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Coronavirus Llorar la muerte en tiempos de pandemia

La emergencia del coronavirus y el confinamiento impide que los familiares puedan despedirse de los seres queridos que fallecen por causa del virus. El duelo se presenta, en estos momentos, como un experiencia más difícil de lo normal.

Lápidas con flores en el Cementerio de la Almudena de Madrid. EP
Lápidas con flores en el Cementerio de la Almudena de Madrid. EP

Después de una semana sin saber prácticamente nada de un familiar, suena el teléfono. La pantalla refleja un número desconocido y, antes de deslizar el dedo, ya empiezas a intuir lo que viene. La muerte. Cuando cuelgas, no hay prisas, porque no hay lugar al que ir a llorar; la pandemia lo cierra todo, hasta las emociones. El coronavirus está desbaratando las costumbres sociales por completo; desde el estornudo hasta el beso, pasando finalmente por el duelo. El confinamiento y la forma en la que los enfermos de riesgo terminan sus vidas –en la soledad de un hospital colapsado– hace de esta emergencia sanitaria y social un reto para las mentes de aquellos que pierden a un ser querido.

Entre cuatro paredes y sin posibilidad de pronunciar el último adiós que cierre el círculo, los ciudadanos ven partir a sus familiares, convertidos en números por la ola de muertos. El duelo se hace más difícil que nunca, si no imposible, y los riesgos de la depresión se hacen notar. "Las emociones necesitan siempre ser expresadas y más cuando son tan intensas. Pero realmente se necesitan manifestar ante otros seres queridos y esto es algo que ahora mismo no se está pudiendo hacer", comenta Javier Barbero, portavoz del Colegio de Psicólogos de Madrid (COP), que ha lanzado un proyecto para tratar de asistir a los ciudadanos que, fruto de la pandemia, han perdido a alguien sin opción de despedidas.

El COP, de esta forma, ofrece atención psicológica a los damnificados, que a través del correo ayudaduelocopm@cop.es podrán iniciar los trámites para tratar de conseguir canalizar y entender las emociones de un momento tan amargo y difícil como este.

"Todas las culturas tienen ritos de despedida y es porque, de alguna forma, necesitamos formalizar un adiós"

"Todas las culturas tienen ritos de despedida y es porque, de alguna forma, necesitamos formalizar un adiós", agrega Barbero, que pone en valor la importancia de dejar atrás de una forma sana "los vínculos" que nos unen a amigos y familiares. En estos tiempos, con una epidemia que acusa nuestras debilidades, llorar se vuelve esencial y por ello los psicólogos han abierto un espacio para que los damnificados, pese a todo, puedan conseguir llevar el duelo de la mejor forma posible.

En España, tras la aprobación del estado de alarma por parte del Gobierno de coalición, los ritos funerarios han quedado restringidos para evitar que se propaguen contagios en los velatorios. De hecho, las funerarias están prestando servicios mínimos de sepultura e incineración pero, en la mayoría de los casos, no se están permitiendo sepelios y encuentros de despedida de difuntos. Sólo grupos reducidos, cinco o diez personas, con grandes espacios interpersonales y mascarillas puestas, podrán ir al cementerio para el último adiós. El momento se vuelve más frío de lo que ya de por sí es. "La prohibición de celebrar velatorios y funerales para fallecidos por coronavirus puede suponer un duelo muy complicado para las familias, por lo que es fundamental establecer una red de apoyo que nos ayude a sobrellevar este dolor añadido", explican desde el COP.

Las particularidades de esta pandemia han propiciado que la muerte de un ser querido, de por sí una vivencia difícil, se vea marcada por una fuerte incertidumbre, el poco tiempo de preparación del proceso, la imposibilidad de acompañar al familiar en la enfermedad y la falta de accesibilidad a una red de apoyo familiar durante el proceso de duelo. "Esto implica que a largo plazo las personas se puedan ver aquejadas de síntomas de depresión, ansiedad, estrés postraumático o duelo prolongado, lo que afectará a su salud física y mental", expone Alba Payás, directora del Instituto de Psicoterapia Integrativa Relacional.

"Velatorio digital por el abuelo". Así describe Miguel Ezquiaga su duelo en una tribuna emotiva para El País. La tecnología se presta aquí como una solución que reduce distancias obligadas por la cuarentena. Sin embargo, los llantos se difuminan, pixelados por una webcam de mala calidad, y el momento de despedida familiar se atora. "Poder poner palabras al dolor, a la pena, al enfado, la culpa, la impotencia y las emociones naturales que acompañan la pérdida, es uno de los factores claves para poder vivir un duelo saludable. Cuando esto no es posible, como es el caso de esta situación de confinamiento que vivimos, las personas pueden sentirse desprovistas de este apoyo tan necesario", agrega Payás, que resalta la importancia de que el "duelo personal conviva con la afectación del entorno, cuyas necesidades afectivas también deben ser atendidas".

Ese velatorio online descrito por Ezquiaga puede ser una alternativa en tiempos de cuarentena obligada. Sin embargo, los expertos recomiendan acudir a especialistas para tratar de poner solución a una situación tan traumática como esta. No se trata de imaginar una de esas terapias idealizada por los cineastas en la que el paciente sana fruto de un desfogue, sino de acudir a un especialista que pueda guiar al paciente –aunque en estos momentos sea a través de sesiones telemáticas– hacia la estabilización y la desregulación traumática de la muerte.

"Un túnel en curva", apunta Barrero. Esa es la metáfora que utiliza el experto para describir las emociones que caracterizan al duelo; una tristeza edulcorada con culpa y dolor del que no se ve el fin. Para salir de ese corredor oscuro es necesario que el ciudadano trabaje para "recuperar las estrategias que ya había utilizado en el pasado en otras pérdidas". Eso es lo que los profesionales de la salud mental están ofreciendo en estos momentos de reclusión y pesimismo social que dificulta aún más esa necesidad imperante de "poner palabras a las emociones derivadas de una situación de eclosión como esta". Aplazar el duelo no puede ser una opción.



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Si has perdido a un ser querido durante la emergencia del coronavirus puedes solicitar atención psicológica para pasar el duelo a través del correo ayudaduelocopm@cop.es .

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