional (FP). Aun así, en los últimos años nos hemos levantado una y otra vez: nos movilizamos cuando no hay acceso a la FP, contra los cambios en la PAU, cada 8 de marzo contra el machismo, en cada Orgullo, y ahora, ante la masacre que vive el pueblo palestino, volvemos a levantarnos a un nivel superior. Veo que muchos jóvenes están despertando políticamente con esta cuestión, porque no puede ser de otra manera: el genocidio conmociona la conciencia de millones y esto incide directamente en la juventud.
Si pudieras enviar un mensaje a los estudiantes que todavía dudan si secundar la huelga, ¿qué les dirías?
Somos millones los que estamos viendo lo que pasa en Gaza. Tanta barbarie. Parece que no hay nada que hacer, pero sí hay mucho por hacer. Lo hemos demostrado en La Vuelta y en movilizaciones masivas. Nuestra clase, la trabajadora, y la juventud tenemos una herramienta poderosa: la huelga. La huelga nos ha permitido conquistar derechos fundamentales como la escuela pública y la sanidad pública, y ahora debemos usarla para exigir que se detenga de una vez por todas este genocidio. Por eso, hacer huelga el día 2 es necesario, útil y una responsabilidad de toda la juventud.

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