El 'caso Cerdán' lleva a Sánchez al límite: estas son sus opciones para aguantar hasta 2027
"La legislatura puede sostenerse porque no existe una mayoría alternativa, al menos, de momento; otra cosa es lo que pueda hacerse a nivel legislativo", apunta Ignacio Sánchez-Cuenca.
"El PP tiene poca credibilidad para dar lecciones de regeneración democrática y esto puede jugar a favor del Gobierno", destaca la politóloga Arantxa Tirado.
Madrid-
24 de mayo de 2018. La Audiencia Nacional dictó ese jueves la primera sentencia por la Gürtel. El PP se había beneficiado de la trama. La justicia también consideró probada la existencia de "una estructura financiera y contable paralela a la oficial" en Génova. Mariano Rajoy tuvo que declarar como testigo. Lo hizo para negar la mayor. El fallo puso en duda su "credibilidad" y situó el origen de la caja b en 1989.
31 de mayo de 2018. "Es usted quien provoca esta moción de censura: Gürtel, los papeles de Bárcenas, la caja b, los contratos de la Generalitat de València, Fitur, Púnica. (...) Son nombres, desgraciadamente para vergüenza de nuestra democracia, que forman parte de la memoria colectiva de un país hastiado de la corrupción". Pedro Sánchez es quien pronuncia el discurso. El entonces líder de la oposición supo capitalizar el descontento social que resonaba en las calles desde el 15M y presentó una moción de censura contra el presidente del Gobierno. "Lo único que hace es pedir perdón. El perdón en política no es suficiente", lamentó el secretario general de los socialistas frente al escaño vacío de Mariano Rajoy. Sánchez ganó las dos convocatorias electorales que estaban por venir y firmó su continuidad en la Moncloa.
12 de junio de 2025. El PSOE cumple siete años al frente del Ejecutivo. La celebración no está siendo como esperaban en Ferraz. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha difundido un informe que contiene sólidos indicios contra Santos Cerdán. El hasta ahora número tres del partido habla en unos audios del reparto de comisiones a cambio de adjudicaciones de obras públicas. Cerdán fue obligado el mismo jueves a dejar todos sus cargos en el PSOE. Sánchez pidió "perdón" y dice sentirse "decepcionado". El PP se frota las manos. Y los socios de investidura se las llevan a la cabeza. ¿La legislatura tiene recorrido? ¿Qué papel juegan los aliados del Gobierno? ¿La derecha está más cerca del poder? ¿Pedro Sánchez puede resistir sin convocar elecciones?
El futuro de una legislatura que nace atropellada
"La legislatura puede sostenerse porque no existe una mayoría alternativa, al menos, de momento; otra cosa es lo que pueda hacerse a nivel legislativo. Sánchez lleva dos años en los que no consigue poner de acuerdo a los distintos socios parlamentarios. El Gobierno y el propio presidente quedan [tras la salida de Cerdán] todavía más debilitados y esto lo pueden aprovechar tanto sus aliados en el Congreso –para hacer presión– como sus rivales dentro del partido –hasta ahora, callados–", señala Ignacio Sánchez-Cuenca, catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Carlos III de Madrid.
Los socios de investidura coinciden grosso modo en sus posturas. Sumar no oculta su "enfado" y pide un "giro de 180 grados hacia lo social". ERC y BNG consideran "insuficientes" las explicaciones y exigen la comparecencia del presidente en el Congreso. Junts solicita una "reunión urgente" para evaluar la "viabilidad" de su relación con el Gobierno. Podemos lamenta el "daño irreparable" al electorado progresista y habla del "caso PSOE".
La oposición, sin embargo, no tiene pensado presentar una moción de censura. "No le daré un balón de oxígeno a Sánchez", argumentaba este jueves Alberto Núñez Feijóo. Las cuentas no le salen –de momento– al líder de los populares. Es por eso que, para la politóloga Arantxa Tirado, la legislatura también tiene visos de continuar. "El PSOE está intentando que esto se quede en una crisis de partido y no escale a una crisis de Gobierno. Sánchez habló en Ferraz y no en Moncloa; habló como secretario general de los socialistas y no como líder del Ejecutivo", desliza, para luego añadir: "El PP tiene poca credibilidad para dar lecciones de regeneración democrática y esto puede jugar a favor del Gobierno. La moción de censura necesitaría de un consenso que no existe. Los populares no sólo dependen de Vox, sino que han tirado por tierra todos los puentes con Junts en el marco del procés".
Es distinta la opinión del sociólogo Luis Miller. El también investigador del CSIC no tiene claro que Sánchez pueda terminar su segundo mandato. "Este terremoto llega en un momento en el que la legislatura como tal no había arrancado. Llevamos dos años sin presupuestos y sin apenas políticas definidas. ¿Cómo vamos a tener una discusión en el Congreso sobre la regularización de migrantes o el aumento del gasto en defensa en medio de todo este ruido? El PP tiene toda la argumentación para no apoyar ninguna propuesta. No hay marcha adelante, no veo el escenario de volver al debate político", insiste. Miller considera que hace falta un "reseteo" y apunta directamente al líder del Ejecutivo: "El Gobierno tiene que cambiar, no necesariamente hacia la derecha, porque el Parlamento tiene los mimbres del bloque de investidura, pero no puede seguir contando con Pedro Sánchez. El PSOE no puede transmitir esa sensación de continuidad".
La posición de los socios parlamentarios
Sánchez compareció el pasado jueves por la tarde en Ferraz. "Me provoca una enorme indignación y una profunda tristeza ver que todo un proyecto político se pueda ver afectado por el comportamiento de unos pocos. (...) No debimos confiar en él", reiteró el líder del Ejecutivo. El semblante no auguraba nada bueno. Las palabras más repetidas fueron perdón y decepción. Sánchez, sin embargo, no logró convencer a toda la grada. "Estamos ante un caso de corrupción clásico con mucha gente implicada y varias empresas por el medio. El perdón llega tarde y es insuficiente", recalca Miller. La misma idea comparten casi todos los grupos a la izquierda del PSOE. Podemos, Compromís, ERC, EH Bildu y BNG ven "insuficientes" las explicaciones y reclaman "absoluta transparencia". Sumar considera que la legislatura necesita "un punto de inflexión".
"Las izquierdas y las fuerzas nacionalistas pueden utilizar este escándalo para imponer sus agendas a cambio de un sostén. Los audios son determinantes, pero no estamos en el momento de la Gürtel. No tenemos una sentencia, tenemos un informe y estamos pendientes de la investigación", apunta Arantxa Tirado. La politóloga, eso sí, considera que "los socios tendrían que conseguir mucho para presentar resultados ante sus bases y justificar que están manteniendo a un presidente que nombró a dos secretarios de organización que están implicados en presuntas mordidas". Sumar ha empezado por plantear a los socialistas una relación "de igual a igual" en el seno de la coalición.
Las fuentes consultadas por este diario ponen el foco, precisamente, en el espacio político a la izquierda del PSOE. "Es aquí donde está el problema. Sumar y Podemos no son una alternativa para el votante socialista. El verdadero peligro es la desmovilización de aquellos que se identifican con el centroizquierda. Y el relato de la corrupción no ayuda", señala Paz Álvarez, socióloga y directora de Key Data. Lo que sí descartan los expertos es que las revelaciones del informe de la UCO puedan tener un impacto sustancial en el electorado de las fuerzas soberanistas.
"Los socios de investidura tienen aquí una responsabilidad muy indirecta. No tiene por qué haber un castigo fuerte a estas formaciones por lo que haga el partido mayoritario", matiza Sánchez-Cuenca. Esta lógica aplicaría también para los aliados más conservadores. "PNV y Junts sufren más las disputas ideológicas que estas cuestiones, hablamos de partidos que pueden mantenerse perfectamente aislados con respecto a su electorado", añade Luis Miller. La inminente cumbre de la OTAN y las diferencias en torno al aumento del gasto militar pueden servir para que cada uno de los grupos empiece a marcar líneas rojas y para ver los primeros gestos.
El término medio entre seguir y convocar elecciones
El PSOE ha anunciado una auditoría externa de sus cuentas para disipar posibles dudas acerca de su financiación. Lo mismo prometió hace una década la entonces secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. Lo hizo para demostrar que "la contabilidad" del partido era "única y limpia". Las sentencias posteriores demostraron todo lo contrario. Pedro Sánchez también se ha comprometido a reestructurar su Ejecutiva Federal. El presidente no ha comunicado –de momento– quién ocupará los puestos vacantes ni ha planteado medidas sustanciales. Lo que sí ha descartado es convocar elecciones: "Mi intención será, si así lo quieren los ciudadanos y los militantes, volver a presentarme en 2027".
Feijóo y Ayuso reclaman un adelanto de los comicios. La postura es prácticamente unánime en la bancada popular. Las fuentes que han hablado con Público consideran, sin embargo, que existen fórmulas intermedias entre "seguir como si nada" y anticipar la cita con las urnas. "La cuestión de confianza es el instrumento más efectivo que tiene [Sánchez] en su mano. Lo lógico sería plantearla y, si la gana, afrontar lo que quede de legislatura con un equipo renovado", señala Luis Miller. "Es cierto que sería una solución audaz y hasta cierto punto, cómoda, pero también tiene sus riesgos, implicaría aceptar que el escándalo no sólo afecta al secretario de organización de su partido, sino al propio Gobierno", vaticina Arantxa Tirado. De momento, el PSOE la descarta de forma clara.
El impacto de la polémica en unos posibles comicios también genera discrepancias. Sánchez-Cuenca reconoce que "los efectos electorales de la corrupción no son lineales ni inmediatos", y para prueba, la victoria de Mariano Rajoy en las generales de 2016. "Lo que pase de aquí en adelante va a depender de la reacción del Gobierno: si consigue dar unas explicaciones más o menos verosímiles, puede amortiguar el efecto, pero si queda en una posición incómoda y no consigue convencer al electorado, lo pagará en las urnas, posiblemente con un castigo en diferido", añade. El último barómetro del CIS evidenciaba que siete de cada diez votantes del PSOE en las elecciones del 23J de 2023 volverían a escoger la misma papeleta casi dos años después, pese a las investigaciones que salpican a Koldo García, Leire Díez o José Luis Ábalos.
"El problema no es el votante fiel, sino el que fluctúa. El 23J, los socialistas consiguieron movilizar a este sector con el argumento del miedo a Vox, pero lo que funciona una vez no tiene por qué funcionar todas. La crisis ahora parece más gorda y todo dependerá de cómo la maneje el Gobierno", coincide Paz Álvarez. El descrédito y la desafección política, no obstante, pueden disparar la abstención y favorecer a la extrema derecha. Arantxa Tirado, de hecho, pone el foco en los nuevos partidos que están surgiendo alrededor de Vox: "Estamos en un punto donde el cabreo no está elaborado ideológicamente. Esto fomenta los discursos antisistema, que son el caldo de cultivo perfecto para el fascismo y el neofascismo que representan figuras como Alvise".
Moncloa, mientras tanto, sigue en estado de shock y despide entre perdones una de las semanas más duras para el PSOE.
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