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El Sevilla remata a un buen Zaragoza

Luis Fabiano consigue un doblete recién llegado de Brasil

ALBERTO CABELLO

Un brinco hacia el cielo para un toque certero por encima del guardameta. La descripción de un gol en una docena de palabras, esquema abreviado para resolver un partido. Esa es la gran excelencia del Sevilla esta temporada. El salto fue de Negredo para la prolongación hasta Luis Fabiano. Un ataque combinado aire-tierra que tumbó la última muralla del Zaragoza. Conexión en el descuento del primer tiempo que desbarató el buen trabajo del equipo de Marcelino.

Esa jugada entre los dos puntas cavó la fosa de los maños. Ya nada fue lo mismo en el segundo tiempo. La bofetada fue cruenta para el visitante. Es el primer damnificado de esta pegada tan tóxica. Y es que de centro del campo hacia arriba el equipo de Jiménez tiene un tufo a gol que da miedo. La llegada de Negredo ha abierto otro camino para encontrar la portería. No hizo falta que el madrileño y su colega brasileño se encontraran mucho más en el partido. Bastó esa secuencia fugaz para anticipar el final de la historia.

Hasta ese momento tan decisivo, el Sevilla no había encontrado demasiados caminos para descabalgar al Zaragoza. Después del primer rapapolvo, Jiménez intentó ganarse a la grada ya en el anuncio de las alineaciones. Cada gesto tiene su peso en una relación tensa después de la papeleta de Valencia.

Así, el técnico plantó en el campo a sus mejores armas. De intenciones no se sobrevive en el fútbol. Algunas carencias pueden esconderse bajo la alfombra pero suelen terminar por aparecer. El fútbol de los andaluces apenas tiene elaboración. Es una pintura a brochazos, sin pincel que perfile los detalles. Unos que atacan y otros que defienden, pero nadie que cosa las dos telas del vestido.

Marcó pronto Konko en la primera oportunidad en que la defensa aragonesa abrió una vía de agua en la que siempre debió haber tierra. El simulacro duró veinte minutos. Por pura cuestión aritmética, los de Marcelino se hicieron con el centro del campo. Zokora, otro de esos hercúleos africanos que llegan hasta Europa, se encontró con demasiados frentes que ocupar. Renato se había apuntado a la fiesta que se celebraba algunos metros más adelante..

Llegó el momento en el que Pennant bailó con la pelota hasta encontrar a Uche. El delantero nigeriano es un naufrago. Acostumbrado a la vida en soledad, no necesita compañía para divertirse. Ha sido el sujeto y el predicado de los equipos por los que ha desfilado. Como esa serie de televisión es un experto superviviente en ambientes hostiles. Recurrió a una dejada de cabeza para regalarle un gol a Arizmendi.

Las malas noticias nunca vienen solas. Primero la lesión de Uche; segundo ese primer coqueteo entre Negredo y Luis Fabiano. Un responso por el alma de un Zaragoza al que le costó resucitar. Con ventaja, el Sevilla intentó algo más de combinación. Ya comprobó que el Zaragoza no iba de farol así que intentó darle más calor a la pelota. Después de una buena combinación, Perotti enganchó un latigazo a la escuadra. Luis Fabiano volvió a castigar la buena intención del Zaragoza.

Sevilla (4): Palop; Konko, Fazio, Escudé, Adriano; Navas, Zokora, Renato (Lolo m. 58), Perotti; Luis Fabiano y Negredo.

Zaragoza (1): Carrizo; Laguardia, Ayala, Pablo Amo, Ponzio; Pennant (Kevin m. 60), Babic, Gabi, Jorge López; Arizmendi y Uche (Ander Herrera m. 42).

Goles: 1-0. Min. 7. Renato prolonga hacia el interior del área y Konko viniendo desde atrás marca a placer ante Carrizo. 1-1. Min. 32. Arizmendi remata frente a Palop después de una buena dejada de Uche con la cabeza. 2-1. M. 46. Negredo prolonga un saque de Palop y Luis Fabiano se adelanta a Carrizo. 3-1. M. 57. Golazo de Perotti de gran disparo a la escuadra. 4-1. M. 85. Luis Fabiano marca después de varios rechaces.

Árbitro: González Vázquez. Amonestó a Zokora, Palop y Ayala. Sánchez Pizjuán: 45.000 espectadores.

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