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Los laboristas piden el voto útil para frenar a los 'tories'

Los ministros de Brown animan a votaciones selectivas a favor de los liberales para evitar la victoria conservadora en distritos clave

IÑIGO SÁENZ DE UGARTE

Las cuentas no les salen a los laboristas y ya no se descartan las medidas más inusuales. Varios de sus dirigentes coincidieron ayer en solicitar un 'voto táctico' con la intención de frenar la llegada de David Cameron al poder. El ministro Peter Hain hizo el llamamiento más claro: 'Vota con la cabeza, no con el corazón'.

Su petición consiste en que los votantes liberales demócratas apoyen al candidato laborista de su distrito en los casos en que el escaño sólo pueda caer del lado conservador o laborista. Y a su vez que los laboristas voten a los liberales cuando sean estos los que se disputen la victoria con el partido de Cameron. 'Todos saben que la inmensa mayoría del electorado no quiere un Gobierno conservador', dijo.

Los conservadores duplican a sus rivales en fondos para la campaña

Además, Hain planteó que laboristas y liberales deberían firmar en la próxima legislatura 'un acuerdo de gobierno con un programa único y un calendario fijo', que descarte la convocatoria de elecciones anticipadas.

Hain no fue el único. Otro ministro, Ed Balls, hizo una reflexión similar el día anterior, con mucho cuidado para no desanimar a las bases laboristas. La ministra Tessa Jowell elogió la iniciativa del diario Daily Mirror, que detalló a sus lectores cómo debían votar en una serie de distritos para conseguir el resultado deseado.

Balls aseguró a los periodistas que Gordon Brown comparte su opinión, pero el primer ministro no podía llegar tan lejos públicamente y no lo hizo: 'Ya he dejado absolutamente claro cuál es mi consejo. Mi consejo es votar laborista'.

Brown: 'Asumiré personalmente la responsabilidad con cualquier resultado'

Estos comentarios llegan en el peor momento posible para el partido de Nick Clegg, que disputa una veintena de escaños a los tories en el sur de Inglaterra. Sus expectativas de éxito son muy altas, pero pueden reducirse en las últimas horas de campaña si una parte del electorado conservador cree que un voto a los liberales servirá para mantener a Brown de primer ministro.

Ante los primeros indicios del plan laborista, Clegg reaccionó con rapidez: 'Vota con el corazón, vota con tu instinto'. No le conviene que el votante moderado llegue a la conclusión de que los dos partidos formarán una pinza incluso antes del día de las elecciones.

Eso fue precisamente lo que se ocuparon de denunciar los conservadores, embarcados en obtener una mayoría absoluta que ninguna encuesta les concede con claridad. 'Un voto por los liberales demócratas no es un voto por el cambio dijo el dirigente tory Jeremy Hunt. Es un voto por la incertidumbre y muy posiblemente para mantener a Brown en Downing Street'.

Los laboristas tienen que estar preocupados si estas declaraciones se interpretan como un signo de desesperación. Lo que es indudable es que abren una cadena de decisiones que puede tener consecuencias imprevisibles. En muchas circunscripciones, el rechazo a Brown es tan marcado que se ha convertido en la principal baza de los tories.

Y si algo le sobra al partido de Cameron es dinero para cuestionar los 13 años de Gobierno laborista. La Comisión Oficial de Elecciones hizo públicos los datos de financiación de los partidos en el primer trimestre del año. En ese periodo, los conservadores han recibido donativos por valor de 12,3 millones de libras. Los laboristas han obtenido 4,1 millones y los liberales demócratas, 1,9 millones.

Los intentos de los laboristas por atraer un alto número de pequeñas donaciones de sus simpatizantes a través de Internet han tenido un resultado escaso. Con el mismo estilo de la campaña de Barack Obama en EEUU, los dirigentes laboristas han enviado numerosos e-mails para pedir dinero. Ayer mismo, el ex ministro David Blunkett pedía a cada destinatario del mensaje '15 libras para imprimir 1.000 folletos más'.

A la misma hora, y también por e-mail, los conservadores remitían un vídeo de nueve minutos, hecho con los mejores medios, con el que hacen una descripción espeluznante de los años laboristas: pobreza infantil, crímenes de bandas juveniles, la recesión y el aumento de la deuda.

Gordon Brown viaja hoy a su circunscripción en Escocia sin saber si habrá consumido ya sus últimas horas como primer ministro. Le preguntaron en televisión si pensaba que los votantes se volverían contra su partido o contra él personalmente. Su respuesta fue reveladora: 'Tendré que asumir personalmente la responsabilidad. Y crea que asumiré toda la responsabilidad con cualquier resultado'.

¿Era el anuncio de que dimitirá como líder de su partido con la intención de que pueda pactar con los liberales? 'No creo que funcione así. Pero si ya no puedo marcar la diferencia, me iré y me ocuparé de otras cosas. A Sarah [su mujer] y a mí nos gustaría dedicarnos a promover el voluntariado y ayudar a la gente'. Casi sonó a una despedida.

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