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Opiniones divididas sobre estrategia de vacunación "en capullo" para proteger a bebés

Reuters

Por Andrew M. Seaman y Frederik Joelving

Un grupo médico deEstados Unidos dio luz verde a los pediatras para vacunar a losfamiliares directos de bebés muy pequeños como para aplicarlesvacunas.

Este enfoque, conocido como estrategia en capullo, apunta aimpedir que las enfermedades infecciosas alcancen a los bebés ycuenta con el respaldo de los Centros para el Control y laPrevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por su siglaen inglés).

Pero a principio de este mes, un equipo de Canadá sugirióque la estrategia tenía su costo, por lo menos cuando se aplicaa la prevención de la tos convulsa. Los autores estimaron quepara prevenir una muerte infantil por esa infección en Quebec oColumbia Británica, habría que vacunar a por lo menos 1 millónde padres a 20 dólares canadienses por dosis.

"Este programa no sería efectivo. De hecho, el criterio paraque dé resultado es casi imposible de aplicar. No estamosdiciendo que los bebés no nos importen, pero debemos utilizarlos recursos finitos de manera inteligente", dijo la doctoraDanuta Skowronski, del Centro de Control de las Enfermedades deColumbia Británica, en Vancouver, Canadá.

El nuevo informe de la Academia Estadounidense de Pediatríasobre la estrategia en capullo publicado en la revistaPediatrics, no recomienda directamente que los pediatrasempiecen a ofrecerles a los padres las vacunas.

"Lo que dice es que si un profesional elige hacerlo, estábien", aclaró el doctor Herschel R. Lessin, de la academia y queparticipó de la redacción del informe.

"La vacuna antigripal se aplica en aeropuertos y farmacias.No hay motivo por el cual un médico matriculado no pueda darlastambién", agregó.

PROTEGER AL BEBE

Lessin señaló que el objetivo principal apunta a la vacunaantigripal y la que protege contra el tétanos, la difteria y latos convulsa.

Ya existe una recomendación nacional en Estados Unidos deaplicarles esas vacunas a toda la población, incluidas lasembarazadas. Pero los bebés deben tener por lo menos seissemanas para recibir la vacuna contra el tétanos, la difteria yla tos convulsa, y seis meses para la antigripal.

Mientras, la única protección es a través de los anticuerposque recibieron en el útero materno y obtienen a través de lalactancia, si sus madres fueron vacunadas o tienen inmunidadnatural contra esas infecciones.

Lessin consideró que como no todas las embarazadas estánvacunadas, la estrategia en capullo es una medida razonable paraproteger a los bebés.

Según los CDC, más de la mitad de los menores de 1 año quedesarrollan tos convulsa necesitan atención hospitalaria. Yaunque la cantidad de infecciones disminuyeron en las últimascinco décadas, volvieron a aumentan en los últimos años.

Uno de cada 1.000 bebés de Estados Unidos se infectó el añopasado con la bacteria de la pertussis, sólo según los casosnotificados.

"El objetivo es que todos estén vacunados. Como pediatras,pensamos que la inmunización es el máximo descubrimiento en lahistoria de la humanidad", dijo Lessin.

Pero dado que es "complicado" que los pediatras puedanfacturarles las inyecciones a los seguros de salud de lospadres, consideró que lo más práctico es que las personas abonenlas vacunas. En el caso de la vacuna antigripal, se trata deunos 30 dólares.

Lessin reconoció que no existe demasiada evidencia de laefectividad de la estrategia en capullo. "Es un conceptorelativamente nuevo. No sé si alguien estudió su efectividad",indicó.

El estudio de Canadá, publicado en Clinical InfectiousDiseases, dio un paso en esa dirección, aunque incluyó cálculosen lugar de un experimento real.

El equipo de Skowronski revisó estudios previos y estimó queel 35 por ciento de los casos de tos convulsa en los bebés espor transmisión de los padres.

A partir de las tasas de la enfermedad de Quebec y deColumbia Británica entre el 2005 y el 2009, que son similares alas de Estados Unidos, el equipo observó que deberían vacunarseentre 10.000 y 20.000 personas para evitar la internación de unbebé.

Y para prevenir el ingreso de un bebé en una unidad deterapia intensiva, habría que vacunar a unas 100.000 personas,mientras que para evitar una muerte, la vacunación deberíaextenderse a 1 millón de padres a un costo total de unos 20millones de dólares canadienses.

Un editorial publicado con el estudio señala que losresultados no necesariamente se aplican a áreas con altas tasasde tos convulsa o que tuvieron brotes recientes. La doctora C.Mary Healy, coautora de esa investigación, agregó: "En el costototal de tener un bebé, el valor de una vacuna no es muygrande".

FUENTES: Pediatrics, online 26 de diciembre del 2011, yClinical Infectious Diseases, online 8 de diciembre del 2011

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