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Los amigos internacionales de PP y Vox, implicados en casos de corrupción y con actitud xenófoba, homófoba y autoritaria

Tanto Pablo Casado como Santiago Abascal han intentado reforzar sus alianzas en el exterior durante los últimos tiempos. Al líder popular le han arropado dirigentes como Nicolás Sarkozy o Sebastian Kurz, marcados por la corrupción. El mandatario de Vox se rodea de los polémicos primeros ministros de Hungría o Polonia. 

Arriba, Pablo Casado y Nicolás Sarkozy. Abajo, Santiago Abascal y Viktor Orbán.
Arriba, Pablo Casado y Nicolás Sarkozy. Abajo, Santiago Abascal y Viktor Orbán. MTI/EFE

La disputa por la hegemonía de la derecha entre el Partido Popular (PP) y Vox también se juega en el terreno internacional. Ambas formaciones han intensificado durante los últimos tiempos sus alianzas, encontrándose con algunos de sus socios más relevantes. En algunos momentos incluso solapándose directamente viajes como los realizados por Pablo Casado y Santiago Abascal a América Latina a finales del año pasado. La pugna sigue, con los de Abascal liderando una cumbre de extrema derecha en Madrid este fin de semana. Pero, ¿qué diferencias hay entre los aliados de uno y otro partido? Las polémicas por casos de corrupción o discursos xenófobos, homófobos y autoritarios han protagonizado las políticos de algunos de ellos de forma reciente. 

Desde el PP quisieron dar un aire internacional a la Convención Nacional organizada a finales de septiembre y principios de octubre para reforzar el liderazgo de Casado. El asunto es que los elegidos no fueron seguramente los más adecuados. Los casos más significativos fueron, sin duda los de Nicolás Sarkozy y Sebastian Kurz

Los invitados de Casado, marcados por la corrupción

La dirección nacional de Génova sorprendió al anunciar su lista de invitaciones confirmadas para la Convención. Los populares aspiraban a una mayor relevancia de líderes arropando a Casado. Entre los nombres no se encontraban ni Ángela Merkel ni la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen. Ambas, integrantes del Partido Popular Europeo, la familia del PP en el continentes y dirigente a las que la formación suele poner como ejemplo. 

Sí estaba el expresidente de Francia Sarkozy. En marzo del pasado año fue condenado por corrupción y tráfico de influencias. A pesar de la condena, el PP decidió mantener su invitación. Fuentes del partido transmitieron entonces la idea de que la llamada para la Convención la cursaron antes de que se emitiera su sentencia condenatoria. "Nos interesa su etapa de gestión en Francia, su paquete reformista y la gestión de las crisis que tuvo", señalaron. 

Efectivamente, su gestión en Francia fue puesta como ejemplo y alabada por Casado en una charla conjunta que mantuvieron en Madrid. Casualidades de la vida, justo el día siguiente de ese baño de masas de Casado y Sarkozy, se conocía la noticia de una segunda condena para el exmandatario francés. En esta ocasión, por financiación ilegal. No quedó ahí la cosa. Hace escasos días, la justicia francesa condenó también a cuatro estrechos colaboradores de Sarkozy por actividades irregulares. 

Curiosa fue también la sucesión de hechos en torno a Sebastian Kurz, excanciller de Austria. Su presencia el fin de semana del 2 y 3 de octubre en Valencia era el "plato fuerte" internacional que el PP había preparado para telonear a Casado en la Plaza de Toros. Pero el austriaco no pudo asistir a última hora, oficialmente por estar negociando las cuentas de su país. Mandó un breve vídeo que fue proyectado para el público. 

Marios Vargas Llosa o Andrés Pastrana aparecieron en los "Papeles de Pandora" poco después de acompañar a Casado en su Convención Nacional

Pues bien, la "maldición" de la Convención continuó para Casado. Solo tres días después del acto en Valencia se conocía que Kurz estaba siendo investigado por corrupción. Y tres días después, dimitía de su cargo. Más adelante abandonó la política de forma definitiva para pasar a liderar una ong de lucha contra el antisemitismo. 

Durante la Convención Nacional del PP también pudimos escuchar al escritor y Premio Nobel Mario Vargas Llosa. El intelectual peruano anunció además su adhesión al PP tras años apoyando el "liberalismo" de Ciudadanos, al que dio por enterrado. El patrón de casualidades se repitió también con él. Escasos días después de su acto con el PP, su nombre apareció en decenas de titulares por estar registrado en la investigación sobre paraísos fiscales denominada "Papeles de Pandora"

El nombre de Vargas Llosa no fue el único que apareció en esos papeles tras participar en el encuentro del PP. La lista incluía a Andrés Pastrana, expresidente de Colombia, que fue uno de los invitados de Casado y con el que el partido mantiene excelentes relaciones, también a través de la Fundación FAES que preside José María Aznar. Por último, otro de los invitados ilustres de los populares fue el expresidente de México Felipe Calderón. Durante esos mismos días se conoció también que estaba siendo investigado por una presunta trama corrupta. 

Abascal y su modelo referente de Hungría

Del otro lado, la ultraderecha de Vox se siente fuerte por sus previsiones electorales. En paralelo a su crecimiento en España, Abascal está tratando de marcar su propia agenda internacional. En ese contexto se puede enmarcar la cumbre que ha apadrinado en Madrid junto a sus principales apoyos europeos. Especialmente destacan los primeros ministros de Hungría, Viktor Orbán, y de Polonia Mateusz Morawiecki. También ha sido invitada la dirigente francesa Marine Le Pen

En diciembre, los ultraderechistas ya se reunieron en Varsovia para estrechar lazos. Meses antes se había producido también un encuentro en Budapest, patrocinado por el lobby ultra de Hazte Oír y en el que participaron dirigentes de Vox como Hermann Tertsch. La de Madrid es otro paso más. 

Las políticas de Orbán son conocidas. El máximo dirigente húngaro se ha caracterizado por una fuerte tendencia autoritaria. Un modelo de democracia "iliberal" proclamado desde hace años, con un sentimiento ultranacionalista y problemas para las libertades. Los rasgos xenófobos también son una característica de la política implantada por Orbán. Su Gobierno se ha opuesto a la imposición de cuotas obligatorias para repartir refugiados entre distintos países de la UE

Entre sus leyes más polémicas se encuentran ataques a la homosexualidad, que fueron firmemente contestados por el resto de la UE. "Hungría ha sido un ejemplo frente a las presiones ideológicas de Bruselas", señaló Abascal en aquellos momentos de tensión entre Hungría y las instituciones europeas. 

Por su parte, Polonia ha sido noticia, y lo seguirá siendo, por su "rebelión" judicial ante la UE. Un asunto por el que ha sido sancionado de forma millonaria por vulnerar la independencia judicial. La tensión entre Morawiecki y la Comisión Europea fue de tal calibre que este avisó que si le bloqueaban los fondos europeos se podría provocar "una tercera Guerra Mundial".

Polonia se ha hecho tristemente "famosa" por un rotundo retroceso en el derecho al aborto de las mujeres. Una nueva ley, aprobada en 2020, consideraba ilegal la interrupción del embarazo aunque hubiera malformación en el feto, lo que provocado multitud de denuncias y problemas. La connivencia del gobierno polaco con los movimientos "antiLGBTi" es otro de los asuntos destacados en el mandato del socio de Abascal. 

Rifirrafes a cuenta de Rusia y Ucrania y la UE

PP y Vox se han enzarzado públicamente durante las últimas semanas. La amenaza electoral que le supone a los populares ha provocado que sus dirigentes lanzaran una ofensiva directa, para evitar más fuga de votos. Los han acusado de "falsa derecha", por ejemplo. Y en el contexto actual les han afeado sus posiciones sobre la UE y su posición respecto a la OTAN, Rusia y Ucrania. Los populares han dicho públicamente que Vox ha apoyado muchas veces al régimen de Vladimir Putin

Precisamente el "europeísmo" es una de las cosas en las más inciden desde Génova para diferenciarse de la ultraderecha de Vox. Los de Abascal no rechazan de plano a la UE pero se han mostrado escépticos o críticos en varias ocasiones. Vox, además, mide muy bien sus respuestas para no disgustar a sus socios. Porque Orbán es aliado natural de Putin, el único de la UE, pero no Polonia. "Como los polacos, estamos del lado de Ucrania y del respeto a su soberanía, pero no podemos apoyar una acción del Gobierno que no se ha explicado al Congreso", señalaba el portavoz ultraderechista, Jorge Buxadé, esta semana. Otra de sus aliadas, Le Pen, también es cercana al actual mandatario ruso. 

El "europeísmo" es una de las cosas en las más inciden desde Génova para diferenciarse de la ultraderecha de Vox

Sobre las relaciones de PP y Vox, durante la Convención Nacional del PP se pudieron escuchar algunas voces internacionales alertando a Casado del peligro de la ultraderecha. Destacaron el vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas. El griego apeló a luchar contra el populismo "desde la política", la "seriedad" y abordando desde ahí temas que esos partidos "usan para hacer daño", como son la inmigración o la seguridad.

Mucho más claro fue Donald Tusk, expresidente del Consejo de Europa y de Polonia. "Como líder del PP polaco, viene defendiendo la moderación y los principios liberales frente a los populismos radicales", dijo el líder popular sobre él en su presentación. En Polonia gobierna el partido Ley y Justicia, los aliados europeos de Vox. "Si cedemos o entramos en pánico los ciudadanos quedarán a merced de los populistas, los rojos o los pardos", dijo Tusk. 

Paradójicamente, pese a su aparente lejanía, Casado ha usado a Hungría y Polonia para atacar al Gobierno de Pedro Sánchez. En una entrevista con TVE señaló que la coalición del PSOE y Unidas Podemos forman el Ejecutivo "más radical de Europa", pese a las menciones del periodista a los países de Orbán y Morawiecki. 

Conviene recordar que nada más llegar al cargo de presidente del PP, su partido se abstuvo en las votaciones que pretendían que el Parlamento Europeo lo condenara por amenazar el Estado de Derecho. Orbán pertenecía entonces al PPE, que abandonó el año pasado. Según publicó este medio, la dirección recomendó apoyarlo aunque dio libertad de voto. Hoy, ya fuera de su familia europea, el húngaro se fotografía con Abascal. 

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