Este artículo se publicó hace 4 años.
PresupuestosEl Gobierno, ante la encrucijada de los Presupuestos: muchas combinaciones posibles, pero "ningún" apoyo cerrado
El Ejecutivo espera que la UE llegue a un acuerdo sobre el reparto de ayudas tras la pandemia durante el mes de julio para preparar las Cuentas del Estado. Hay preocupación por la influencia de las dinámicas electorales en sus potenciales socios. Sánchez
Manuel Sánchez / Alejandro López de Miguel
Madrid-
El Gobierno se asoma estos días a la encrucijada de negociar los Presupuestos Generales del Estado para 2021, con muchas opciones sobre la mesa, pero sin una sola certeza. Lo reconoció el martes la propia ministra Portavoz, María Jesús Montero: "En estos momentos ningún partido nos ha garantizado su apoyo a los Presupuestos". Y así es.
Si bien es cierto que el Gobierno tiene ante sí todo un abanico de posibles combinaciones para sacar adelante las cuentas públicas, a día de hoy no tiene atado ningún apoyo en el que pueda confiar o dar por seguro, y cada voto se lo va a tener que ganar a pulso en las próximas semanas.
El Gobierno espera que se concrete el plan de ayudas de la UE, previsiblemente en julio, y Sánchez afirma ahora que los PGE estarán "antes de final de año"
Además, la incertidumbre es grande por otros motivos: el Ejecutivo quiere apurar al máximo para dar tiempo a las negociaciones del plan europeo de reconstrucción. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, espera que haya un acuerdo en julio, y el volumen de transferencias y préstamos que finalmente reciba España será clave para construir los Presupuestos.
De hecho, hasta esta semana el Ejecutivo había mantenido que presentaría las cuentas públicas ante el Congreso de los Diputados "en tiempo y forma". Sin embargo, el jueves, Sánchez evitó agarrarse a esta fecha, para afirmar que la previsión es cerrarlos "antes de final de año".
Y esto, sin contar con los movimientos tectónicos en el Congreso, con convocatorias electorales a tiro de piedra -en Euskadi y Galicia, el 12 de julio-, o ya sobrevolando -en Catalunya-, y con la evidente erosión en el bloque de la investidura.
El hecho al que se enfrenta el Gobierno es que todos los partidos que apoyaron la investidura de Sánchez han votado en contra de propuestas del Gobierno en alguna ocasión, también durante la fase más aguda de la pandemia. Basta recordar que el Ejecutivo contó con cero votos en contra para la primera prórroga del estado de alarma, y llegó a sumar 162 en la quinta.
Las convocatorias electorales añaden incertidumbre, y el bloque de la investidura llega erosionado a esta negociación
ERC llegó al no y volvió a la abstención en la última de las votaciones, y hasta Compromís llegó a votar en contra. Además, el PNV, hasta ahora uno de los socios más fieles de Sánchez, se descolgó de apoyar las conclusiones de la comisión de reconstrucción parlamentaria, un tema fundamental para los socialistas.
Por ello, desde el Gobierno se habla de buscar el pacto con todos, sin exclusiones y sin preferencias, para llegar a los 176 diputados necesarios para enterrar de una vez los Presupuestos Generales del 2018, elaborados por el Ejecutivo de Mariano Rayoy y prorrogados hasta hoy.
La opción de ERC
En principio, Sánchez quiere contar con sus socios en la investidura y sumar a ERC, con cuyo apoyo los Presupuestos tendrían luz verde. Pero en el Gobierno son conscientes de que el partido republicano está con un ojo puesto en las elecciones en Catalunya, y que su decisión va a estar muy condicionada por esa circunstancia. Además, en el PSOE se sabe que ERC es impredecible.
Además de las elecciones catalanas, aún sin convocar, el Supremo decidirá el 17 de septiembre sobre la condena al president, Quim Torra
Además, una vez superada la etapa más dura de la pandemia, el escenario catalán vuelve a vibrar, y el futuro político del president de la Generalitat, Quim Torra, pende de un hilo, toda vez que el Tribunal Supremo revisará el 17 de septiembre su condena a un año y seis meses de inhabilitación, dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya [TSJCat].
De hecho, el Gobierno dedicó esta semana un nuevo guiño a ERC, al confirmar que convocará la mesa de diálogo sobre Catalunya en julio; no asistirá ninguno de los presidentes, pero sí una delegación que aborde presencialmente la situación, en un foro que sólo ha sido convocado en una ocasión, en febrero.
En cualquier caso, más allá de las dinámicas propias de la política catalana, ERC se ha mostrado muy crítica con el Ejecutivo, especialmente en materia de política social. Su apoyo, a buen seguro, no será fácil de amarrar.
La vía Arrimadas
La segunda opción más evidente pasa por reeditar el acuerdo con el que se aprobaron las últimas prórrogas del estado de alarma, es decir, contando con Ciudadanos y PNV. Pero tampoco parece fácil que el partido naranja acepte unos Presupuestos que van a conllevar con toda seguridad una subida de impuestos, escenario al que se opone radicalmente la formación que preside Inés Arrimadas.
Iglesias no ve "viable" el acuerdo presupuestario con Cs: "El bloque de la investidura va a ser el bloque de los Presupuestos"
Ciudadanos ha garantizado a Sánchez la aprobación de tres prórrogas del estado de alarma, pero no lo ha hecho gratis. Y, aunque avale el trabajo de la comisión de reconstrucción en tres áreas -Sanidad, Economía y UE-, con el presidente alabando su "inteligencia" política, cosa bien distinta es alcanzar un acuerdo en materia fiscal, económica y social con el Ejecutivo de coalición.
Hasta cierto punto este sería el sueño de Sánchez, que en 2016 ya intentó gobernar con Cs, con apoyos puntuales de Unidas Podemos, pero es muy, muy complicado, que Unidas Podemos y Cs lleguen a un entendimiento en estas materias.
Iglesias señala al bloque de la investidura
De hecho, el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, advirtió este viernes a sus socios de que Unidas Podemos no va a "renunciar ni a una coma del acuerdo de coalición", después de que la ministra portavoz afirmase que la pandemia fuerza a repriorizar las medidas ya acordadas.
Por ello, sostuvo que el Ejecutivo debe limitar los acuerdos con Ciudadanos al entendimiento puntual -"No es viable" decía, el acuerdo global con el partido de Arrimadas-, y recuperar la mayoría de la investidura, con formaciones de izquierdas, ya que este será "el único acuerdo posible para sacar adelante los Presupuestos."El bloque de la investidura va a ser el bloque de los Presupuestos".
Tampoco las relaciones con el PNV pasan por su mejor momento. El miércoles la formación vasca se posicionó en contra de las conclusiones de los cuatro grupos de trabajo de la comisión de reconstrucción. El partido de Aitor Esteban criticó el espíritu "recentralizador" de las propuestas, así como su "vaguedad", y el hecho de que la comisión haya contado con un tiempo muy limitado para trabajar.
Con todo, el propio Sánchez repitió el jueves que su objetivo es agotar toda la legislatura, cuatro años. Si quiere verlo convertido en realidad, sabe que necesita armar unas nuevas cuentas, y la única certeza con la que cuenta hoy es que tendrá que hacer encaje de bolillos para lograrlo. Pero sin Presupuestos, no habrá legislatura.
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