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Elecciones autonómicas y municipales 2023

ERC busca consolidar su hegemonía municipal en Terres de l'Ebre frente a Junts y el PDeCAT

La lista conjunta de izquierdas entre Movem Tortosa y el PSC disputará la alcaldía de la capital del Ebro catalán a la actual alcaldesa de Junts per Tortosa (PDeCAT), Meritxell Roigé, con permiso de ERC, que puede ser decisiva.

La alcaldesa de Tortosa, Meritxell Roigé, y el alcalde de Amposta, Adam Tomàs.
La alcaldesa de Tortosa, Meritxell Roigé (PDeCAT), y el alcalde de Amposta, Adam Tomàs (ERC). - Público

Las Terres de l'Ebre afrontan las elecciones municipales del 28 de mayo con una clara pugna a nivel del conjunto de este territorio catalán recorrido por el río Ebro, la que mantiene ERC con Junts per Catalunya y las candidaturas del PDeCAT -en alianza o por separado según los municipios-.

Las cuatro comarcas catalanas de Terres de l'Ebre forman un territorio que administrativamente figura en la provincia de Tarragona, pero con una identidad y una dinámica política absolutamente particular. Esquerra Republicana de Catalunya protagonizó hace cuatro años el gran revulsivo histórico de este rincón de Catalunya, convirtiéndose en la primera fuerza municipalista ebrense. Algo que ha dado la vuelta a la historia de este territorio dominado durante décadas por la derecha. No sólo por el amplio número de alcaldías que llegó a tener CiU sino por las muchas decenas de concejalías que ostentaba el PP.

Todo empezó a cambiar con el nuevo siglo y el trasvase del Ebro que el Gobierno español del PP, presidido por José Maria Aznar, intentó sacar adelante en el año 2000 con el Plan Hidrológico Nacional (PHN) y que el Gobierno de la Generalitat todavía presidido por Jordi Pujol apuntaló. La revuelta social sin precedentes, encabezada por la Plataforma en Defensa de l'Ebre -en contra de esta infraestructura que condenaba a muerte a un río Ebro y su delta, ya muy dañado- empezó a cambiar la fisonomía política ebrense. Y a romper muchas de las palancas caciquiles que la sustentaban en un territorio marcado por la gran despoblación.

La victoria de ERC hace cuatro años fue la eclosión de ese proceso de cambio socio-político, el PP se vio abocado a un fuerte retroceso después del PHN hasta casi la extinción y CiU desapareció hace cuatro años después de su liquidación nacional, aunque manteniendo todavía una cuota territorial importante como segunda fuerza, eso sí reencarnada en Junts, entonces como marca del PDeCAT. El 28 de mayo, Junts per Catalunya -el nuevo partido liderado por Carles Puigdemont- se presentará en buena parte de los municipios en solitario o en alianza con el PDeCAT -que ostenta nada menos que la alcaldía de Tortosa como Junts per Tortosa- para plantar batalla a la primacía de los republicanos. El punto de salida son las actuales 25 alcaldías de las que dispone ERC por las 14 de Junts en los 52 municipios ebrenses. El resto son 5 para el PSC y 8 distribuidas en listas independientes de los grandes partidos.

ERC busca consolidar la hegemonía 

Esquerra Republicana de Catalunya intentará consolidar la hegemonía lograda hace cuatro años, en la que consiguió ganar en tres de las cuatro comarcas, Baix Ebre, Montsià y Ribera d'Ebre. Sólo en la Terra Alta Junts dejó a los republicanos fuera de la primera posición. Para ello, ERC intentará completar la fuerte expansión territorial de sus listas optando a casi todos los municipios de Terres de l'Ebre y tratará de alcanzar algunas alcaldías que hace cuatro años se le escaparon por poco. En 2019 presentó 46 candidaturas de los 52 municipios del Ebro catalán, con las que obtuvo 220 concejales y 33.857 votos, un 38,8% de los sufragios del conjunto de municipios de la zona.

Según fuentes del partido, el objetivo es "intentar completar el mapa de listas electorales presentando en los pocos municipios que no hubo presencia republicana hace cuatro años, revalidar los resultados como primera fuerza y ampliar las actuales alcaldías añadiendo algunas que se les escaparon por pocos votos de diferencia".

El Montsià, portaaviones electoral republicano

La comarca del Montsià es sin lugar a dudas el gran emblema electoral de ERC. Una comarca casi transformada en un portaaviones electoral de los republicanos. La llamada "supermayoría absoluta" que obtuvo su candidato en la capital, Amposta, es casi imposible de superar. La candidatura encabezada por Adam Tomàs logró 16 de los 21 concejales del consistorio. El propio Tomàs, que aspira a su tercer mandato, reconoce que "será difícil mantener estos resultados porque fueron excepcionales". Pero en cualquier caso, el atractivo de la lista republicana es tan potente que la hasta hace pocos días portavoz municipal del PSC, Anna Tomàs, ha optado esta vez por incorporarse a la lista de ERC, desarmando aún más a los adversarios. Adam Tomàs asegura que el objetivo es "repetir al frente del gobierno municipal con la máxima fuerza posible para completar los muchos proyectos que hemos llevado a cabo y que tenemos en marcha".

Junts per Amposta obtuvo hace cuatro años un solo concejal en la capital del Montsià, aunque la localidad había sido un importante feudo convergente con alcaldes históricos como Joan Maria Roig o Manel Ferré. Éste último ha decidido volver a la política encabezando la candidatura de los postconvergentes el 28 de mayo. Algo que ha provocado que el único concejal de Junts, Manel Masià, haya creado un nuevo partido, Independents per Amposta. El resto de la oposición está formada por dos concejales socialistas -una de ellas Anna Tomàs, ahora en las filas republicanas- y otros dos de Som Amposta.

A nivel comarcal el resultado de los republicanos es igual de espectacular y ERC ganó en el Montsià con el 43% de los votos frente al 16% de Junts. Aunque en número absoluto de alcaldías las fuerzas se igualan con 4 para ERC y el mismo número para Junts. Pero con un peso evidentemente distinto ya que los republicanos además de la capital añaden a su lista municipios importantes como la Ràpita o Alcanar. El PSC intentará revalidar sus tres alcaldías en la comarca, que tienen a Ulldecona como emblema histórico. Movem se asomó al Montsià con la alcaldía de la Sénia.

Junts se alía con el PDeCAT para recuperar terreno

El crecimiento de ERC en las Terres de l'Ebre ha provocado en los últimos comicios un fuerte retroceso de lo que había sido el espacio de CiU en un territorio de fuerte implantación convergente. En las elecciones de hace 4 años el PDeCAT -con la marca Junts- se quedó en segunda posición en las Terres de l'Ebre con algo más de 22.000 votos y el 25% de los sufragios. Mantuvo una importante implantación territorial con 38 listas que ahora Junts per Catalunya, en solitario o alianza con el PDeCAT, quiere ampliar: "Son las primeras elecciones municipales de Junts per Catalunya como nuevo partido pero tenemos una gran implantación y aspiramos a ser la primera fuerza en número de alcaldías", aseguran. En la actualidad, este espacio político mantiene en la zona 134 concejales -obtuvo 135 pero el concejal de Amposta se ha desvinculado-.

Movem, PSC y la CUP buscan su espacio

La realidad política de las Terres de l'Ebre es plural pero es innegable que la pugna entre ERC y Junts es la dinámica preponderante con creces. Sin embargo, al margen de las candidaturas independientes, tres formaciones intentan hacerse un espacio detrás de los dos grandes partidos ebrenses. Una de nueva creación, Movem Terres de l'Ebre, que desde una perspectiva localista aglutina un voto de izquierdas y ecologista. Los otros dos son el PSC y la CUP. El PSC ha ido perdiendo pistón pero mantiene un nada despreciable 13% de los votos y 63 concejales que intentará ampliar aprovechando el viento a favor del que disponen los socialistas a nivel nacional en términos electorales. La CUP se queda con sólo cinco concejales y un escaso 2,5% de los votos en el conjunto de las Terres de l'Ebre.

Movem en cambio aspira a consolidarse después de materializarse como formación política ebrense que aglutina las candidaturas plurales que en varios municipios fueron surgiendo con esta denominación. Una estructuración que les permite aspirar a una mayor organización y por tanto ampliar el 8% de votos que hace cuatro años les comportó 26 concejales. El espacio para crecer es amplio puesto que entonces sólo se presentaron en nueve de los 52 municipios.

La gran batalla de Tortosa

En estos momentos, Movem ha protagonizado ya una de las principales jugadas políticas de esta precampaña electoral, la candidatura conjunta de Movem Tortosa con el PSC encabezada por el diputado en el Parlament de En Comú Podem, Jordi Jordan. Una maniobra que recuerda al Olivo –en referencia a la histórica coalición italiana de centro-izquierda- que PSC e Iniciativa ya protagonizaron hace varias décadas y que genera expectativas de posible cambio en la capital catalana del Ebro, ya que Movem es la segunda fuerza del consistorio en la actualidad con cinco concejales y el PSC tiene tres.

Así pues, sin lugar a dudas, la gran batalla política el 28 de mayo en las Terres de l'Ebre será la de Tortosa. Especialmente entre Junts per Tortosa y la alianza entre Movem y el PSC. Los ocho concejales que suma el Olivo tortosino en la actualidad superan a los siete con los que Junts ganó hace cuatro años. Y la alianza puede aglutinar voto útil de izquierdas para ganar la Alcaldía, dañando así las aspiraciones de ERC que con cuatro concejales en la actualidad tiene el objetivo de entrar en la disputa por la alcaldía. Según Jordan la suya es una "candidatura unitaria, transversal y amplia" para lograr "el cambio" en el Gobierno municipal que la falta de entendimiento entre las "fuerzas progresistas" ha impedido en los últimos mandatos. "El acuerdo nos hace mucha ilusión porque parte de la ciudad deseaba este entendimiento", añade el diputado.

Ahora bien, en ningún sitio está escrito que en política la suma de cinco más tres sean ocho o más. También pueden ser menos si tenemos en cuenta la errática táctica de los socialistas tortosinos que han apuntalado al Gobierno municipal de Junts formando parte de él hasta abandonarlo el pasado mes de octubre. Así, los socialistas pueden suponer un punto débil en la alianza si es visto como partido del establishment tortosino y esto puede abrir un agujero de oportunidad a ERC, que en Tortosa cuenta como cabeza de lista con el presidente del Consell Comarcal del Baix Ebre, Xavier Faura. Un apellido importante y de gran potencia en la sociedad tortosina y ebrense, aunque raramente vinculado a las izquierdas como sí es el caso.

Fuentes de los republicanos en la capital del Baix Ebre aseguran estar en disposición para alcanzar el objetivo pero no esconden la dificultad que representa hacer frente a la pugna entre la alianza trabada entre Movem Tortosa y el PSC y la fortaleza de la actual alcaldesa de Junts per Tortosa, Meritxell Roigé, que sustituyó en el cargo al líder del PDeCAT y diputado en el Congreso Ferran Bel.

Roigé encabezará la lista de Junts per Tortosa, en virtual alianza con Junts per Catalunya. Virtual porque pese al acuerdo entre ambas siglas un análisis de los candidatos conocidos hasta ahora en su lista indica que la mayor parte de los integrantes no pertenecen al actual partido de Laura Borràs y Jordi Turull. El acuerdo, aseguran fuentes de ambos partidos, busca dar continuidad al proyecto que lidera la alcaldesa actual del municipio, Meritxell Roigé. "Es mucho más lo que nos une que lo que nos separa", afirman fuentes de ambas formaciones, que al mismo tiempo señalan que el pacto "beneficia claramente" a la ciudad.

Tortosa vivirá una batalla a tres por la victoria electoral el 28 de mayo pero ERC tendrá que hacer frente a la probable polarización entre la conservadora Roigé y el polo de izquierdas liderado por Jordan. Eso sí, en el resultado definitivo para decidir la alcaldía de la capital ebrense, los republicanos -en caso de no ganar- pueden ser decisivos. Y también puede serlo el hecho de que la CUP mantenga su concejal (tiene uno en la actualidad al igual que Cs) para una posible alianza de izquierdas. O que la nueva candidatura de los defensores del gigantesco monumento franquista del río Ebro irrumpa en el consistorio. Una propuesta en formato de Agrupación de Electores con el nombre de Tortosins pel Monument i el Col·lectiu per la Reinterpretació del Monument de la Batalla de l'Ebre (Corembe). Pese a defender la pervivencia del símbolo franquista reúne sensibilidades diversas, incluyendo algunos personajes que habían estado vinculados al PSC y está liderada por un joven abogado de 26 años, Rubèn Espuny.

En cualquier caso, habrá que estar muy atentos a la batalla de Tortosa y al resultado que puede obtener un pequeño partido en clave territorial como Movem. Y apuntar el nombre del diputado de En Comú Podem, Jordi Jordan, que a partir del 28 de mayo podría tener la alcaldía de la principal plaza electoral de las Terres de l'Ebre, con permiso de la candidata de Junts y del de Esquerra.

ERC busca la victoria en el Baix Ebre, pero peligra el Consell

Fuera de Tortosa, en el conjunto de la comarca del Baix Ebre, la superioridad republicana es clara a pesar de la igualdad en votos que produce el resultado de Junts en la capital. ERC ganó por unas pocas décimas con el 33,33% de los votos frente al 32,89% de Junts. Pero en cuestión de alcaldías a Esquerra le tocará defender nueve municipios de los 14 que tiene la comarca. Mientras, Junts sólo tiene cuatro alcaldías, eso sí, con la potencia que da que Tortosa sea una de ellas. El PSC se asoma al Baix Ebre con una sola alcaldía, en Benifallet, municipio que ERC intentará recuperar el 28 de mayo. Pero los socialistas aspiran a crecer en el ámbito comarcal gracias a que la alianza con Movem Tortosa incluye que la representación en el Consell Comarcal y en la Diputación de Tarragona de esta candidatura se le adjudicará al PSC. Esto puede situar a los socialistas como pieza clave en el futuro Consell Comarcal del Baix Ebre y abre la puerta a una posible sociovergencia que podría desbancar de la presidencia al republicano Xavier Faura.

Terra Alta para Junts y Ribera d'Ebre para ERC

Por último, pese a la hegemonía en el conjunto territorial, más difícil lo tiene ERC en la pugna por alcanzar el resto de alcaldías de las capitales de comarca al margen de Amposta, con especial interés por la capital, Tortosa, pero también en Gandesa (Terra Alta ) y Móra d'Ebre (Ribera d'Ebre). Los republicanos intentarán ganar o al menos romper la mayoría absoluta de los exconvergentes en las dos capitales del Ebro catalán del interior. Con mayor igualdad en la capital de la Terra Alta, Gandesa, donde en el 2019 Junts ganó con seis concejales sobre cuatro de los republicanos (el PP sacó uno). Y con mucha más ventaja de Junts en la capital de la Ribera d'Ebre, Móra d'Ebre, donde los postconvergentes obtuvieron siete de los 13 concejales, con ERC como segunda fuerza pero sólo con dos concejales y en medio de un consistorio fragmentado donde el PSC también obtuvo dos concejales, la CUP uno y una candidatura local de derechas otro concejal.

Más allá de las capitales, en el conjunto comarcal, Junts -como marca del PDeCAT- se impuso en la Terra Alta con el 38% de los votos respecto al 28% de ERC. Aunque los exconvergentes retrocedieron quedándose con cuatro alcaldías mientras los republicanos también crecieron en la Terra Alta logrando tres. El resto de alcaldías de la Terra Alta fueron dos para Movem, otras dos para los independientes de la FIC y una para el PSC.

Por su parte, en la comarca de la Ribera d'Ebre, ERC se impuso a nivel comarcal de forma contundente a pesar de la debilidad en la capital, Móra d'Ebre. Los republicanos lograron el 38% de los votos frente al 24% de Junts y se quedaron con nueve alcaldías en los 14 municipios de la comarca, entre ellas Móra la Nova. El PDeCAT -con la marca Junts- sólo obtuvo dos alcaldías, la de la capital y en la Palma d'Ebre. Las tres restantes fueron para listas independientes.

En definitiva, las elecciones municipales del 28 de mayo pondrán a prueba si el cambio histórico hacia la izquierda se consolida en las Terres de l'Ebre, con Esquerra Republicana como primera fuerza en su conjunto y con la posibilidad que el diputado de En Comú Podem, Jordi Jordan, lidere el asalto a la alcaldía de Tortosa en un vuelco histórico. Mientras, Junts y el PDeCAT testaran la fuerza que mantienen en el espacio de la antes todopoderosa CiU y pondrán a prueba las siempre tensas relaciones entre las familias postconvergentes.

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