Las gasolineras de Gaza rechazan el escaso fuel para vehículos que les provee Israel por considerar ridículo un flujo que ni siquiera cubre un diez por ciento de las necesidades de la franja territorial, aseguró hoy uno de sus representantes.

La mayoría de las estaciones de servicio de Gaza ha echado el cierre, mientras que las escasas abiertas dependen de la gasolina comprada en Egipto desde que el pasado miércoles milicianos de Hamás tiraran abajo la valla fronteriza entre ambos territorios, dijo el subdirector del Sindicato de Propietarios de Gasolineras de Gaza, Mahmud al Jozendar.

Al Jozendar precisó que el fuel israelí "supone menos de una décima parte" de las necesidades de la franja, es decir, 50.000 litros de gasolina en los últimos doce días, cuando el consumo diario en condiciones normales supera los 120.000 litros diarios.

El primer ministro israelí, Ehud Olmert, ya advirtió el pasado día 21 que, en lo que a él respecta, "todos los residentes de Gaza pueden ir andando".

La franja sí admite, en cambio, el gas para cocinar y el combustible para la única central eléctrica del lugar, a la que Israel reanudó este domingo sus entregas de fuel regulares tras interrumpirlas hace medio mes y retomarlas después de manera excepcional.

Gaza dejó de recibir estos productos cuando Israel cerró todos los pasos fronterizos en represalia por el disparo de decenas de cohetes Al Kasam y proyectiles de mortero en los días previos contra su suelo por milicianos palestinos.

Esta medida forzó el cierre de la central eléctrica por falta de combustible, lo que privó de luz y calefacción a más de la mitad de la población de la franja durante 48 horas.

El pasado lunes, el ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, permitió con carácter excepcional el flujo de combustible, justo para salir de la oscuridad, cuando un 40 por ciento de los hogares se había quedado incluso sin agua potable por la falta de energía para bombearla.